Su motor 1400 lo impulsa como si tuviera
más poder. El buen espacio para los ocupantes, con un equipo generoso que
complementa la seguridad con frenos abs y 2 airbags, rematan un buen vehículo
que entra dentro del concurrido grupo de los subcompactos de 5 puertas.

*La primera
impresión al encender e iniciar la marcha en el Sail de prueba, es la de estar
al mando de un motor de más de 1,4 litros (referencia S Tec III dentro de GM)
como es el que equipa a todas las versiones en las 2 carrocerías (sedan y
hatchback de 5 puertas) del nuevo y exitoso auto de Chevrolet. Sube las
revoluciones con una alegría sorprendente, pues despega bien desde bajas
rpm  -por debajo de las 3000-,  y sube de manera lineal sin zonas especiales
de más rendimiento en medias o altas, pero de forma casi aplastante hasta el
corte de inyección en las 6500.

Definitivamente las prestaciones llegan en un gran porcentaje por la
pregonada relación peso potencia favorable (a la cual »culpan» del
rendimiento de muchos vehículos cuando técnicamente no es por ahí). La ficha
técnica del Sail declara 1060 kilos que sin sacrificar en un 100% la seguridad
(por solidez de cabina y plataforma), ni el refinamiento mecánico (suficiente
material aislante de sonido y vibraciones), dejan que los 102 caballos lo
impulsen a un ritmo que iguala y hasta supera a muchos 1600 de su tamaño y más.

Lo anterior se nota aún más teniendo en cuenta que las relaciones de
caja sin ser largas, tampoco tienden a ser cortas con una primera que va hasta
50 y una segunda que se estira hasta 90 kms. Con 3 personas subiendo en la
montaña, se adelanta muy bien sin llevarlo
al máximo, haciendo los cambios a 4500 – 5000 revoluciones. El consumo
de combustible es bueno pues mezclando tráfico medio bogotano y carretera en
gran parte plana a velocidades legales, logré prácticamente 50 kilómetros por
galón en promedio. Tanto la caja como el motor y transmisión, están fabricados
con materiales ligeros avanzados.

A buena velocidad cuando necesita oprimir el freno para desacelerar, cumple bien dentro de lo esperado entre los de su competencia. El
recorrido del pedal es medio, pero el mayor porcentaje de poder de frenado se
encuentran al final sin tener que pisar con fuerza; por esto, la modulación o
dosificación precisa de la fuerza de frenado en instantes exigentes, cuando se
trata de ocupar la menor distancia posible sobre la vía, se ve parcialmente
comprometida. Para nada es inseguro puesto que si pisamos más fuerte, entra el
buen abs para evitar el bloqueo de las llantas y la probable pérdida de
trayectoria.

Con la calibración general y esquemas de las suspensiones, es seguro
y estable especialmente en curvas cerradas de baja velocidad, más que en las
rápidas de amplio radio, siempre rodando sobre buen pavimento. Con una puesta a
punto intermedia inclinadas hacia lo tenso, favorecen en el comportamiento,
pero no hay »sintonía» o armonía de trabajo entre los 2 trenes – ejes puesto
que  el trasero es mucho más duro en el
movimiento vertical de las ruedas. Así, girando rápido casi al límite de agarre
en pavimentos en mal estado, el tren trasero puede perder ligeramente el
agarre, lo que puede ser sorpresivo, pero perfectamente controlable aumentando
la diversión durante el manejo.

Así mismo, las suspensiones traseras no aportan mucho para la
comodidad, porque las irregularidades de nuestras calles se transmiten con
fidelidad a la cabina y los pasajeros, aumentando las oscilaciones de alta
frecuencia en el habitáculo. La dirección hidráulica funciona perfectamente,
tiene una asistencia intermedia, pero le falta precisión en el centro
(circulando con las ruedas rectas). El control de cambios tiene un tacto muy
internacional, es moderno, rápido y preciso, salvo en el paso de segunda a
tercera donde se pega ligeramente en la operación, algo que casi pasaría
inadvertido.

La cabina es agradablemente espaciosa, donde atrás se pueden
acomodar personas de hasta 1,90 metros de estatura, sin que la cabeza roce el
techo por poco y con espacio de hasta 5 centímetros para las rodillas antes de
tocar el espaldar del piloto, estando la silla de éste graduada adecuadamente a
lo largo; hablamos de posiciones de manejo para conductores de 1,70 – 75 metros
de estatura. Los materiales son de muy buen aspecto en gris oscuro, la
tapicería es en una bonita tela de aspecto juvenil, y el grupo de instrumentos
se compone de un curioso tacómetro digital ubicado a la izquierda, con el
velocímetro semi circular en el centro.

La visibilidad lateral es muy buena (raro en autos de esta época),
dado que la lámina metálica a pesar de ser »mayoría» en los costados, deja
lugar a unas ventanas de tamaño muy aceptable, realzada por la ayuda que
prestan los 2 espejos exteriores. El pecado, como en bastantes modelos de otras
marcas, está en la visibilidad trasera donde el paral trasero C bien grande,
limita la visibilidad.

 Las líneas externas  son agradables, algo curvadas en toda la longitud, fluídas y suaves, con el frente portando una parrilla en 2 secciones, con el corbatín de la marca en la

posición central que destaca a todos los modelos de Chevrolet actuales. Desde
la concepción inicial del auto en su aspecto, los mismos pasos de rueda que
vemos, hubieran podido estar acompañados por unos rines y llantas más anchos y
algo más altas con diámetro total superior (sin que unas ruedas de más diámetro
– altura perjudicaran la aceleración, velocidad o comportamiento dinámico –
estabilidad) que lo destacarían aún más.

¿Equipamiento en las versiones LTZ en ésta carrocería? Muy bueno. 2
airbags, frenos abs, sunroof, un buen radio CD MP3 de la prestigiosa Clarion
con toda la conectividad, exploradoras, pack eléctrico (4 Vidrios eléctricos
con los mandos delante de la palanca de cambios, algo bien raro e incómodo, acompañados del bloqueo central y los espejos eléctricos),
testigo visual y acústico cuando el conductor no se ha puesto el cinturón, aire
acondicionado manual, alarma por dejar las llaves en el encendido o las luces
prendidas, y el práctico útil y seguro ChevyStar Connect, exclusivo de
Chevrolet, con todas las opciones para que lo sigan de un sitio a otro, poder
abrir el auto cuando se queden las llaves adentro, ayudarlo a ubicar en un sitio
desconocido, bloquear a distancia el encendido del motor, etc.

El nuevo Sail es un auto de última generación que nace como
resultado de la empresa conjunta entre General Motors la dueña de Chevrolet, y
la firma China SAIC, exactamente del Pan Asia Technical Automotive Center
(PATAC), donde lógicamente GM es la que más aporta y termina enseñándole en la
mayoría de los apartados a la firma China; de hecho, el 95% de los componentes
del Sail se desarrollan y fabrican bajo los estándares que rigen globalmente en
todas las plantas de GM, y se hicieron más de 2 millones de kilómetros en
pruebas de climas extremos bajo soles inclementes y glaciares rompe huesos,
para asegurar su calidad general.

Así, exportándose a muchos países del mundo   -entre ellos a Colombia adonde llega
desarmado en material CKD para ser ensamblado y fabricado en la planta de
Bogotá con sus recientes e innovadoras prensas de láminas-,   el Sail se perfila como uno de los modelos
claves de GM dentro de todo su extenso portafolio.

*La prueba se
hizo gracias a la amabilidad de GM Colmotores, por facilitarme el vehículo
durante suficientes días y kilómetros para el adecuado test.

 

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