Las cifras que arrojan los estudios han sido contundentes a lo largo de los años pues se estima que cerca del 80% de las víctimas fatales que viajaban en los puestos delanteros en un accidente, se hubieran salvado de no ser porque la persona que viajaba detrás de ellos, sin el cinturón de seguridad debidamente ajustado, literalmente los aplastaron al golpear la silla delantera contra la humanidad, que queda en ‘sandwich’ entre ésta y el timón o el tablero de instrumentos.

Traigo a colación el tema puesto que con el acuerdo 331 de 2008 del Concejo de Bogotá, será obligatorio desde agosto de 2009 el uso de los cinturones de seguridad en todos los puestos, así como las sillas de seguridad respectivas según la edad, para los niños que viajen en cualquier tipo de vehículo, ya sea escolar o particular; deberán ir con la debida protección ante un accidente.

Pero como siempre por negligencia, burocracia o lo que sea, quedan vacíos y lagunas que uno no comprende.¿Porqué de una vez no se legislo para que el uso de los cinturones en todos los puestos del vehículo sea obligatorio para los ocupantes en su totalidad? Es un avance y está muy bien que se quiera salvaguardar la vida de los niños,pero no es menos valiosa la del resto de los humanos.

¿Porqué? En cualquier accidente los ocupantes de las sillas traseras sin estar asegurados, se convierten en verdaderas ‘máquinas’ aplastantes pues por ejemplo un pequeño de 25 kilos de peso a moderados 50 kilómetrospor hora (velocidad para no preocuparse ni ponerle el cinturón al niño, puesto que la vuelta es dentro del barrio como erróneamente afirman algunos), se convierte por la desaceleración y la inercia en una tonelada de peso que al golpear la silla delantera hace trizas al chofer o al copiloto que viajan adelante.

Y entonces ¿que tal un adulto de talla media? Pues ‘sólo’ se vuelve un demoledor que pesa cerca de 2 toneladas en la misma situación, y ni hablemos del daño que hará con las pocas probabilidades que le quedarán de sobrevivir. En las situaciones de impacto lateral o vuelco, el cuerpo sale despedido del carro para terminar impactando contra el pavimento (mas claro no puede ser el video). Es un adelanto   -para lo demorados que somos en implementar leyes útiles-,  que por lo menos los vehículos del año 2004 en adelante monten obligatoriamente los cinturones de seguridad traseros.

También, que desde agosto se obligue a asegurar con estos a los niños. Pero es inadmisible que no sea ley obligatoria para todas las personas de cualquier edad el ir sentados en cualquier silla, ajustados debidamente con la protección que entrega el cinturón. Por lo menos se acabarán los irresponsables  -ya en vías de extinción, afortunadamente-,  que llevan niñitos adelante sobre las piernas o sólos, en el puesto del copiloto.

También, los padres y madres de familia que llevan criaturas de cualquier edad sueltas atrás en manos de las señoras del servicio o solos, donde las leyes de la física, serán el detonante de una tragedia familiar. Reflexionemos, comentémoslo entre todos, y empecemos por dar ejemplo; no faltarán los que dicen que el cinturón atrás es incómodo, que no es necesario, que voy despacio…….

Así sucedió cuando se exigió el uso de los cinturones delanteros, mil disculpas para no usarlo: al final, nos acostumbramos y seguimos salvando muchísimas vidas. Por ahora, mientras esperamos a que algún día sea ley de La República para todos, pasemos la voz  -exijamos por ejemplo a los taxistas con modelos 2004 en adelante que nos dejen al alcance los cinturones traseros, y que suban la silla delantera derecha-,  y los invito a que desde hoy, tengan el buen hábito de usarlo siempre.

Empezaré a dar ejemplo pues Dios no quiera, las consecuencias serían fatales. Y si creen amables lectores que estoy exagerando, vean por lo menos 2 veces con detenimiento el corto video……..cuídense y cuiden a su familia!

Correo  italianties@yahoo.com