La pandemia nos ha puesto a prueba en muchas cosas. La salud, la economía, la paciencia, el aguante y sobre todo, la capacidad para poder improvisar.
Sin embargo, hay un tema que nos tiene en el borde del abismo: la libertad individual, el libre albedrío enfrentado a la corresponsabilidad de subsistir. Y en medio de todo, aparece el Estado en todas sus formas y colores como el gran regulador, el fiel de la balanza, que dirime y ordena, que orienta o embrutece, que suelta o estrangula, que confunde o ilumina, que mira o se hace el loco. que enmaraña o resplandece.
La pandemia nos ha puesto a prueba en muchas cosas.
Nos movemos entre los prejuicios y los pretextos. Ninguna forma parece funcionar a los ojos de los ciudadanos del común, porque como la envidia, siempre nos gusta más lo que tienen los demás. Los ciudadanos de estados autoritarios se lamen los bigotes viendo las controversias que se dan en los países supuestamente democráticos. Y viceversa.
Juego de tronos, choque de trenes, guerra de trinos y al final, un solo reguero de truenos. Mientras unos controlan y aprietan, otros van de tumbo en tumbo esperando que algo pase y al final, ninguno sabe nada, o por lo menos es la impresión que siempre dan. ¿Qué pesa más, la libertad individual o la capacidad de los estados para regular el bien común? ¿La economía o la salud? ¿La sanidad o la salubridad? ¿el hambre o la pandemia? A quién salvar primero: ¿a los grandes para que promuevan el empleo o a los pobres para que promuevan el consumo? ¿Cuándo arrancar de nuevo? ¿De a poquitos como cuando nos metemos a bañar con agua fría o darle largas y esperar a que todo pase como dicen los que guardan la esperanza? ¿Dios o ciencia? ¿Pereza o procrastinación? ¿Prudencia o desespero?
El libre albedrío enfrentado a la corresponsabilidad de subsistir.
Nadie sabe nada, ni nadie tiene la pócima secreta. Estamos locos de atar y lo peor es que escasean las cuerdas para hacerlo. Al final, tal vez seremos todos un ejercito de pobres o tal vez, la semilla que nos falta para construir un mundo nuevo.
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