Turbo cargador, inyección directa de combustible con una elaborada gestión electrónica se suman para hacer parte de la interesante motorización que acaba de llegar a nuestro país en el precioso y emblemático clase E de Mercedes Benz. Lo reconocerán por las siglas CGI (charged gasoline injection) en la tapa del maletero.

En línea con la preocupación mundial por preservar lo que nos queda del planeta, los motores turbo alimentados de tamaño pequeño se han convertido en una interesante opción dado que con su reducido consumo se contamina menos. Además, el inyectar directamente la gasolina a los cilindros produce ventajas adicionales no sólo en términos de emisiones, sino en economía y eficiencia.

Todos los motores que funcionan con gasolina  (ciclo Otto) son máquinas que comprimen en los cilindros una mezcla de aire y gasolina que al estar oprimida al máximo una vez que el pistón llega arriba (recuerdan una jeringa? Tapen el hueco superior con su dedo, y suban el émbolo: están comprimiendo aire y ‘simulando’ lo que sucede dentro del motor), gracias a la chispa de la bujía que salta en ese momento, se produce una combustión. 

Los motores turbo introducen el aire dentro de los cilindros a una mayor presión que la atmosférica. Entonces la presión en aumento al tiempo con la temperatura, a medida que sube el pistón comprimiendo, los hace propensos a que la mezcla de aire y gasolina se auto encienda fácilmente antes de que salte la chispa de encendido, produciendo una combustión anormal, el famoso ‘preencendido o cascabeleo’ el cual destruye a corto o mediano plazo la máquina.

Por lo anterior los motores turbo, tienen relaciones de compresión bajas y son asistidos por la válvula de alivio ubicada en el turbo que al llegar a una presión considerada peligrosa, deja escapar el exceso de ésta. En el momento de la compresión es donde empiezan las ventajas de la inyección directa, puesto que lo que se comprime es aire y no mezcla aire-gasolina, entonces no hay nada que se pueda auto encender. Por esto el turbo puede introducir mayor cantidad de aire a presión, que en los motores sin éste tipo de inyección.

Una vez que el aire está comprimido al máximo, entra el flujo de gasolina a alta presión, directo a la cámara, prácticamente como sucede con el principio de funcionamiento de los motores Diesel. Entonces, la explosión es más fuerte  -siempre progresiva y controlada-,  aprovechando mejor cada gota de combustible; de ahí la mayor economía y las bajas emisiones expulsadas que además las produce un motor pequeño. Adicionalmente, la gasolina que entra reduce la temperatura de los cilindros y la cámara de combustión.

Circulando a bajas revoluciones como en el tráfico cotidiano, la temperatura de los gases de escape es algo más alta. Esto permite un flujo más rápido de estos por el exhosto, impulsando más rápidamente la turbina, para que a su vez, presione el aire al interior, y la respuesta del motor en bajas revoluciones sea más rápida y generosa en torque. Mejora la salida del auto, el conocido ‘pique’.

Así mismo en nuestra complicada topografía los motores sobre alimentados se convierten en una interesante alternativa dado que la pérdida de potencia a medida que subimos sobre el nivel del mar, es mucho menor que en los motores aspirados (aquellos que no tienen turbo ni supercargador). Entonces en alturas considerables, están entregando casi toda la potencia y el torque que producen a nivel del mar.

La apuesta de la compañía por éstas maquinas produce buenos resultados: 204 caballos de potencia con un torque de más de 31 kgm entregado desde las 2000 hasta las 4300 revoluciones (cifra que entrega en promedio un motor moderno aspirado de aproximadamente 3 litros), con el menor consumo y peso de un 4 cilindros y la consecuente reducción de emisiones.

El 250 CGI viene con un buen nivel de equipamiento. Sunroof, sillas eléctricas, faros de xenón direccionales e inteligentes, el asistente que lo ayuda en el momento de estacionarse, etc. Todo, perfectamente ‘empacado’ en una cabina llena de espacio, lujo y confort, éste último realzado por las excelentes suspensiones y la tradicional rigidez de las cabinas y los bastidores de la compañía.

El precio es muy interesante pues se reduce con respecto a la versión de 6 cilindros entregando a sus afortunados propietarios todas las ventajas del sistema CGI, mas la satisfacción que produce estar al mando de uno de los modelos más brillantes de la estrella de tres puntas.

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