El Manchester United de Mourinho juega cada día peor. Esa situación, que ya es mala para cualquier técnico, deja a Don José sin armas de defensa.
José Mourinho se va quedando sin argumentos. Desde que ganó la Champions con el Inter de Milán y fichó por el Real Madrid, sus ciclos han terminado mal. Cada vez sus proyectos son menos exitosos y los trofeos menos frecuentes. Este fin de semana sufrió su peor derrota como local (0-3) dirigiendo al Manchester United contra el Tottenham Hotspur. Se defendió en la rueda de prensa diciendo que es un técnico laureado y que el equipo jugó bien. Aunque tiene razón, pues es uno de los entrenadores que más sabe de fútbol en el mundo, su personalidad y juego resultadista lo llevan a hundirse cada día más.
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Algunos ex jugadores de él afirman que es un tipo cálido con mentalidad ganadora y que entiende al futbolista a pesar de que nunca jugó de forma profesional. El problema de José es que pocos de sus discípulos piensan así y, en cambio, los hechos muestran que le cuesta reconciliarse cuando hay una pelea con un jugador. Con Iker Casillas el tema fue absurdo, pues Mourinho lo regañó por llamar a Xavi Hernández (jugador del Barcelona y compañero de selección) para apagar los humos tras la tensión que generaron los 4 clásicos entre el Madrid y Barça en 2011. También dejó de lado a Pedro León, que un día lo enfrentó y le dijo que merecía una oportunidad, y con Sergio Ramos por una jugada en un partido importante. En el Chelsea todo parecía felicidad tras conquistar la Premier hasta que Mourinho discutió con el que había sido su figura: Diego Costa. Hoy, en el United, es claro que la relación con Paul Pogba se fue al caño, pues el técnico aprovecha cada rueda de prensa para recordarlo con una pulla al francés. Pelear con los jugadores, además de generar tensión en el vestuario, suele disgustar a la afición, que según José es el último juez.
En todo caso, volviendo a la rueda de prensa, algo de razón tiene. Su equipo jugó más o menos bien contra el Tottenham y la afición lo reconoció, pero fue una actuación atípica del United esta temporada. A pesar del buen desempeño, recibió una goleada en casa. Si algo siempre salvaba a Mourinho cuando su personalidad como entrenador generaba polémica es que respondía en la cancha, pero ahora no lo hace y por eso empiezan los problemas. Su filosofía de juego, muy resultadista, también es su destino: si gana no importa, si pierde lo odian. También se merece esa fama, pues su juego es cada día más tacaño. Si un aficionado va a ver jugar a un equipo de Mourinho, sabe que no será testigo de un juego atractivo. En ese caso, lo mínimo que puede pedir esa persona es un buen resultado que justifique la entrada. Desde hace rato José no logra ofrecer esa garantía.
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El tema con Mourinho, por lo tanto, es que sigue siendo un creador de problemas y un entrenador que impone un juego muy especulativo, solo que ahora no tiene cómo justificarse, pues no gana. En la sala de prensa sigue siendo ‘The Special One’, pero en el campo le falta la contundencia que siempre caracterizó su juego. Lo más probable es que se vaya del Manchester United. Habrá quien lo contrate. Eso sí, el equipo al que dirija Mou solo podrá disfrutar de un fantasma. Lo mejor de aquel que ganó 3 Premier Leagues (esas que tanto enfatizó en la rueda de prensa) ya se fue y solo queda un actor que sabe mucho de fútbol, pero al que los años rodeados de polémica le pasaron factura.
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Jorge Almirón no es más el técnico de Atlético Nacional. Hace tres semanas dije que debía enfocarse más en su equipo que en las excusas. Ayer, lejos de hacer un análisis profundo sobre la falta de contundencia de Nacional, mandó un ridículo recado al árbitro. Almirón no corrigió el rumbo y ahora los verdes están sin técnico a mitad de torneo.