Me alegra dedicar líneas a una bonita historia durante esta época. El equipo de Klopp se merece los elogios y el resultado de mucho trabajo.

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En tiempos tan amargos, vivir una buena gesta de fútbol le mete un poco de dulce al corazón. La Premier League que ayer ganó el Liverpool a manos de su entrenador alemán es una hazaña digna de cantor de mitos griegos. Treinta años de espera y una liga casi perfecta que ni una pandemia pudo evitar.

Para un equipo de tradición como el Liverpool, no tener ningún trofeo de liga desde que se implementó el formato Premier era una espina que ni siquiera una Champions podía quitar. Cualquiera tiraría la toalla después de quedarse con las manos vacías a pesar de conseguir 97 puntos en liga como le sucedió al equipo de Klopp la temporada pasada. Cuando el trabajo bien hecho no viene con una recompensa, muchos escépticos machacan por la falta de resultados.

Menos mal no hablamos de un técnico cualquiera. Jürgen Klopp ha demostrado ser una combinación excelente y poco común entre el entrenador que agranda la mentalidad del equipo y forma mucha unión, con el estratega virtuoso que planifica todos los partidos con astucia de general. Este Liverpool será recordado porque su fútbol no solo se acerca a la perfección táctica sino que genera en su rival una sensación mental de inferioridad. Es difícil que un equipo salga más motivado que el Liverpool de Klopp. La insistencia en la liga derrotó cualquier presagio, pronóstico negativo o maldición que las leyendas contaban sobre este equipo y la Premier League.

Pocas veces fue tan grande la diferencia entre primero y segundo en esta liga. Desde la segunda jornada, Liverpool fue puntero y no se bajó nunca más. En enero ya se olía la gesta. Ayer quedó campeón con una diferencia de 23 puntos a falta de siete jornadas. Solo una derrota, ante el Watford el 29 de febrero, dos empates pusieron mancha a una temporada de liga que es casi perfecta.

Como el Arsenal invicto de Wenger en 2004, el Manchester City agónico de Mancini en 2012 o el Leicester humilde de Ranieri en 2016, este insistente y resiliente Liverpool de Klopp añade un capítulo más a las gestas históricas de la Premier League. No sabemos en qué momento acabará la bonita historia que empezó en 2015 con la llegada de Klopp al equipo rojo, pero es un conjunto especial al que vale la pena dedicar varias páginas de diarios.

Quizá su hazaña sea inferior a otras, y le falta camino para meterse entre los mejores de la historia, pero el Liverpool de Klopp ya tiene la Premier anhelada y la distinción de un estilo de juego arrollador. Me alegra mucho poder escribir de algo alegre en esta época.