En julio se celebró el 50 aniversario de la despenalización parcial de la homosexualidad en el Reino Unido. Y, sin duda ha avanzado muchísimo desde los días del acoso policial y la terapia de reorientación sexual. Pero ¿es posible decir que es seguro ser gay en el Reino Unido?

Entre abril de 2015 y marzo de 2016, se han denunciado más de 7.000 casos de crímenes de odio en Inglaterra y Gales. Sin embargo, esta cifra creció un 147% en los tres meses después de Brexit – relacionada con un aumento en la intolerancia en general en todo el Reino Unido. El año pasado, delitos relacionados con la orientación sexual fueron el segundo tipo de crimen de odio más denunciado.

En el Reino Unido, la homofobia se extiende fuera de violencia callejera y más allá el mundo del deporte. Sin embargo, en años recientes, se han dado algunos pasos en materia de mejorar actitudes hacia los homosexuales. No obstante, un deporte que fomenta la homofobia es el fútbol. El “juego bonito” (como le dicen en Inglaterra) se ha convertido en un culto, que fomenta un contexto de ultra-masculinidad. Este machismo promueve el compartimiento homofóbico, descartado como “solo un poco de diversión”. De hecho este “lad culture” puede tener efectos extremadamente nocivos. Las cuatro primeras divisiones no han tenido un futbolista abiertamente gay desde Justin Fashanu, que se suicidó en 1998. Los dos futbolistas destacados que han declarado su sexualidad son Thomas Hitzlesperfer, que se jubiló del fútbol profesional en 2013, y Robbie Rogers que juega para LA Galaxy – un equipo estadunidense del Major League Soccer.

Además, mientras que Inglaterra, Gales y Escocia reconocen los matrimonios entre personas del mismo sexo, en Irlanda del Norte, se prohíbe todavía el matrimonio homosexual y en este momento el futuro es sombrío – el partido principal en Irlanda del Norte, el Partido Unionista Democrático (DUP), se aferra al pasado, negándose a aceptar un cambio social.

Sin embargo, aunque las cifras parezcan desoladoras, el Reino Unido se destaca como uno de los países más progresistas en el mundo. A principios del decenio de 1980, solo un 17% de la población británica creía que el matrimonio entre personas del mismo sexo era aceptable, pero este porcentaje cambió a un 64% en el año 2016. Además, en octubre 2012, el gobierno británico aprobó legislación que permite a los hombres condenados de la ley desaparecida de ultraje contra la moral pública (una ley que discriminaba a los homosexuales), eliminar la condena de actas judiciales. Hoy en día, es más probable que los jóvenes se identifiquen como gay, mostrando que el movimiento de derechos de los homosexuales ha avanzado mucho desde los años 60. Con la legalización del matrimonio homosexual en 2014, y la modificación de la ley de la donación de sangre, es claro que estamos en el camino de la igualdad.

No obstante, no podemos negar la realidad que tiene lugar en el resto del mundo. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo aún son ilegales en 72 países. Hace poco, en Chechenia, una república del sur de Rusia, más de 100 hombres han sido secuestrados, torturados, y en algunos casos, asesinados. Igualmente, en muchos países del Medio Oriente, la homosexualidad se castiga con pena de muerte. Sin embargo, cada año más y más países despenalizan la actividad homosexual, y hay una creciente aceptación de la homosexualidad en muchos países.

Sin embargo, a pesar del aumento en actitudes positivas hacia personas LGBT, es importante recordar todos los hechos y cifras. No podemos ser complacientes –aunque sea importante reconocer lo lejos que hemos llegado, es imprescindible recordar la lucha y el hecho de que muchas personas han sufrido a lo largo de historia y los que están sufriendo.