Chevrolet reemplaza el Optra con el nuevo
Cobalt un sedan familiar con amplio espacio y baúl de récord. La comodidad por
sillas, suspensiones, y aislamiento mecánico así como por la calidad en la
manufactura, le imprimen carácter internacional, siendo desarrollado desde
cero, en el centro de GM en Brasil.

 

Cobalt de nombre, Chevrolet de
apellido,
llega para seducir a quienes buscan lo más tradicional en
diseño junto con buen espacio interior y una respuesta al acelerador buena en
bajas revoluciones del motor (al iniciar la marcha por ejemplo) durante el
manejo cotidiano, que incluye arrancar  en nuestras cuestas no sólo en las montañas,
sino en las ‘bajadas’ de algunas ciudades.

 

El motor es un robusto 1,8 litros que entrega 104 caballos, y 16,4
kgm de torque a unas buenas 3200 rpm. El
funcionamiento de la máquina fué planeado en su arquitectura y cartografía de
la inyección y el encendido, para ofrecer el mejor rendimiento en bajas y
medias revoluciones.
Durante la presentación a la prensa pude comprobar
que la respuesta, para a los que les gusta conducir y no pilotar (los que andan
normalmente y no ‘volando’ con el motor alto de vueltas y la carrocería ‘alta’
en velocidad) va a ser ideal, pues un margen de operación entre las 2000 y 4000
– 4500 revoluciones sería el ideal.

 

Al menos de primera a tercera, las relaciones de caja son adecuadas
para el motor, ni muy cortas, ni tan largas.
En el circuito donde los probamos, se destacaba un control de cambios exacto y
rápido con recorridos intermedios, un control de frenos seguro, y el buen aislamiento mecánico cuando le buscamos los
caballos bien por encima de las 5000 revoluciones.
Gracias a lo anterior
y otros apartados, el auto tiene un carácter internacional, más bien intermedio
por su conservador diseño, pero competidor por las características de
ingeniería y la buena terminación, y apariencia. De hecho, aunque con mayor
distancia entre ejes, comparte la arquitectura Gamma con su hermano menor el
reciente Sonic.

 

En la era de nuevos aceros más
resistentes pero livianos, Chevrolet logró un importante ahorro de peso de más
o menos 100 kilos
con respecto al Optra. Esto
repercute también en la reducción de emisiones con menos CO2 emitido por cada
kilómetro recorrido, en el performance, un buen consumo de gasolina, el
comportamiento dinámico – estabilidad, y en la cada vez más demandante
seguridad.
En la activa, como se espera, tiene frenos ABS y la pasiva se complementa con 2
airbags. Va a ser el segundo Chevrolet fabricado en Colombia después del Sail,
gracias a las inmensas prensas que para estampar acero tiene Colmotores en su
zona franca: nacerán puertas, techos, capós y demás, para pasar a las líneas de
ensamble.

 

Con pocos centímetros de diferencia es prácticamente igual de largo
que  el Optra, un poco más amplio, y con un cavernoso baúl que al levantar la tapa deja
bien claro que está por encima de los 500 litros de capacidad (563 para ser
exactos),
una medida que es relativamente común en sedanes mucho más
grandes del segmento siguiente – superior. El espacio para las piernas atrás,
así como para personas bien altas, es muy generoso, al tiempo que las sillas en
tela (tapicería en cuero como opción), son de agradable confección, tienen un
tono gris intermedio que asegura su buena vejez ante la suciedad, y no nos
dejan resbalar ante frenadas o curvas intensas.

Muy buen interior, en todos los apartados

El tablero es bonito y clásico gracias a la menor cantidad de curvas
con énfasis en las formas angulosas.
Comparte en
apariencia y diseño (sin ser copia pero sí con el parecido familiar) en 4
elementos, con el Cruze, Sonic, y Spark Gt: timón, palanca de cambios,
controles de la calefacción – aire acondicionado, y los instrumentos

donde el velocímetro es digital, y el tacómetro análogo ‘de aguja’. Estos, no
van dispuestos deportivamente como en el Spark Gt o Sonic, sino bajo la sombra de
una visera casi ovalada que no está aislada como en aquellos, sino haciendo
parte de la estructura del tablero.

 

El nuevo Cobalt es desarrollado en un 100% en Brasil, tiene una
buena altura sobre el piso, el coeficiente
aerodinámico es de CX 0,32, una cifra un poco más alta que el promedio actual,
explicable seguramente porque la mayor altura permite mayor resistencia del
viento en los bajos de la carrocería.
Las suspensiones tienen recorridos
largos, transmitiendo mucha comodidad a los
pasajeros.
No se pudo llevar en curvas al límite de agarre sucesivamente
y a la  dirección rápida y con buen
‘feeling’, seguramente la acompañan unos amortiguadores equilibrados tanto en compresión como en extensión, que no
dejen hundir ni inclinar la carrocería más allá de lo dinámicamente esperado.

 

En diseño exterior, las luces grandes
no perfiladas sino más bien tradicionales (raro en estos tiempos), con una sola esquina estirada en paralelo con el capo hacia los pasos de rueda delanteros,
tienen en medio la persiana dividida en dos partes desiguales,
con
la  más pequeña en la parte superior,
dejando, como es habitual en los Chevrolet actuales, el corbatín en medio. En los lados predominan las láminas, pero dejando campo a una superficie
acristalada  generosa que en el recorrido
hacia atrás no disminuye su tamaño, dando paso a una buena visibilidad.

En la producción de GM Colmotores en Bogotá

En general, el diseño es clásico y
tradicional,
con muchos trazos en ángulos no muy agudos ni tan obtusos y
atrás su parecido con el Sonic sedan es innegable con stops verticales
sencillos, y la tapa del generoso baúl.
El
equipo disponible es el esperado con el pack de vidrios, espejos y seguros
eléctricos, aire acondicionado, buen equipo de sonido con toma auxiliar y todo lo
del siglo XXI.
Hay que destacar que el Cobalt cuenta con el sistema
Chevystarconnect, que permite disfrutar de servicios como direccionamiento
vial, monitoreo en ruta, apertura remota de puertas a través de mensaje de
texto, conexión Bluetooth, y GPS, éste último opcional.

 

Así, no hay que pasar por alto al
Cobalt cuando se está mirando una nueva opción de compra
pues es un auto
diferente, de nueva generación, y con atributos para aquellas familias en las
que el espacio, la funcionalidad, el confort, y la buena mano de obra
contemplada bajo la relación precio – producto, están como prioridades en la
lista de las características más buscadas.

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