No creo que haya, en la prensa de esta mañana de jueves, mucho más que decir del desempeño en la Champions League de Juan Guillermo Cuadrado, Radamel Falcao García y James Rodríguez. Dos de ellos son finalistas de la competencia y los tres se perfilan como los mejores (su orden me lo reservo para otra ocasión) jugadores de sangre cafetera en la actualidad. Pero, como dije, poco más falta por decir. El espacio de hoy se lo quiero dedicar a un jugador que ocupa menos páginas de las que se merece en estos espacios.
Su nombre es Davinson Sánchez. Llegó al AFC Ajax en el verano pasado, después de consagrarse campeón de la Copa Libertadores de América con al Atlético Nacional. La confianza que le dio Reinaldo Rueda en el cuadro antioqueño no es azar. Rara vez he visto a un defensa de 20 años quitar el balón con tanta elegancia y limpieza. Si el regate de Cuadrado es un baile caribeño, las entradas de este ‘pelao’ son finas y puntales como un reloj suizo. Él hace, a diferencia de otros, el estirón y la barrida un poco más larga, justo para que la punta del guayo toque el balón y se desvíe del atacante que, decepcionado y vencido, sigue la carrera que tenía pensada mientras ve cómo se aleja su tesoro.
Todo eso es resultado de una inteligencia posicional y táctica. Pero además, en el fútbol moderno, el jugador polivalente gusta más al negocio y al espectáculo. En eso la capacidad para manejar el espacio también ayuda a Sánchez, que ha sabido aportar como pocos defensas de su liga a la cuota goleadora de su equipo. Cuatro anotaciones iniciadas en un tiro de esquina (entre ellas una de chilena) y un gol de media distancia muestran su inteligencia dentro del campo rival. Es ese central que quieres de atacante si necesitas un gol salvador en el 90’.
Eso sí, lo anterior sería imposible si no tuviera buen manejo de balón. Un defensa central necesita saber cómo robar la pelota y en dónde ubicarse, pero no todos son grandes pasadores o saben iniciar una jugada sin reventarla a la popular. Tiene números de mediocampista en distribución de la pelota: un promedio de 67 pases por partidos y un acierto del 88%. Poco tiene que envidiarle a Gerard Piqué, central del FC Barcelona y que tiene un promedio de 70 pases por partido y un 90% de efectividad. No digo que esté al nivel del catalán, pues todavía tiene mucho que aprender para ello, pero es innegable que, con estas estadísticas, el muchacho puede llegar muy lejos.
En la Selección Colombia ya jugó un partido y, aunque el resultado no fue lo que el equipo esperaba (3-0 contra Argentina), José Pékerman lo tiene en cuenta y valora sus cualidades. El joven Davinson Sánchez fue nombrado mejor jugador de esta temporada en el Ajax, un premio rara vez otorgado a un defensa central. Con 20 años, equipos como el FC Barcelona y el Chelsea FC lo tienen en la mira y sus cifras muestran que hay una nueva perla en la joyería nacional. Su club ha dejado claro que la oferta inicial no debe ser menor a los 25 millones de euros. Solo el tiempo dirá si el nacido en Caloto, Cauca, es de esas joyas que brillan cada día con más fuerza o si se empolvará después de un descuido. En todo caso, mientras el tiempo aclara eso, él es, sin duda, el jugador colombiano con mejor futuro en el fútbol internacional.