Sólo un país cuenta con menos días festivos que mi tierra natal, Inglaterra, que celebra unos míseros ocho días cada año. Entonces, imagina el choque cultural al mudarme a Colombia; uno de los países con más días festivos en el mundo: 18 cada año. Mi sorpresa se arraigó en emociones mixtas, por un lado; júbilo e incredulidad, y por el otro lado; preocupación.

En Inglaterra, los días festivos llevan un estigma; o miedo apocalíptico, mejor dicho. Cuando el líder del partido laborista, Jeremy Corbyn, propuso cuatro 4 puentes más cada año recientemente, para celebrar los cuatro santos patrones del Reino Unido, estuvo catalogado como un loco; nuestra economía siempre estaría de vacaciones, advirtieron sus oponentes.

En 2011, tuvimos un día festivo extra para la boda real. Recuerdo el día por el picnic soleado que tuve con mis amigos. Sin embargo, los medios de comunicación lo recuerden el día por la pérdida de más de £2bn en la producción económica. Por este cálculo, cuatro días más llevaría la cuenta de £9.2bn más o menos; aproximadamente el presupuesto anual del gobierno para la educación.

Aunque el sentido compartido de los ingleses, representado por Corbyn, muestra “la necesidad de compartir más tiempo con nuestras familias”, se eclipsa por el miedo de que el sistema de educación nacional colapsara si tuviéramos unos días de vacaciones extra.

Ahora bien, el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CEBR), que realizó el estudio, admite que es muy difícil calcular con precisión el costo de un día festivo. No distingue entre lo que realmente se pierde en la economía del país y los gastos que solo han sido retrasados. Es posible que la economía se beneficie de un día festivo; al incentivar el consumo en los pubs, restaurantes, hoteles y minoristas.

También, es imposible medir el efecto que tendría un día festivo en la productividad, dado que el desempeño de los empleos mejora con la promesa de un día más de descanso.

De todas maneras, ¿debería ser una cuestión del PIB? Como la economista Michael Green subraya: el PIB no es una medida de bienestar. Mi impresión de Colombia es que los días festivos llevan mucha felicidad, celebración y unidad al país.

Gracias al día de La Asunción de la Virgen María este 21 de agosto, tuve tiempo para irme a Villa de Leyva para El Festival del Viento y las Cometas. Pensaba que sería un evento principalmente para los niños, pero muchas de las personas que blandían con entusiasmo las cometas con imágenes de princesas y superhéroes fueron adultos.

Pregunté a mis compañeros del trabajo que hacen durante los puentes, y la mayoría me dijo que lo pasa con sus familias. Para los colombianos que trabajan lejos de su ciudad natal, un fin de semana largo representa una buena oportunidad para viajar a compartir con los suyos.

Pero no es lo mismo del permiso retribuido; es importante que los días festivos son unas fechas especiales que comparte todo el país. Hay un sentido de unidad mientras miras unas 60 cometas en el cielo o cuando participas en una marcha con cientos de personas para celebrar un momento histórico de importancia para el país.

Inglaterra no tiene ningún día para celebrar quienes somos y por eso nos falta ese patriotismo intenso que sienten los colombianos. El 20 de julio y el 7 de agosto, el tricolor inundó a todo el país; había mucha gente en la calle, música, desfiles, banderas, baile. Claro la celebración de Independencia varía en cada región; este mes en Cartagena vi una charla dada por el alcalde, Sergio Londoño Zurek, en que proclamó: “el propósito de esta fiesta es reconocer la herencia africana.” Los días festivos no solo son unas vacaciones, sino uno de los pilares de identidad colombiana.

Mucha gente baila en la Plaza de la Trinidad, Cartagena

Colombia tiene sus problemas, pero pienso que los días festivos dan más alivio que un agravante económico. El hecho que Japón tiene la tercera economía más grande en el mundo y cuenta con 16 días festivos anualmente, es testimonio que más puentes no equivalen a la autodestrucción.

No es que Colombia tenga demasiados días festivos; es que Inglaterra tiene muy pocos. Una pausa de la carrera de locos para volar una cometa no me parece una idea tan mala.