«Los tatuajes pueden cambiar el futuro educativo de Venezuela». Claro y a la pepa, sin dar rodeos -ni perderse en explicaciones que no necesita-, empieza un video que vi la semana pasada en Facebook. Lo publicó Cultura Colectiva y en 48 segundos explica cómo 14 tatuadores en Venezuela, liderados por Leonel Castro, se unieron al movimiento «Tatuajes X Útiles» el pasado 1 y 2 de octubre para recaudar útiles para 500 estudiantes de bajos recursos de Caracas. Cada donador recibía un tatuaje a cambio de un útil escolar.
Pero ese titular no solo me atrapó a mí y a los 72 mil usuarios que dieron like al video. También a las 80 personas que fueron a tatuarse y que donaron 1.300 útiles escolares durante el primer día de la actividad. Sin embargo, esta no es la primera vez que Venezuela y Leonel Castro utilizan los tatuajes para contar una historia que con un poco de tinta ayude a mejorar su país. Pues desde el 2014 lleva realizando una actividad por el mismo estilo en Navidad, donde él y otros tatuadores de Venezuela donan tatuajes por juguetes. Actividad que el año pasado también fue realizada en Colombia por Daniel Herrera (Zombie) y Santiago Restrepo. (Lea Juguetes por tatuajes: una Navidad más tatuada)
Lo mismo hizo Zlatan Ibrahimovic en un partido de la liga francesa en febrero de 2015. Utilizando su fama, su talento y 50 tatuajes remomibles, quizo apoyar al Programa Mundial de Alimentos para hablar de los 805 millones de personas que sufren de hambre en el mundo. «A cualquier lugar que voy, la gente me reconoce, dicen mi nombre, me animan. Pero hay nombres por los que nadie anima. Hay 805 millones de personas sufriendo de hambre hoy en todo el mundo«, dijo en este entonces el hoy delantero del Manchester United.
Otro que quiso utilizar su talento con los tatuajes para ayudar en causas humanitarias fue Henk Schiffmacher, conocido como Tattoo King of Amsterdam, quien puso a disposición su máquina y su tinta para aportar a la reconstrucción de Japón tras el tsunami ocurrido en 2011, en especial a las zonas rurales. Su idea fue acogida por miles de personas alrededor de Europa con lo cual se donaron alrededor de 7.000 euros.
Y más recientemente, el artista de Nueva Zelanda, Benjamin Lloyd ha utilizado su talento y tatuajes temporales para darle felicidad a niños hospitalizados. Según cuenta Lloyd, al utilizar estas tintas que no son tóxicas, los niños muestran orgullosos los diseños que ellos mismos pueden elegir. Tal y como explica de The Daily Mail, todo empezó después de mostrar una foto del diseño que había hecho con el hijo de un amigo suyo. Luego publicó la foto en Facebook y dijo «50 likes and i’ll go to Starship Hospital and tat all the kids up«. Con más de 400.000 likes a la mañana siguiente, Lloyd cumplió su promesa.
Y así con talento, tinta, máquinas y mucha buena onda que se sigan llevando a cabo causas bien tatuadas.
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