Jhon Jairo Rodríguez -el mono, monito, monin-, como lo dicen sus amigos y personas más cercanas, vuelve a tener el sueño con el que quizás todos los tatuadores anhelan: su propio estudio de tatuajes.

Atrás quedaron los años en los que tuvo Zone Colors en Bogotá (aquella tienda de tatuajes fundamental para pensar en una historia del tatuaje en Bogotá) y la cual fuera su primer local de tatuajes propio. Atrás quedaron los días en los que trabajó en con sus amigos en Old Cat y Lucky’s Tattoo. Y en el pasado parece haberse quedado el tiempo en el que trabajó en otros locales de tatuajes en Estados Unidos, donde vive hace un par de años. (Uno de los mejores tatuadores de Colombia, de visita en Bogotá)

Pero esta vez ya no es Vermont donde sufrió el frío  y tampoco se trata de Into The Woods. Ahora es Miami y Rosa Negra Tattoo, su nuevo estudio. Al preguntarle sobre el origen del nombre, cuenta que su esposa, Jodi, tiene una rosa negra tatuada en la palma de la mano y de ahí surgió el nombre.

-Gran manera de rendirle homenaje a alguien que te ha acompañado siempre en ese viaje y mundo del tatuaje, pienso después.

Pero nadie dijo que iniciar un nuevo estudio de tatuajes era fácil. Si bien, Jhon afirma que el mayor obstáculo es seguir haciéndose mejor tatuador y mantenerse en ese estandar para mejorar en su trabajo, Rosa Negra es un proyecto que debe empezar de ceros.

Por ahora no tiene una fecha definida para la apertura oficial, aunque ya está recibiendo algunas citas y calcula que entre el 15 y 20 de febrero, abrirá al público en general. Lo anterior no quiere decir que el local no esté listo, solo que hay detalles por definir.

Además, para la misma fecha, contará con la visita de Carolina Bebob, tatuadora colombiana con la que ha compartido otros estudios de trabajo y una amistad de hace varios años. Y de la misma manera, así empezará este proyecto: con invitados y con el trabajo de Jhon. «Después esperemos que se unan otros tatuadores de aquí de Miami«, me explica.

Imagen tomada de Facebook de Jhon Jairo Rodríguez

Y aunque muchos pensarán que abrir un estudio de tatuajes en Miami es un lugar con demasiada competencia, el mono piensa que aunque hay mil estudios y mil tatuadores, uno más siempre será bienvenido. Además es la oportunidad de volver a sentir que puede tomar sus propias decisiones sobre el local, algo que ya extrañaba desde su experiencia en Zone Colors.

Esa es su historia, con sus idas y vueltas; aunque para todos no ha sido  igual. La historia de Dani Zombie con su propio local, Zula Morad con el suyo o el Calvo con el sitio que recibe el mismo nombre de su apodo; han sido muy diferentes.

(continuará la otra semana)

@ricardoduranv

Blog Original: Tatuajes y Periodismo