Aunque Carlos Queiroz está a punto de ser contratado, parece que Colombia perdió la oportunidad de armar un proyecto serio para levantar la Copa América.

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El 31 de agosto del año pasado, José Pékerman dejó de ser el entrenador de la Selección Colombia. Aunque su decisión de no renovar el contrato se veía venir desde las eliminatorias para Rusia 2018, hoy es el día en que el equipo nacional no tiene su reemplazo. La Federación Colombiana de Fútbol, en su excesiva pasividad con el tema, no solo mostró falta de planeación, sino que condenó a la Selección a perder seis meses de trabajo y puso en riesgo la continuidad del proyecto que ha llevado al equipo a dos fases finales de mundial y a un tercer puesto en Copa América.

Colombia todavía cuenta con un grupo de jugadores en un nivel jamás visto en otras generaciones. Si a eso le sumamos que varios seleccionados de la CONMEBOL están en reconstrucción, el equipo nacional tenía la oportunidad de jugar la Copa América con opciones de ganarla. Digo tenía porque eso era en julio, cuando Colombia se fue del Mundial. Para que esa idea se pusiera a rodar, era necesario empezar el ciclo al mismo tiempo que los rivales y crear un proyecto serio desde agosto que le diera continuidad al grupo y aportara ideas nuevas.

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Pero la Federación no hizo nada. Se perdió en un lío judicial de boletería y dejó el tema de lado. En esas, se escaparon opciones como Juan Carlos Osorio, Reinaldo Rueda y Gerardo Martino. Arturo Reyes, entrenador de la Selección Sub 20, se encargó de reunir al grupo de mayores en dos ocasiones para que no se perdiera mucho. El samario repartió su tiempo entre sus obligaciones con la juvenil y con la absoluta a pocos meses de que la Sub 20 se juegue una entrada al Mundial de esa categoría. Hizo lo que pudo, el equipo Colombia cuatro partidos (de los que empató uno y ganó tres) y mostró buen fútbol, pero ningún proyecto serio. La idea de aprovechar el momento e iniciar un proyecto por la Copa América se esfumó poco a poco.

Hoy todas las selecciones que participarán en el torneo tienen un entrenador. Incluso Argentina, que pasa por un mal momento, ve la luz al final del túnel de la mano de Lionel Scaloni. Hoy al menos a Messi le suena la idea de volver y los albicelestes llevan seis meses construyendo algo. En Colombia, Falcao, James y compañía no saben cómo van a jugar en la Copa América. Mientras los brasileños están en contacto con Tite y sus ayudantes, nadie acá está pendiente de la lesión de Frank Fabra. En otras palabras, no hay un equipo en construcción y cada día que pasa es un día menos de investigación, trabajo y conversación.

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Todo indica que llegará Carlos Queiroz, un portugués experimentado cuyo estilo de juego no ayuda mucho a jugones como James y Quintero, pero que ha dirigido en mundiales. Al final, la mejor noticia de que el europeo llegue a la Selección es que la situación hubiera podido terminar peor y que, por lo menos, con su llegada se inicia un proyecto. A tal punto de conformismo llegamos los seguidores de la Selección que poco importa el nombre del técnico, pues al menos ha llegado uno. Ni la hinchada ni los rivales comen cuento, y aunque Colombia todavía puede dar la sorpresa en la Copa América, perdió una oportunidad de oro por dormirse seis meses. Ahora solo falta que el portugués no firme…

Foto: FIFA