Cuando acepté la invitación de ir a una finca en Santa Marta con más o menos 20 de mis compañeros de EL TIEMPO y así “conocer otras partes de Colombia”, sabía que no era realmente esa la intención de este tipo de viaje.
En Inglaterra hay una costumbre bastante controversial que se ha vuelto más común con el tiempo: una vez terminan los exámenes A Level (equivalentes al examen del Icfes en Colombia) en el colegio -a la tierna edad de 18 años- los estudiantes van a su primer paseo (al menos, para la mayoría) sin padres. Se puede decir que el principal reto de este viaje es descubrir quién puede beber más. Esta costumbre es tan común que llegó a ser el enfoque de una serie de documentales del BBC Three que se llaman “Sun, Sex and Suspicious Parents” , en donde se muestran las reacciones de los papás al ver el comportamiento de sus hijos en esos paseos.
Nuestro viaje a Santa Marta, aparte de tener un propósito muy importante -la despedida de uno de nuestros colegas- me hizo pensar (con todo el respeto, muchachos) en lo que hice cuando tenía 18 años y fui a Malia, Grecia, con un grupo de cerca de 50 amigos del colegio.
Lo he dicho mil veces: para mí hay algo especial acerca de los colombianos y es la capacidad de entretenerse o hacer una fiesta en cualquier situación. Entonces, aunque nos levantamos a las cuatro de la mañana, apenas aterrizamos en Barranquilla y tomamos un bus a Santa Marta, empezó la locura. Eran las ocho de la mañana. En el bus recibí varios regalos: unos “traguitos” de pisco y después unas cervezas -claro, para aliviar la sed-. ¿Mencioné que eran las ocho de la mañana?
Otra cosa: si no te gusta el reggaetón, vas a tener un problema muy grave en este tipo de viaje. Tienes que recibirlo con los brazos abiertos. Es algo que he estado intentando hacer desde que llegué a Colombia y creo que finalmente lo logré. El único problema que tengo es que todavía no conozco la letra de estas canciones… Entonces en la tarde, en la piscina, me veía en apuros para tratar de aprender la letra y cantar con los demás. Eso sin mencionar las dificultades que tenía para entender la conversación de un grupo de 25 colombianos gritando vainas en drunken Spanish. Pero, de verdad, fue pura diversión y pura alegría ver a tantas personas tan felices cantando a todo pulmón.
Algo que me aseguran es muy colombiano y que me pareció raro es el hecho de que mientras estábamos en otra ciudad del país, que dispone de un montón de cosas para hacer, nos quedamos solamente en la finca y en esa playa. De pronto fue porque éramos muchos y no teníamos mucho tiempo. Pero de todas maneras, creo que esto hace parte del ‘plan finca’. Salir de Bogotá a una casa con piscina, al lado del mar, beber, hablar nonsense (algo que ya sé decir en español, pero no voy a escribirlo aquí) y hacer absolutamente nada.
Por otro lado, el atardecer en la playa fue maravilloso. Y al menos nos dio tiempo de descansar y aprovechar el clima, preparándonos para la rumba de esa noche cuando, con la ayuda de nuestro amigo el aguardiente, bailamos hasta las cuatro de la mañana del domingo. Así es: 24 horas despierta.
Los ingleses tenemos una reputación bien conocida de bailar muy mal. Está claro que Inglaterra no es un país de salsa, ni merengue, ni vallenato, ni música latina en general. Pero, tuve la ayuda de mis amigos y un poquito de ayuda profesional (gracias, Marcela) y lo creas o no estoy aprendiendo gradualmente a rumbear.
No sé cómo lo hicieron, pero el domingo volvieron a tomar. ¡Llámenme floja, pero cuando estoy con guayabo, solo puedo tomar agua. ¡Nunca aguardiente! Dicho eso, de verdad, tengo que darles crédito a mis compañeros, porque son muy valientes.
Volvimos a Bogotá el domingo por la noche, solamente habiendo roto una silla y un espejo. Y voilá: mi loco fin de semana colombiano en la finca había terminado. Eso sí, es algo que nunca olvidaré.
Mi Semana en Cinco Puntos
- Algo nuevo que aprendí sobre Colombia: El “ocho”. Gracias, Angy.
- Algo que extraño de Inglaterra: La comida de la mejor cocinera/estudiante en Bristol, mi amiga Amelia. Su blog se puede leer aquí.
- Nueva palabra colombiana: “Güevón”. Hemos establecido que fue la palabra más usada el fin de semana. Su significado literal en inglés es muy chistoso.
- Momento difícil: ¡Salir por primera vez en televisión!
- Mejor momento: Cantar canciones inglesas con mis compañeros de trabajo en la finca. Nunca pensé que Bohemian Rhapsody pudiera hacerme TAN feliz. ¡Un poco de Inglaterra en Santa Marta!