Después de un largo día de trabajo estaciona su automóvil, se baja y saca el cable del baúl de 6 metros de longitud y lo enchufa. Con la corriente de 110 voltios de nuestros hogares, estando al mínimo las baterías, demorará 8 horas para llenarlas completamente; entonces, a dormir tranquilo que al otro día el Volt estará listo para transportarlo hacia la oficina con la gran comodidad que produce el casi absoluto silencio de funcionamiento, y la seguridad de que con esa carga de corriente en promedio, recorrerá unos 60 kilómetros en el habitual tráfico al cabo de los cuales, quedará varado como en cualquier eléctrico…………

Hasta que entra en funcionamiento el generador de gasolina de 1,4 litros   -encargado únicamente de cargar las baterías que mueven los motores-,  que según la demanda de energía, se prende alternamente cortos periódos, hasta consumir los 9,3 galones de combustible con los que la autonomía del Volt se extiende hasta unos 600 kilómetros. De todo esto se deduce lo que sucede en la práctica: los kilómetros pasan con el generador apagado la mayor parte del tiempo, donde el precioso automóvil se desliza en gran silencio impulsado solamente por la corriente.

Como funciona el Volt? Tiene 2 motores eléctricos, un generador de gasolina, un pack de baterías de iones de litio que pesa 198 kilos las cuales están »blindadas» por aceros muy resistentes, una caja de engranaje planetario que en parte funciona como una automática común mas un sistema de 3 embragues que trabajando en conjunto, complementan el funcionamiento de los 2 motores eléctricos cuya función principal es la de impulsar el auto puesto que el de gasolina nunca lo mueve.

Los motores son alimentados con la energía almacenada en las baterías de iones de litio ubicadas a lo largo del vehículo por debajo, en el centro, como ocupando el lugar del cardan en un tracción trasera, terminando en una especie de »T» rematada detrás de las sillas posteriores. La potencia y el torque entregados por los 2 motores eléctricos es de 150 caballos y de 37,7 kgm respectivamente (el poder de un buen 6 cilindros gasolina), que lo impulsan de 0 a 100 en 9 segundos (tiempo promedio equivalente a un sedan compacto gasolina de 1.8 litros), alcanzando una velocidad tope de 160 kilómetros por hora.

La ventaja de los motores eléctricos es que el torque máximo lo producen instantáneamente, a diferencia de los de combustión que tienen que acelerar hasta cierto punto de las revoluciones para alcanzarlo. Por lo anterior, la aceleración del auto, especialmente de 0 a 50 kilómetros es sorprendente, teniendo en cuenta que la breve toma de contacto la hice con 3 personas más, osea con el cupo lleno. 

El generador alimentado por gasolina es el encargado de mover otro generador de energía que alimenta las baterías y éstas a los motores eléctricos. Dado que una de las mayores barreras de los eléctricos es su autonomía, el Volt gracias a lo explicado, merece su segundo apellido, de rango extendido; cuando la carga de energía baja hasta cierto punto, se enciende el generador para alimentar las baterías, extendiendo la autonomía: ideal para una familia en plan de »turismo colombiano» dado que no necesitarán enchufar el Volt durante todo el viaje, simplemente, cuando lleguen a buen puerto, lo conectan mientras descansan…………

Buscando contaminar mucho menos y con unas cifras de kilómetros recorridos estratosféricas con respecto al combustible que usa el generador (los 9,3 galones que en situaciones más favorables llevarán la autonomía más allá de los 600 kms), el Volt se convierte en inmediato objeto de deseo para la gente del común y los »gomosos», al margen del dinero que hay que desembolsar por el.

Todo porque además, el Volt es un vehículo muy bien logrado en la parte estética. Es diferente, fluído, deportivo, e impactante. Al ubicarse en el puesto de conducción la sorpresa es muy positiva pues claramente evoca su carácter tenológico y en realidad se percibe como aquellos autos que aparecen de forma esporádica en algunas películas de ciencia ficción o algo parecido a lo que creíamos cuando pequeños que iba a ser el auto del futuro; es sencillamente espectacular.

Nos sorprende el agradable diseño del tablero de instrumentos acompañado por un timón   -ese sí más mundano, parecido al del Cruze y otros »primos» Opel de la familia-,   bonito pero habitual. Dos impecables pantallas, la primera reconfigurable frente al piloto y la segunda puesta sobre la consola central, nos informan de la autonomía en modo eléctrico, de rango extendido, la total, y la gráfica en la consola que hace de interfaz……. ésta era de un fino acabado lustroso de color blanco en el automóvil que condujimos pues en el otro (se trajeron 2 autos de manera experimental pues aún no está a la venta en el país) era oscura.

Las pantallas con sus gráficas dejan un aire innovador y futurista mientras que los mandos táctiles de la consola para el climatizador y las habituales funciones de comunicación y entretenimiento, transmiten calidad táctil y visual de primer nivel; es fino, demasiado innovador, y de muy buen gusto. La practicidad es uno de sus fuertes pues al ser un hatchback de 5 puertas con un baúl de capacidad decente, se potencia la modularidad al ser sus sillas abatibles, cuando no viajen 4 personas. El vehículo es de 4 puestos separados, los de atrás, por unos porta vasos ubicados en la parte superior del mencionado tunel y la amplitud es buena teniendo en cuenta que comparte la plataforma – chasís con el Cruze, y tiene exactamente la misma distancia entre ejes.

Su carrocería es sofisticada y atractiva con un aspecto refinado y muy pulido que produjo un excelente y bajo coeficiente aerodinámico CX de 0,28 reduciendo la resistencia que hace el viento al avance gracias por ejemplo a la característica persiana doble de Chevrolet que en el Volt es cerrada en aras de potenciar la aerodinámica.

Igualmente se diseñaron llantas de bajo coeficiente de rozamiento para que ruede con menos esfuerzo por parte de los motores; gracias al impulso de estos, puesto que el nivel sonoro es mínimo, quedaron »al descubierto» los ruidos del viento, de las ruedas rozando el pavimento, con lo cual el grupo de ingeniería tomó medidas para insonorizarlo aún más que un auto de su tamaño y estilo: parte del superior costo proviene de allí.

Equipa 8 airbags, control de estabilidad, sonido firmado por Bose, frenos ABS, asientos en cuero negro, conexión telefónica vía Bluetooth, rines de 17 pulgadas con 5 radios, climatizador de una zona, vidrios espejos y seguros eléctricos, control de crucero, timón graduable en altura y profundidad con mandos para el equipo de sonido el teléfono y la computadora.  

Definitivamente, el Volt es un cúmulo de profusión tecnológica. No es un auto barato en ningún país puesto que la tecnología es costosa   -en los Estados Unidos tiene incentivos decorosos para estimular sus ventas-,  y al día de hoy no está prevista su comercialización en nuestro país, pero sí poner pronto a circular por todas las carreteras y la topografía colombiana, a los 2 prototipos que nos fueron presentados para analizar su comportamiento, desgaste, y confiabilidad.

Seguramente la información recopilada por parte de GM Colmotores en las futuras pruebas, contribuya a engrosar la lista de aspectos positivos del Volt para que en el futuro cercano después de franquear las habituales barreras colombianas negativas (impuestos para esta clase de vehículos eliminación de cupos, ojalá, etc)  podamos sentir y experimentar la sacudida de alto voltaje que nos produciría el carro puesto en las vitrinas de Chevrolet: soñar no cuesta nada cierto?

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