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* Gracias a un interesante espacio interior colmado con buen equipamiento, a una estética más personal que recuerda el adn actual de la compañía Checa perteneciente al grupo Volkswagen, y a un buen motor 1600, el Skoda Fabia Ambiente es una de las alternativas a tener en cuenta dentro del gran abanico de autos que componen el segmento.
Parte de lo primero que se percibe en ésta versión del Fabia, tiene que ver con su motor. En general no sólo tiene un buen rendimiento, sino que sorprende con algo que no es común encontrar hoy en día, menos en autos subcompactos en torno a los 4 metros de longitud y éste nivel de precio; tiene que ver con el sonido de la máquina, bastante ”armonioso” y seductor.
En pocas palabras se siente lo necesario -intensidad normal-, pero en lo que se destaca es en la calidad del sonido que transmite (es una apreciación personal y subjetiva), el cual es atractivo, ”melodioso” y aumenta bastante el agrado de conducción haciéndonos sentir más ”poderosos” como si fuese de más cilindrada, a pesar de existir una resonancia entre las 3500 y 4000 revoluciones que hace vibrar ligeramente los pedales y el timón.
El motor es de 108 caballos con un torque de 15,6 kgm a 3800 revoluciones acoplado a una caja manual de 5 velocidades. Su rendimiento raya entre lo lineal y lo progresivo. Sube de las más bajas rpm paulatinamente, y salvo un pequeño apuro en régimen medio -de 3000 a 4000-, no hay una zona de las rpm en que se destaque especialmente. Lo recomendable cuando se quiere el máximo rendimiento es hacer los cambios a 6000.
Pero en desplazamientos normales responde perfectamente y en ciudad consume un galón por cada 43-45 kilómetros como siempre, dependiendo del pie derecho y las condiciones del tráfico. En vías planas viajando a 80 kms por hora en 5a, la computadora de a bordo nos indica que siendo muy juiciosos con el acelerador al dejarlo quieto, consume un galón cada 84 kilómetros.
Las relaciones de caja son adecuadas pues no pecan por ser cortas ni largas. Tal vez la cuarta podría ser algo más corta pues sobre las 6000 rpm se llega a 162 kilómetros; lo ideal sería una cuarta hasta los 150-152, lo que en conducción normal sobre carretera llana con 4 personas a bordo, permitiría adelantar con más celeridad sin tener que cambiar a tercera. De resto, se defiende muy bien en cualquier inclinación, con más rendimiento que otros 1600 de la competencia. Eso sí, la respuesta al oprimir el acelerador estando en neutro no es inmediata y puede poner en apuros a los menos avezados al iniciar la marcha desde cero en cuestas empinadas
Hablando de la caja y su control de cambios, éste tiene unos recorridos medios entre cada marcha, es precisa y rápida, pero el control es ligeramente ruidoso. La excepción la tenemos siempre al pasar de cuarta a quinta donde es lenta por la imprecisión que se encuentra cada vez que se inserta la última marcha. El recorrido del pedal del embrague es largo, así como el de los frenos por lo que en conducción rápida o deportiva hay que anticiparse al hacer los cambios, y ligeramente en las frenadas: es simple cuestión de acostumbrarse en pocos kilómetros.
La estabilidad es muy buena dada la adecuada distancia entre ejes y en términos generales transmite mucha seguridad haciéndose sentir como un auto del segmento superior, o sea, de más tamaño. Las curvas de alta velocidad las pasa totalmente tranquilo, muy aplomado, y sin ningún movimiento extraño que perturbe la trayectoria. Al transitar en alturas como las del altiplano Cundiboyacense donde todos los vehículos sin turbo ni súpercargador pierden entre el 26 y el 30% de su potencia, se lleva una ”grata sorpresa” cuando en las carreteras de montaña al entrar a buena velocidad en curvas lentas de 1a o 2a marcha, y volver a acelerar lo antes posible, se presenta el carácter subvirador normal de todo tracción delantera (al girar el timón el auto tiende a seguir derecho).
La grata sorpresa llega un par de segundos después donde el auto deja ver el buen torque y patina la rueda interior a la curva, donde ocasionalmente se sale de la trayectoria (algo de su carril), si se insiste mucho acelerando………el chasis al igual que sus primos de Seat o Volkswagen, deja sentir esa solidez y precisión propia de los autos del grupo cuando se gira brusco súbitamente, o en las actividades cotidianas que nos obligan a circular por ciertos huecos de Bogotá que ya son ”un punto de referencia”: se siente, tan sólido como una roca………y en esas circunstancias, se destaca el buen radio de giro de la dirección para devolverse o lograr virar donde otros no pueden.
Sus líneas conservan parte de los razgos característicos actuales de la automotriz, que se presentaron por primera vez en el Roomster -aunque la mayor parte de los componentes delanteros del Fabia sean ligeramente distintos en diseño con el vidrio menos inclinado y los laterales más grandes-, en lo que tiene que ver con ”el morro” del auto: sus faros, la persiana, el paral A (el delantero), por diseño y ubicación de acuerdo con las proporciones de lámina y vidrio, y los guardabarros delanteros, dejan un aire distintivo y clásico a la vez.
Algo destacable es la buena visibilidad gracias a unas ventanas laterales y vidrios panorámico y trasero de buen tamaño, proporcionales a sus latas. Resulta difícil encontrar en autos de última generación, unas proporciones tan equilibradas en éste aspecto pues por lo general la lámina ocupa mayor área que los cristales, perjudicando aún más la visibilidad cuando la línea de cintura sube bastante a medida que se aproxima a la zaga.
La altura total que llega al metro y medio, deja ver que no sólo se pensó en el diseño, sino en el espacio para los pasajeros que es muy bueno. Personas de buena estatura van sentadas atrás, con un espacio de sobra para sus cabezas y las piernas. A lo ancho, mientras no vayan 3 atrás, se viaja cómodo. La situación es recurrente no sólo en el Fabia, sino en el 90% de sus competidores, mientras que el generoso baúl es de un poco más de 300 litros de capacidad.
En los puestos delanteros se respira una gratificante sensación de espacio, por lo alejadas que están las esquinas del techo. La sensación una vez ubicados a los mandos, es la de tener el tablero algo elevado, por más que se gradúe a tope hacia arriba el cojín; es la misma sensación que que se percibe en su primo, el buen Seat Leon. El tablero posee un diseño atractivo aunque sin apartarse del clasicismo común a la mayoría de sus hermanos con unos plásticos de buena calidad visual, aunque la mayoría de estos son rígidos. La iluminación de los instrumentos continúa con lo clásico alumbrando en un tono verde medio, en lugar de las luces rojas o lila instaladas en otros modelos de la familia Vw.
Ésta versión ambiente, permite pedir como opción el techo en un color diferente al del resto de la carrocería, algo que a mi parecer es bien agradable y distintivo. ¿Equipamiento? Abundante. Lllantas 195 serie 55 en rines de aleación de 15 pulgadas, un buen computador de abordo que nos indica hasta la emisora que escuchamos y no distrae pues su display va absolutamente centradado entre el tacómetro y el velocímetro, vidrios, espejos -con desempañador-, y bloqueo central eléctricos, sunroof, aire acondicionado, cuero en el control de cambios y el timón, exploradoras, radio MP3 con entrada auxiliar y en seguridad, frenos abs con ebd y 2 airbags.
La comentada solidez general que transmite, nos recuerda que estamos en un auto del grupo Volkswagen que comparte muchísima ingeniería y componentes -casi todos-, con modelos de Audi Seat y Vw. Esto habla de su reconocida confiabilidad, y de un respaldo en postventa sólido por la buena calidad de la atención y el costo de los repuestos.
Y si a lo anterior le sumamos las buenas maneras y lo completo que resulta el Fabia en general cualquiera que sea su motor y equipamiento, estamos ante una parada obligatoria para mirar en detalle y con la justa medida, a los autos de un país con hermosas mujeres que con el apasionamiento de su gente, después de dejar atrás el nefasto comunismo, construyen con especial dedicación los particulares vehículos.
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