– Con los tatuajes o es uno o son mil. Y con ud y conmigo no fue uno solo, me dijo hace unos días un amigo mío. Y hace un par de años, cuando mi hermano se hizo su primer tatuaje dijo que era como la primera vez que uno tenía sexo: se hace la primera vez y ya se está pensando en el siguiente.

Y sí, tal vez ambos tengan razón pero en todo caso siento que estoy muy lejos de ser un adicto a los tatuajes como muchas veces me han catalogado amigos y familiares. Y aunque yo lo considere así, sí se debe hablar de la relación siempre existente entre los tatuajes y una adicción por modificar el cuerpo. 

«La adicción se entiende como un acto compulsivo, repetitivo. Trae una gratificación temporal y que a largo plazo se incrementa» explica Graciela Amador, psicóloga de la Universidad Católica de Colombia . Y si se piensa de esa forma sería muy fácil afirmar que sí, que los tatuajes llegan a ser una adicción. No solo por la sensación al ser tatuado, dolor que resulta gratificante para algunos, sino por cómo se ve el cuerpo y ese gusto que uno empieza a adquirir cada vez que se ve el cuerpo tatuado.

Pero hay quienes afirman que no se puede crear una adicción a los tatuajes.   Por ejemplo, Viren Swami, psicóloga de la Universidad de Westminster (Londres) asegura que las personas con más de un tatuaje, tardan entre 2 y 7 años para hacerse el segundo y que no suelen tomar decisiones apuradas porque ya saben lo que significa tener un tattoo.

Juan Pablo Calderón, quien tiene más de 30 tatuajes y calcula tener tatuado aproximadamente el 30% de su cuerpo, afirma que nunca ha pensado en los tatuajes como una adicción, simplemente le gusta el resultado de lo que ve en su cuerpo y que en vez de pensar en los tatuajes que tiene, mira los espacios vacíos de su cuerpo para un nuevo diseño.

Algo similar le sucede a Nicolás Espejo quien se ha tatuado en 11 ocasiones y cree haber pasado aproximadamente unas treinta horas bajo las agujas. «No lo veo como una adicción porque no es algo de lo que dependa y que necesite. Sí me gustan, pero no me dan nada«.

Imagen: Pinterest

Por el contrario, otros expertos del psicoanálisis como es el caso de Adriana Guraieb -psicoanalista argentina que ha estudiado el tema de los tatuajes a profundidad-, sostiene que una de las razones por las que las personas se tatúan repetidamente puede ser por la sensación de estar unido a algo que perdure, sobre todo en esta sociedad donde todo parece liquido y los amores no duran.

Inclusive, para personas que viven de los tatuajes como es el caso de   Hernán Coretta, acepta que tatuarse sí puede llegar a ser adictivo, según le dijo al diario El Universal: «T odo lo estético lo es en algún punto (adictivo). Con los tatuajes pasa lo mismo que con las operaciones estéticas: viene a alguien a tatuarse el brazo y después saca turno para tatuarse el otro

De igual forma, Stuart Ross de la Universidad de Newman (Inglaterra), afirma que en los estudios que ha hecho de las personas con un gran porcentaje de su cuerpo tatuado, siempre ha encontrado la misma respuesta: «es un proceso que encuentran gratificante«.

En todo caso, sea una adicción o no, sí estoy completamente convencido que logran una satisfacción en las personas con el trabajo final que se obtiene, con el significado que tienen y con lo que producen en las personas y es ahí donde encuentro lo valioso de este tipo de arte.

@ricardoduranv

Blog original: Tatuajes y Periodismo