Casi siempre a los motores potentes se les asocia con velocidad. Por lo menos esto pasa por las cabezas de muchos pero esto no es del todo cierto, más bien es un pensamiento instantáneo incompleto. Se preguntan, ¿para qué tener un automóvil tan potente o rápido en un país donde casi no se puede correr?
Error. Un vehículo poderoso y útil por la potencia, no es sólo aquel que levanta una velocidad máxima importante, y que llega a ella en un menor tiempo que los de menor poder. Entonces, ¿para qué se necesita un auto que vaya de 0 a 100 en 6 segundos, 0 hasta 160 en 11 si igual no lo queremos para correr? Precisamente aquí está la clave, en la aceleración. Se trata de lograr una mayor seguridad activa que a grandes rasgos es la que se ocupa de evitar los accidentes, y en estos casos es componente vital, cuando se realizan adelantamientos.
Así, una buena cantidad de potencia, nos sirve para por ejemplo adelantar un lento camión en carretera, donde la mayoría de vehículos no lo puede hacer, porque necesita más espacio. Toda una fila rodando detrás del trailer de una tractomula, esperando la recta que demarcada sin doble línea nos de la oportunidad de pasar.
Paciencia mientras se puede pasar al camión
Pero la fila va en aumento, a medida que subimos como tortuga tras el camión. De pronto, de esa fila se nos asoma por el retrovisor un vehículo o camioneta que rápidamente se pone en el carril izquierdo, y con una prudente ráfaga de luces apoyada por el pito, adelanta a todos incluyendo la tractomula, a la velocidad del rayo. Hasta luego, porque sigue subiendo demorándose menos en pasar a los más lentos.
Los que se pueden dar éste lujo son especialmente los vehículos turoboalimentados/supercargados 1.6 gasolina en adelante (el 90% de autos y camionetas familiares en nuestro mercado, puesto que los turbodiésel poco o nada se venden), que se ven mucho menos penalizados que los normales o aspirados, teniendo en cuenta que en estos últimos la altura sobre el nivel del mar a la que se encuentran muchas de nuestras carreteras, les resta en promedio un 10% de poder por cada 1000 metros de ascenso (Bogotá por ejemplo está a 2600, Medellín a 1500, hagan cuentas).
Luces, cámara y acción….
A propósito, para la gama baja o autos pequeños, existen también eficientes motores turbo que desafortunadamente no se ofrecen en Colombia y serían muy oportunos en éstas condiciones. Como ejemplo, el 0.9 litros del actual Renault Clio europeo que con sus 3 cilindros entrega 90 caballos y un torque de 13,8 kgm.
Tenemos también el Ford Fiesta que en otros mercados va con 1 litro, turbo, también de 3 cilindros y 100 caballos con 17,3 kgm (ha sido premiado más de una vez por estar entre los más eficientes del mundo). El Chevrolet Sonic en USA se ofrece con el 1,4 turbo que entrega los mismos 138 caballos del 1800 conocido acá en el Cruze, pero lo supera ampliamente en torque, llegando a los 20,45 kilogramos/metro.
Definitivamente estamos ante una época prolífera de éstas arquitecturas, porque Peugeot también entrega con su 1.2, 125 caballos y ¡24,5! de torque que ponen en aprietos a cualquier 2.0 aspirado. Característico de todos los mencionados en ésta nota, además del turbo, la combustión optimizada por la inyección directa en las cámaras, entregando un amplio torque y potencia disponibles desde la gama baja de las revoluciones. La moda de los 3 cilindros gasolina turbo se da en parte por el generoso torque de esa configuración y la disminución de fricciones internas y peso total.
Corte del 3 cilindros turbo de Ford
Claro, como siempre, caen aún más las emisiones de CO2 por kilómetro recorrido, y se aprovecha más cada galón de combustible. En Colombia estos pequeños y avanzados motores caerían como anillo al dedo al perder menos potencia en las alturas, y permitirían sobrepasar con plena seguridad en empinadas carreteras de clima templado o frío, y mejor aún en cualquier recta; soñar no cuesta nada…..
Las cajas con 5 cambios bien puestos, o 6 o más (vamos ya en 9 de Chrysler, Mercedes, Land Rover y Acura – Honda en la CRV que pronto aterriza por acá; Ford y GM alistan las de 10), ponen gran parte de ese »punch» adicional que ayuda al motor, y que se necesita para subir como un rey, pudiendo adelantar de sobra, sin el peligro de estrellarse de frente con el vehículo que viene en sentido contrario.
Menos penalizados, los aspirados pero de por lo menos 2.5 – 3 litros hacia arriba, empujando un vehículo cuyo peso total no supere los 1500 y 1800 kilos respectivamente, y que se apoyen también en cajas con esas características. Con sobrealimentación o sin ésta, tenemos bien claro que las generosas potencias tienen su razón de ser, en nuestros viajes por carretera.
El control de crucero permite elegir y mantener constante una determinada velocidad. Algunas personas aún creen que es como una especie de piloto automático -así lo llamaban en una época-, pero se equivocan. Mantienen la velocidad seleccionada, pero no controlan timón ni frenos ni intervienen para suplantar al conductor. Aún llega la pregunta ¿para qué en Colombia, sin autopistas, donde no se puede correr?
Comandos del control de crucero que acá se opera desde una palanca
Como no se puede andar rápido (mi opinión es que sí en algunas carreteras aunque no por muchos kilómetros), el control de crucero se activa desde 40 por hora…..lo que a esa velocidad sería un atentado así se vea de milagro al más lento en el carril derecho.
En los fastidiosos trancones es inútil, pero se puede usar perfectamente en las pocas vías de ciudad donde el tránsito va en promedio parejo desde 40 a 60, despreocupándose de cambiar en los de caja mecánica; lo he podido hacer en las pruebas de los carros, donde mejora en algo la comodidad del manejo, se ahorra combustible y vida del motor, por la velocidad constante y las bajas revoluciones.
Control que se opera desde el volante, más común
Claro, no se creó para los atascos, pero se puede aprovechar. En su hábitat natural, es muy útil porque se puede circular a 80 de velocidad, donde ayuda a que nos libremos de una multa que por cierto muchas veces es injusta cuando en las bajadas aumenta la velocidad sin que los ocupantes perciban que ya no van a 80 si no a 100 (debería haber un margen de »tolerancia» adicional como se permite en otras naciones). El control de crucero, la mantiene en los descensos y en las subidas.
Disfruten, aprovechen, sáquenle el jugo con responsabilidad y seguridad a las más poderosas máquinas, y utilicen con más frecuencia el control de crucero que en ocasiones se olvida, y hasta ni se sabe de su fácil operación, que ayuda a rodar algo más tranquilo y con mayor economía.
Mi twitter: http://twitter.com/@MASERAGRANTURI
CORREO italianties@yahoo.com