El Covid-19 frenó como nunca el fútbol mundial. Ante la necesidad de parar las competencias, queda la duda de cómo y, sobre todo, cuándo se reanudarán.

Es difícil escribir sobre fútbol cuando nadie juega fútbol. Menos mal es así, porque la situación mundial no está para ello. Más tarde que pronto, la actividad deportiva se suspendió en casi todo el planeta y son pocos los países que se arriesgan. El Covid-19 lleva al entorno del fútbol a plantearse problemas inéditos en su historia reciente, pues una vez pase la tormenta sanitaria, será necesario decidir cómo y a qué ritmo prendemos las máquinas de las competiciones.

El tema es complejo. La decisión depende, en gran medida, del momento en el que se tome. No se sabe aún cuándo acabará la pandemia y podrán volver los torneos. El objetivo principal de Europa y Sudamérica era realizar la Eurocopa y la Copa América a tiempo, pero se comunicó que se jugarán en 2021. Por su parte, el Comité Olímpico no se ha pronunciado y sueña con hacer sus juegos de verano en Japón este año. La ventana se abre ara acabar la temporada en junio y julio si la crisis ha pasado.

Si bien el virus apenas llegó a Sudamérica y lo peor está por llegar, sus competencias acaban a final de 2020, por lo que hay un margen más amplio para adaptar el calendario. Europa, sin embargo, tiene menos granos en su reloj de arena. La final de la Champions League, último evento a nivel de clubes de la temporada, está agendado para el 30 de mayo. Podría moverse un mes, pero eso implicaría una de dos opciones: menos tiempo de pretemporada para 20-21 o un calendario más apretado de aquí a verano de 2021. Los jugadores son humanos y necesitan descanso.

Ese es otro tema importante. Los organismos de las competencias deben tener en cuenta a sus deportistas. Las mujeres y los hombres que se dedican profesionalmente a este juego llevarán meses detenidos para cuando los torneos se reinicien. Sin pretemporada y con un calendario ajustado, va a ser muy difícil evitar lesiones y contratiempos físicos. Lo correcto es dar espacio para calentar motores y ese es otro inconveniente.

Con todos los ingredientes, nacen varias soluciones. La propuesta más popular en Inglaterra es darle el título de liga al Liverpool (virtual vencedor), otorgar ascensos y no dar descensos. Con eso, habría una Premier League con 22 equipos la próxima campaña. El tema no es tan sencillo en ligas aún sin definir como la española o la italiana. Otra opción sería borrar la temporada e iniciar de ceros, pero eso generaría problemas a nivel continental, pues la UEFA necesita saber qué equipos clasifican a sus torneos. La última idea popular es acabar la temporada haciendo ajustes a los formatos e iniciar tarde la siguiente temporada.

El problema es mayúsculo. Todavía no toca solucionarlo pues, como dije, no hay certeza del momento en el que el balón volverá a rodar. La Conmebol y la UEFA ayudaron al posponer sus copas de países, pero valdría la pena que las organizaciones se preparen para diferentes escenarios. Por ahora, conviene centrarse en el día a día, en la salud de la comunidad y en evitar contagios y muertes. A mis lectores les deseo eso. Ya luego habrá tiempo para pensar en el fútbol.