Únicamente 10 competencias que se harán sólo en ciudades alrededor del mundo, autos silenciosos y limpios que al principio aceleran como un fórmula 1, y una cercana relación entre pilotos y espectadores.

Están encendidos y no se oye nada. Salen de los pits, o arrancan la carrera, dejando a su paso un sonido amplificado como el que caracteriza a los carritos de control remoto eléctricos, por cierto muy interesante. No queman ningún combustible fósil de los que tiene acabado el medio ambiente. Lo digo como gomoso No 1 del automovilismo y de los vehículos por fortuna »ruidosos», que avanzan quemando combustible; las cosas hay que reconocerlas.

El frente de la llanta, más cubierto que un F1, porque necesita menos agarre y más velocidad

El campeonato que se inició el sábado pasado en la ciudad de Beijing, fue un preámbulo del recorrido que se hará por otras 9 ciudades importantes, y de lo novedoso e innovador de la técnica y todo lo que concierne a la electricidad, algo jamás visto en el automovilismo deportivo, menos a escala mundial. Quizás uno de los 2 principales objetivos es tocar en las conciencias de todos con la ecología como bandera, en una época en que el asunto no es sólo moda sino obligación, como resultado de ser impulsados por motores eléctricos que se alimentan de un paquete de pilas de iones de litio, ya muy difundidos en los eléctricos más vendidos del mundo (Nissan Leaf), y en los miles de híbridos que ya están rodando (Lexus, la marca de lujo de Toyota, obtiene las mayores ventas con este tipo de motorizaciones).

En segundo lugar además de forjar una nueva serie del automovilismo deportivo como ha pasado a lo largo de la historia con otras categorías del motor, desarrollar y llevar a la masificación de los motores eléctricos y hacer que las baterías hagan rodar los autos con más poder durante más tiempo y kilómetros, y reduzcan su peso, 2 de las grandes lagunas de los carros eléctricos actuales; eso, sin tocar el asunto de los elevados costos de las baterías.

Además pretende acercarse al público (quieren hacerlo especialmente con los más jóvenes) con el llamado »fan boost» que es un incremento de la potencia en los motores como regalo que le llega a los pilotos en forma de caballos, gracias a los votos que hacen por sus pilotos favoritos los seguidores en internet. Son 30 generosos kilovatios (40.8 caballos) que se asignan antes de cada carrera y que se usarán durante 5 segundos. A propósito de las potencias, se permiten 272 caballos para clasificaciones, y 204 para las competencias, eventos que se harán en sólo 24 horas, incluyendo las prácticas.

Desde el volante se controla además de lo electrónico, algunos parámetros equivalentes a los de un auto de motor a gasolina

Se admite un peso mínimo de 888 kilos incluyendo el pack de baterías que pesa 320, más que los 270 del Leaf, menos que los 590 del Tesla S. De esa manera entregan en carrera unos 15 caballos más que por ejemplo el Mini Cooper S, un »pequeñín» de alto performance, pero con una diferencia de más de 300 kilogramos a favor del monoplaza eléctrico. La caja es de 5 velocidades donde como todas, multiplica la buena cantidad de torque que en un motor eléctrico se entrega al máximo desde la primera revolución, a diferencia de los normales, donde hay que acelerar un poco o más, para alcanzarlo.

Por lo anterior, aceleran supremamente rápido a bajas velocidades (cero a cien en menos de 3 segundos), su velocidad tope en los circuitos más veloces es de 225 kilómetros    -en la velocidad tope es donde más se notan los caballos en cualquier auto-,   donde ni medio se aproxima a los autos de la Fórmula 1 o la Indycar que pueden llegar a los 369 como se vio en la anterior carrera de Monza, una de las catedrales de la Fórmula1, donde aún permanece el récord de Juan Pablo Montoya con exactos 370. Esto explica en parte las competencias en circuitos de ciudades, donde las aceleraciones son más importantes que la velocidad.

El nuevo campeonato está avalado como la Fórmula uno por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), y tiene entre muchos equipos de los 10, a marcas tan prestigiosas como Audi y Renault. El famoso actor Leonardo DiCaprio, un entusiasta de la ecología, es el cofundador de otro de los 10 equipos, el Venturi; para dar ejemplo en su diario vivir, entre su flota de autos tiene un Toyota Prius, el híbrido más vendido en la historia.

Bonito por donde se le mire

El paquete de baterías lo hace Williams, y en su potencia y la distribución de ésta durante la carrera, radica gran parte del éxito para los ganadores. Son pocas vueltas por carrera, donde no alcanza toda la carga de las pilas para empezar y terminar con un solo auto. Éste es otro de los interesantes cambios con respecto a la F1 o cualquier otra categoría: tan pronto se van a agotar las baterías, el piloto entra a los pits y cambia por un carro con plena carga que se encuentra al lado, con la trompa en posición contraria al que acaba de llegar, listo para salir.

Se podría pensar que todos los equipos entran al tiempo a cambiar el carro para seguir y terminar, pero la puesta a punto (para correr más gastando más baterías o viceversa) parece que marcará pequeñas diferencias en tiempo para la llegada del momento. La FIA permite el uso máximo de una cantidad de kilovatos determinada; si se pasan en el consumo, habrá penalizaciones como ocurrió con 3 pilotos en la pasada carrera de inauguración.

La paridad en la técnica dejó ver en la carrera interesantes duelos hasta en el final, cuando Nicolas Prost el hijo del tetra campeón Alain, que iba ganando, fue víctima de su propio invento por un brusco timonazo para calmar el ímpetu del ex piloto de F1 Nick Heidfield que pretendió pasarlo y ganar la carrera faltando pocos metros. ¿Resultado? Espectacular accidente con vuelco de Heidfield que los dejó sin heridas, pero sí ubicados bien atrás en la tabla de posiciones finales, y con 10 adicionales de penalización para Prost por ser el culpable.

Al contrario de un F1, lleva grandes rines de 26 y 27 pulgadas adelante y atrás respectivamente

Hay que anotar que el auto de seguridad es el atractivo eléctrico BMW i8    -en realidad el motor trasero 1.5 es de gasolina y produce increíbles 230 equinos -,   realizado en fibra de carbono, y que con sus 2 motores suma 360 caballos de potencia. Con su apariencia futurista porque parece un concept car de los que se ven en los salones más famosos (siendo muchísimo más atractivo), acaba de consolidar una atmósfera que realmente nos hace viajar en el tiempo sin tener que hacerlo.

¿Estamos ante el inicio de una nueva era en el deporte a motor? Probablemente, porque si nos atrae a los entusiastas »ruidosos» de motores a explosión, lo puede hacer aún más con las generaciones más recientes por el silencio, carreras cortas, la ecología, y por permitir que la gente común se sienta más cercana al campeonato, votando por los caballos adicionales que impulsarán a su conductor favorito. Una de las pistas para saber si todo esto continuará, es si el público compra la totalidad de las boletas para cada carrera, tal como ocurrió en Beijing.

Por qué la ausencia del sonido en autos eléctricos preocupa

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