El día que asesinaron a Luis Carlos Galán, un 18 de agosto de 1989, Juan Manuel Galán tenía 17 años y quizá nunca se le había pasado por la cabeza hacerse un tatuaje en honor a su padre. Pero este año, el senador Galán decidió tatuarse la imagen que utilizó su padre como campaña a la presidencia.
Aunque hubiera podido usar cualquier otra imagen, tal vez una más familiar, para conmemorar los 25 años de su muerte, Juan Manuel Galán decidió usar aquel retrato para su tatuaje y de esta forma «rendirle homenaje con la imagen más emblemática que encarna su figura«, según cuenta.
Si bien la idea del tatuaje salió como una iniciativa propia del senador, Galán me explica que contó con la ayuda de Diana Montoya y el Canal Discovery quienes le ayudaron a elegir a la persona indicada para el tatuaje. Pues «era una imagen muy difícil por el color y la forma del retrato, pero afortunadamente encontramos la artista que se le midió al reto«, agrega Galán al referirse a Tania Ann, tatuadora de Salvation Tattoo Lounge de Miami.
Además, la elección no fue de un día para otro, pues tuvo la investigación necesaria y el tiempo de decisión suficiente para elegir lo que de verdad se quería. «Estuve cerca de una año viendo los programas de tatuajes en los diferentes canales y viendo las historias de la gente y por qué decidían tatuarse. Me compenetré con esas historias y ahí supe que quería hacer algo diferente para homenajear a mi padre«.
Y por su puesto, un tatuaje como este en una figura pública como es Juan Manuel Galán y siendo presentado a nivel nacional en una programa de televisión, podría tener algunas consecuencias. Es más, se podría pensar que de alguna manera podría afectar su imagen ya que el tatuaje sigue siendo un tabú para muchas personas de nuestra sociedad. Pero para Galán esto no es un inconveniente, para él, este tatuaje es una muestra de extensión de lo que era Luis Carlos Galán con los jóvenes y además también es un homenaje al partido liberal.
Ahora, este tatuaje tiene varios sentidos, según me pudo contar el senador. Por un lado, es un tatuaje íntimo de lo que significó para él Luis Carlos Galán como padre, pero al mismo tiempo es algo público por haber sido el una figura pública y sirve para compartir este gran homenaje con los jóvenes que no lo conocieron.
En cuanto a un próximo tatuaje, Galán todavía no lo piensa pero tampoco lo descarta. «Tendría que estar muy seguro de lo que quiero y por qué lo quiero, así como lo estaba con este retrato de mi padre».
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