En la reciente toma de contacto con la hermana de la familia Land Rover destacábamos su atractiva imagen el lujo, la potencia deportiva y la estabilidad como si de un automóvil se tratara. En la otra cara de la moneda, el Test Drive nos ha dejado casi atónitos con las capacidades todo terreno de la Evoque que al final nos entrega una de las mejores opciones para tener casi en su totalidad, un automóvil compacto en todo el sentido de la palabra, con un campero que es mucho más capaz de lo esperado.
Debo confesar que muchos Test Drive son realmente agradables y sorprendentes. Pero pocos son tan emocionantes como cuando usted se enfrenta a una vía o trocha con unos badenes como los que nos dejó el reciente invierno, unos realmente hondos (con una profundidad en torno a los 40 centímetros, llenos de barro) donde en un principio creí que iba a exigir demasiado a la Range Rover Evoque: me acerqué a ellos con mucho cuidado y escepticismo, a pesar de saber que la profundidad de vadeo era de 50 cms (la altura a la que puede llegarle el agua sin que se apague el motor o entre agua a la cabina).
Y lo digo como una persona a la que por ejemplo el tema del cámper cross, con unos cuatro por cuatro puros y rudos -aquellos con reductora, suspensiones de eje rígido con resistentes ballestas, y unas medidas de altura sobre el suelo y con ángulos de ataque muy generosos-, con las insólitas aventuras a las que a veces nos conducen, no es el tema que más le apasiona.
Sin embargo, la situación no deja de ser muy agradable como en la camioneta que me ocupa. Cual no sería la sorpresa al ver y sentir con incredulidad, cómo una camioneta de lujo que se había destacado todo el día por sus buenas maneras, por la comodidad, el silencio y la suavidad, así como por la estabilidad recorriendo las vías normales rectas o trabadas cual automóvil de última generación, por la facilidad con la que se enfrenta a semejantes terrenos casi aptos para un buen Jeep Willys: el sistema Terrain Response de la firma con reparto automático de la tracción a las 4 ruedas, se lleva gran parte de las credenciales
La Evoque con su tracción inteligente -en pavimento normal funciona con tracción delantera-, tiene todas las ventajas para enfrentarse a las mencionadas situaciones pues dispone de 4 programas a seleccionar según lo necesitado, que aumentan la respuesta de la tracción según las condiciones después de que se conecta primero, automáticamente, cuando se pierde adherencia en las ruedas delanteras: Barro, grava, nieve, y asfalto normal son los programas a elegir. Por ejemplo para nieve, prioriza la tracción constante 4X4 con reparto de tracción constante a las ruedas traseras, con aceleraciones suaves -el sistema controla el acelerador electrónico así se pise a fondo, el cual trabaja en conjunto con los sensores del abs y el control de tracción y estabilidad-, para evitar exceso de tracción y las consecuentes patinadas y enterradas.
En los abruptos terrenos la usé en modalidad de barro donde se conecta el control de descenso en pendientes el cual al afrontar una empinada bajada permite ajustar, con los controles de velocidad desde el timón, la velocidad máxima a la que queremos bajar la pendiente o la mínima, a 20 kilómetros por hora. Soltamos el freno, y la Evoque va lenta y progresivamente ganando velocidad hasta el tope fijado. Es muy útil y transmite mucha seguridad cuando sólo estamos encargados de mover el volante, y frenar cuando es prudente.
A pesar de tener unas llantas con labrado casi de automóvil, la tracción es muy eficaz; salía de los badenes como si nada y en algunos donde era inevitable rozarla en el centro casi en todo el largo del suelo, seguía empujando con facilidad. La suspensión independiente sorprende con los largos recorridos que hace cada rueda lo que ayuda mucho cuando tenemos 2 de las 4 en el aire.
Algo curioso: en la conducción normal parece que hay una relación de »amor odio» entre la caja y el motor puesto que en muchas ocasiones la caja tiende a poner cambios largos de manera constante y, cuando se necesita acelerar repentinamente, el turbo lag (lo que se demora el turbo en girar lo suficientemente rápido para poner la suficiente presión y entregar la generosa potencia), unido a la comentada tendencia, demora la respuesta de la camioneta. Son 240 caballos en un motor 2 litros de inyección directa de gasolina, supongo que es una turbina grande más eficaz en medias y altas, que en bajas revoluciones.
Lo extraño de ésta particularidad es que en las trochas en bajas rpm se comporta muy bien entregando buen torque -de hecho la relación de primera es adecuada, tanto, que no añoramos la presencia del bajo-, y el control de la potencia al acelerar es muy progresivo a pesar de lo comentado en vías normales: la magia de la electrónica del siglo XXI deja ver su buen trabajo.
La estabilidad en vías normales es destacable así como el adecuado confort de las suspensiones todo, logrado con la buena puesta a punto y los esquemas utilizados. Transmite mucha seguridad y aplomo. La deportividad deja ver una de sus caras en el motor. Acelerando es muy rápida y tiene el turbo lag, obviamente mitigado en lo posible con todas las herramientas disponibles por los ingenieros en éstas épocas. La potencia entra casi de repente pegándonos al espaldar de la silla; el motor es silencioso y muy capaz. Creo, en síntesis, que la respuesta en bajas velocidades del motor es adecuada, lo que sucede es que se dispara en medias y altas.
La dirección es rápida, tiene una asistencia intermedia que nos hace sentir bajo control y al mando de cualquier buen automóvil moderno; cambia de dirección instantáneamente. El tacto dado en parte por la asistencia la hace casi exquisita, así como el que tiene el pedal de los frenos y su agradable mordiente y facilidad de dosificación.
Los invito, estimados lectores, a leer la reciente toma de contacto con la Evoque (haciendo click al principio de éste artículo), para complementar y conocer cómo en los temas de el diseño, la potencia del motor, el comportamiento dinámico, el holgado espacio en la cabina, el equipamiento, la calidad global y la seguridad se destacó ampliamente.
Aquellos a los que les gustan las marcas de prestigio y están buscando lo mejor de los 2 mundos, tendrán una grata recompensa con lo que les entrega la Range Rover Evoque en los temas de comodidad general (silencio al rodar, comodidad de suspensiones, las sillas, la calidad en la construcción, etc), performance, seguridad, imagen y serias aptitudes a campo traviesa (a pesar de sus limitaciones en comparación con un verdadero campero): en esto último deja su nombre, el de Land Rover, en una cima bastante más alta de lo esperado.
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