Más allá de que el final de Game Of Thrones represente la culminación de una era y el fin de una de las series más impresionantes de la cultura pop de la última década, para mí lo que significa es una tusa* de grandes proporciones.

Cuando uno empieza una serie, tácitamente se establece una relación y un compromiso con los personajes y la historia en sí misma. Una relación que tiene fecha de vencimiento, pues uno sabe a conciencia que eso se va a acabar tarde o temprano, ya sea porque la serie tiene un número de temporadas establecido o porque un día cualquiera, por lo general en mayo, el canal decidió cancelarla. En el caso de Game Of Thrones, desde el 2017 sabía que eso iba a ocurrir, sabía que se iba a acabar, pero no estaba preparada emocionalmente para que terminará así.

Adicional al hecho de que se acabó mi serie favorita, y no se ustedes pero yo me entuso cada que se acaba una serie a la que le había cogido cariño, en esta ocasión mi tusa se ha visto agrandada debido a lo poco satisfactoria que fue la última temporada.

 

Imagen tomada de HBO Latin America Press Room. Disponible en este enlace: https://www.hbolapress.com/programming/search/94#seasons

 

Es por eso que, más allá de analizar en este post lo mal escrita que estuvo la temporada; cómo se tiraron el arco narrativo de personajes como Daenerys, Jaime y Jon; cómo desdibujaron otros como Cersei y Brienne; cómo primó la espectacularidad por encima de la historia; cómo las muertes que debían ser épicas fueron insípidas y sin sal;  o cómo desde el domingo 19 de abril, día en que Juego de tronos finalizó, la producción ingresó a las listas de Grandes series con finales desastrosos, lo que quiero compartir aquí es la tusa en la que ando por el final.

Así que después de pensarlo por unos días, identifiqué que mi tusa está dada por los siguientes factores:

  1. No entendí qué le hicieron a una de mis series favoritas. No sé que pasaba por la cabeza de David Bnioff y D. B. Weiss, no es claro para mí cuál era la necesidad de acabar ‘a lo maldita sea’ una de las mejores series de la década, a la que la habíamos dedicado ocho años de nuestras vidas.
  2. Si Jon Snow se iba a convertir en el personaje más inútil de la última temporada, para qué revivirlo y armarle una trama diciéndonos que era el heredero del trono y el fruto del amor entre Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen si eso no le iba a importar a nadie y no iba a servir para nada.
  3. Esta temporada hizo algo que Game Of Thrones nunca había hecho: poner a los televidentes a suponer, especular y justificar lo que pasaría en el final. GOT siempre nos mostró por qué ocurrían las cosas.
  4. El impacto que tuvo GOT en la cultura popular y la conversación y comunidad que se creó en las redes sociales al rededor de la serie, es algo que muy pocas producciones han logrado. Esto es una de las cosas que más voy a extrañar: la conversación en tiempo real después de cada capítulo en las diferentes plataformas (Twitter, Facebook, etc.).
  5. La emoción que generaba la serie en sus primeras temporadas. En este final todo estaba tan anticipado, que no tuve ninguna emoción o sorpresa en el capítulo final.

Imagen tomada de HBO Latin America Press Room. Disponible en este enlace: https://www.hbolapress.com/programming/search/94

 

Frente al capítulo final solo tengo que decir que el momento que más me emocionó fue cuando salió el conteo regresivo en la pantalla del televisor antes de que iniciara el capítulo.

Es triste que una serie termine, pero más triste fue la manera como terminó Game Of Thrones.

Así que sin más preámbulos llegó la hora de darle play al vídeo y desahogarnos juntos. Gracias por ver y leer.

*Tusa: Despecho

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