Tras el partido que dejó abierta la Premier, queda claro que el Liverpool y el Manchester City son los clubes que mejor juegan en Europa.
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Vamos apenas en cuatro días del 2019 y ya vimos lo que seguramente fue uno de los mejores partidos del año. El Manchester City vs Liverpool en el Etihad Stadium del jueves puede describirse como un encuentro de espectáculo nato. El entretenimiento no solo llegó por los goles (ganó el City 2-1) sino por la excelencia, fluidez y rapidez con la que ambos equipos juegan al fútbol. En este momento, el partido entre estos dos clubes cuenta con todos los ingredientes para ser considerado el mejor show futbolero.
Los genios detrás de todo son los entrenadores Pep Guardiola y Jürgen Klopp. Del primero poco se puede decir que no esté escrito ya. Ganó todo en su primera temporada como entrenador, marcó una época y renovó un estilo de juego. Ha ganado en los tres países en donde ha dirigido y las selecciones de España, Alemania (campeonas del mundo) e Inglaterra (semifinalista) han construido sus equipos con jugadores que él potenció. Klopp, por su parte, fue hasta hace poco el único entrenador en Alemania que plantó cara a la hegemonía local del Bayern Munich. El español dirige al City campeón vigente de Inglaterra y el alemán al Liverpool subcampeón de Europa.
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El tema no se queda ahí, pues de poco sirve un piloto sin un buen carro. Tanto el Manchester City como el Liverpool cuentan con grandes plantillas en un gran estado de forma. Los citizens lucen figuras como Sergio Agüero, Leroy Sané, David Silva y Ederson (por decir algunas), mientras que los rojos tienen a Mohamed Salah, Roberto Firmino, Alisson Becker y Virgil Van Dijk (por decir otras). Cuando uno de esos jugadores está en un buen momento, su calidad permite que hagan jugadas que pocos futbolistas siquiera son capaces de pensar. Agüero, por ejemplo, se inventó solo el 1-0 contra el Liverpool. Se volteó, perfiló y remató dentro del área en un solo gesto para mandar un misil que nadie supo por dónde entró.
El resultado de juntar en un choque dos clubes con un presente tan parecido genera show, arte y emoción. A nivel defensivo, cada equipo hizo la presión alta casi sin fallos ni muestra de cansancio. Como contra-propuesta ofensiva, el City movió el balón por toda la cancha y pocas veces erró el pase en lugares peligrosos del campo. El Liverpool, una vez recuperado el balón, usó su velocidad vertical para romper una defensa que en el papel no hacía nada mal. Los tres goles del partido llegaron en pequeños segundos de desconcentración casi invisibles al ojo humano, como solo puede suceder en choques así, y el Manchester City ganó porque, aunque suene a obviedad, metió un gol más que su rival.
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Más allá del resultado, lo que deja el choque de ayer es una demostración que genera miedo en el resto de Europa. Esta vez ganó el Manchester City y la próxima vez puede ganar el Liverpool, pero si algo queda claro es que ambos tienen capacidad de sobra para ganarle a cualquier equipo de los que siguen vivos en Champions League. Ni siquiera PSG, Barcelona, Juventus o Borussia Dortmund (punteros de las otras ligas) han mostrado el nivel de los dos conjuntos ingleses. No hay otro club que en enero haya mecanizado su juego de la forma en la que estos dos equipos lo han hecho. Tras el partido en el Etihad, la Premier League quedó abierta y los dos clubes son mis dos favoritos para la Champions.
Foto: Clive Brunskill