Maquillar de manera digital los estadios españoles y poner un sonido para sustituir el silencio de las gradas vacías solo hacen más grande la tristeza.
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No me acostumbro al maquillaje que La Liga española le metió a sus partidos. Con un trabajo digital, las gradas fueron cubiertas por una cortina de ‘muñecos sentados’ en las gradas. Lo de los muñecos lo digo a la fuerza, porque al principio pensé que eran pixeles. Luego me di cuenta que parecían más una recreación de los Mii’s, esos personajes editables que Nintendo usa desde que sacó su consola Wii. También se le suma al partido un sonido de ambiente sacado del videojuego FIFA 20. Todo muy digital, artificial y sin alma.
Una persona triste genera pesar, pero es peor si la persona triste finge estar feliz. El fútbol es mejor con el estadio lleno y las gradas que no detienen su aliento. No es el momento para vivir ese tipo de espectáculos y, aunque me da tristeza, escuchar un audio digital de ambiente (siempre a destiempo) solo pone la situación peor. Los sonidos del estadio son importantes, no por ser sonidos, sino por su contexto, su espontaneidad y porque de alguna manera están acompañados con expresiones físicas de las personas que están en el estadio. Estos muñecos no pueden abrazarse cuando suena un grito de gol, pues no reaccionan. No tienen vida.
Equipos de otros lugares han llegado a mejores soluciones. En la Bundesliga alemana hay gradas llenas de cartones con caras de aficionados, pantallas con seguidores alentando o pancartas con mensajes potentes. En España también hay iniciativas similares, pero ninguna se ha impuesto para la televisión sobre los muñecos digitales, salvo en el caso del estadio La Cerámica (Villarreal CF), en donde sí hubo cartones con caras de seguidores. ¿Cuál es la diferencia? que los muñecos digitales quieren tapar una realidad para la televisión (los asistentes al estadio no los ven), mientras que estas ideas aceptan la situación y buscan acercar a los aficionados de verdad con un gesto simbólico.
Me siento más cerca del fútbol con iniciativas que tengan alma, no con simulaciones interesadas en maquillar la realidad. No es estéticamente atractivo (parece un videojuego que gastó todo su presupuesto en el campo de juego y no tuvo como hacer buenos entornos) y solo agranda la tristeza de un estadio vacío que finge no estarlo. A los que tengan la fortuna de tener DirecTV Sports, con el botón verde del control pueden quitar el sonido digital y dejar el sonido de ambiente real. Escuchar a jugadores y entrenadores es más divertido y, sobre todo, real.