Jürgen Klopp dijo que el estadio Di Stefano del Real Madrid es un campo de entrenamiento. ¿Son excusas para no hablar del mal juego de su equipo?

El rival del Real Madrid nunca puede jugar con menos del 100 % de sus energías. Menos en una fase de eliminación directa de Champions League. No importa que el campo sea de entrenamiento o que el club de la capital española lleve dos años con un ala herida tras la marcha de Cristiano Ronaldo. A pesar del mal momento del Madrid, tiene aura ganadora y su plantilla lleva maletas de experiencia a cualquier partido. Por eso sorprendió esta semana la actitud de Jürgen Klopp y su Liverpool antes de enfrentar a los blancos por los cuartos de final de la Champions League. Desde la previa, el alemán se mostró demasiado confiado y se fue el martes de España con una derrota por 3-1 y una imagen de juego muy pobre.

Todo inició con la ninguneada a visitar el campo el día antes del partido. En Champions, es costumbre que los visitantes hagan un entrenamiento en el estadio el día previo al partido. Liverpool prefirió guardarse en su hotel y no ir al reconocimiento del campo. Si bien la expedición inglesa quería evitar demasiados movimientos por la pandemia, las condiciones sanitarias para visitar el estadio Alfredo Di Stefano estaban dadas y, en todo caso, el club inglés pasaría cerca de tres horas en ese lugar el día siguiente.

A minutos de iniciarse el partido, Klopp dio su opinión sobre el Di Stefano. El entrenador visitante tildó al estadio de ser un campo de entrenamiento. Tras la derrota, en conferencia de prensa, reiteró su pensamiento y comentó que la vuelta al menos sería en Anfield, “un campo de verdad”.

Parece una excusa, y una muy mala, para justificar el mal partido de su equipo. Al analizar los 22 titulares, el Liverpool era favorito. Real Madrid salió al campo con una defensa suplente por la lesión de Ramos y Carvajal, así como el positivo para covid de Varane. La delantera, compuesta por Vinicius, Benzema y Asensio, no parecía dar garantías de gol. Aunque el Liverpool llevaba una racha complicada y salió también con una defensa alternativa, su delantera de Salah, Diego Jota y Mané los ponía como candidatos en el arranque. Además, aunque la jerarquía de Casemiro, Modrić y Kroos es indudable en el mediocampo, el equipo inglés es famoso por anular esa zona. A pesar de todo eso, Klopp fue incapaz de aprovechar las ventajas de la previa en el campo.

Desde el primer minuto, el Madrid dominó y ganó las pelotas divididas. Los blancos salieron a luchar por la temporada, jugaron concentrados y su defensa, consciente de su inferioridad contra una delantera visitante consagrada, sacó corazón y cabeza para frenar una y otra vez las corridas de sus rivales. Diego Jota brilló por su ausencia, Mané vivió en el suelo y Salah solo consiguió un gol tras todos los regates que intentó. El centro madridista dominó al visitante y Kroos se lució con dos pases largos que acabaron en gol. Vinicius y Asensio, cuestionados por su poca efectividad frente al arco, ajustaron puntería y le ganaron los mano a mano a Alisson Becker, antes el mejor portero del mundo, que solo destacó por su bigote. En cada espacio, Zinedine Zidane le ganó la pulseada a Klopp, estupefacto ante el ritmo de su rival.

Fue un partido que se ganó por la actitud. Sí, el Alfredo Di Stefano es un estadio de cantera y suele ser usado para entrenar, pero lo del martes pasado era la ida de cuartos de final de la Champions. El Madrid entendió el contexto y, al parecer, el Liverpool se dejó llevar por la atmósfera silenciosa. En efecto, los ingleses parecían jugando un picado de entrenamiento. Habla mal de Klopp que su equipo no tenga la profesionalidad para meterle la actitud necesaria a un partido de este calibre. ¿Qué pasará si el Liverpool queda eliminado por este partido? Es absurdo que un equipo y un entrenador campeones de Champions excusen su salida del torneo por un estadio chiquito. El discurso debe ir más allá, pero parece que Klopp no quiere hablar de lo mucho que le ha costado mantener vivo a un equipo que era ganador hace menos de un año.