Han crecido en tamaño, son mucho menos contaminantes, se anda mucho más con el mismo galón de combustible y con la misma cilindrada los motores son más potentes, aún más con sobrealimentación. Además, en seguridad se ha llegado a lo inimaginable, ¿mejores hoy?

En medio de tantos vehículos nuevos que ocupan segmentos que por tamaño y formas antes no existían, y de tanta información concerniente que a veces no permite detallar todo lo que ofrece un vehículo moderno, uno mismo se olvida del avance tan impresionante de los vehículos, especialmente por la presencia de la electrónica a cargo de operar prácticamente todo. Pero el asunto no es sólo de software, también es lo que permite el ‘hardware’ más sofisticado, como en el caso de los motores donde se han disparado las cifras de potencia, la economía en el consumo y las bajas emisiones tóxicas.

Un buen conjunto motriz permite viajar con todo el peso y el equipaje de la familia enfrentando las cuestas a medio acelerador. Los motores de combustión modernos son los mejores de la historia por tan altas cifras de potencia, excelente economía con respecto al tamaño y durabilidad.

¿Cómo se llegó a esto? Sin la minuciosa programación de las computadoras no sería posible. Tampoco, haciendo un resumen parcial de lo técnico, sin las excelentes aleaciones que fortalecen los bloques, los turbocargadores confiables y los cilindros – camisas recubiertos por capas antifricción, con pistones y anillos muy elaborados que soportan mejor las altísimas presiones de la explosión por los turbos que trabajan con toda. Los inyectores piezoeléctricos permiten también inyectar el combustible hasta en 5 ciclos o más en el tiempo de compresión.

Cabe aclarar que los motores normales de aspiración natural empezaron a mostrar, hace ya más de 2 décadas que además de interesantes potencias podían acumular distancias increíbles sin ser reparados, algo que actualmente es casi la norma. En los otros motores los turbocargadores hacen ‘magia’, y así, la sobrealimentación da para que un 1200 de gasolina entregue, sin perjudicar la vida útil, 130 caballos (prácticamente lo de un 2 litros de los noventa), con torques de motores 2.2 o superiores.

Sin ir tan lejos, los 310 o 320 caballos de un motor 2 litros turbo de hoy, impulsaban el Ferrari 348 a mitad de los años 1990, y están a una docena de los 333 que entregaba el espectacular BMW M3, ni siquiera de los noventa, sino del año 2006. Lo que hace reflexionar también acerca de la acelerada evolución de los motores sobrealimentados.

Si bien las cifras son contundentes, el futuro en general será de las máquinas eléctricas   -vivimos la electrificación también en los conocidos híbridos que ‘gobernarán’ por mucho tiempo-,   que en pocos años han exhibido su tremendo poder, con cifras de potencia y torsión ya superiores a los 500 o 600 caballos, acercándose o pasando de los 1.000 en algunos, y superando notablemente a los más finos de combustión que se han tenido que desarrollar durante mucho más tiempo para llegar a cifras parecidas. También es cierto que faltan muchos años para que en éstas tierras los eléctricos sean los autos más vendidos.

LA SEGURIDAD ES INCOMPARABLE

Es tan simple como esto: en seguridad pasiva, un carro actual de tamaño mediano (segmento C entre 4.4 y 4.6 metros de largo tipo Kia Cerato o Toyota Corolla) se destaca notablemente en las pruebas de impacto frontal y lateral como las ejecutadas por Euroncap o IIHS ante los resultados de otros carros del mismo tamaño, incluso de lujo, de fechas menos ‘noventeras’, cercanas al año 2005.

Y ya esos autos estaban a años luz comparados con los de los noventa, donde en las primeras pruebas de seguridad colapsaba el 90%  -por no decir todos-  de los habitáculos, incluso de los autos más finos que suponían un nivel muy superior de ingeniería.

Con aceros tratados al manganeso y boro, aleaciones muy elaboradas y plásticos pensados para proteger el peatón, se han conseguido carrocerías mucho más finas por su ligereza y tremenda resistencia ante los impactos. También los programas más sofisticados permiten ir ajustando y poniendo en el lugar más adecuado las zonas de deformación para absorber mejor la energía, donde la presencia mínima de 6 airbags desde los carros más chiquitos es fundamental.

Computadoras jamás vistas en los automóviles, permiten desempeños de primer nivel en seguridad activa, aquella encargada de evitar accidentes. Ya un carro no solamente frena de forma automática ante obstáculos y peatones a plena luz gracias a las cámaras, radares y láser que miden las distancias, sino ante ciclistas y animales en la oscuridad.

Los sistemas más avanzados frenan el auto si al cruzar hay peligro de chocar contra el tráfico en sentido contrario y los sistemas de apoyo en autopista lo mantienen en el carril y a prudente distancia del tráfico precedente; además, no sólo alertan a un conductor cansado, sino que ante incapacidad total el auto se orilla y detiene con seguridad.

Esta proliferación de sistemas, presentes desde los carros económicos, se ha ‘disparado’ en la última década, dejando obsoletos no sólo a los de los noventa, sino hasta a los de principios del siglo XXI. Las conocidas 5 estrellas de Euroncap se logran solo con todas esas asistencias, porque de lo contrario vemos desde 4 (que sigue siendo una buena nota) hasta 3, así el comportamiento de la carrocería sea aceptable.

¿QUÉ HA PASADO CON EL DISEÑO?

En todas las épocas han existido carros espectaculares y los noventa y estos tiempos recientes no son la excepción. Lo que pasa es que tampoco es fácil para ninguna marca, entre más años han pasado, ante tantos vehículos y diseños, crear nuevas generaciones, especialmente reemplazar un vehículo que viene siendo exitoso para una marca por tantas décadas. El BMW serie 3 es un buen ejemplo. Me atrevo a decir que todas las generaciones han sido exitosas en cómo se expresan en el diseño.

El actual, nacido en 2019, una vez más conserva la imagen de marca y del modelo porque se reconoce como un serie 3, además de seguir siendo atractivo. En cambio en el interior, específicamente en el cuadro de instrumentos (velocímetro, tacómetro), se ha retrocedido con unas gráficas lineales digitales totalmente distintas que reemplazaron a los distintivos, sobrios y geniales instrumentos análogos de todas las épocas.

Creo también que los autos espectaculares ya no impactan tanto como antes porque ya rueda algo medianamente parecido o con algún aire que no solamente vemos en el tránsito sino todo el tiempo en cualquier pantalla de los celulares o computadoras. Otros de los mejores diseños que también engloban todo y poco envejecen como el BMW serie 3, son los Volkswagen Golf, el Mini (excelente ejercicio de diseño), Mercedes clase C, Mazda Miata y Honda Accord entre muchos.

OTROS PUNTOS EN LOS QUE SE HA MEJORADO

La aerodinámica sigue mejorando notablemente, con coeficientes que han pasado de estar por encima de 0,30 empezando los noventa, a un promedio de 0,26 – 0,27 el día de hoy, lo que es significativo cuando se tiene en cuenta que una sola de esas décimas mejora bastante el consumo, la estabilidad en altas velocidades, la capacidad de llegar a ellas en menos tiempo y la sonoridad.

De hecho actualmente hay camionetas que tienen unos coeficientes aerodinámicos tan buenos como los de sedanes de hace 25 o 30 años. Los récords están en este momento en 0,20 del Mercedes EQS y el Tesla Model S Plaid.

Con respecto al acá ‘trillado’ pero importante asunto de longevidad – confiabilidad, ¿son mejores los vehículos actuales? En general sí. Siempre ha habido motores confiables y longevos, pero desde los noventa, la mayoría de motores, especialmente a gasolina, alcanzaron grandes kilometrajes antes de reparaciones generales, situación alcanzada por la mayoría de automotrices.

Eso se mantiene sin tantos avances como en las cajas automáticas que dejaron de mirarse con prevención por las fallas que tuvieron y aunque antes algunas eran durables hoy en día lo son la mayoría; no solo aportan a la comodidad en el manejo, sino que a veces impulsan el carro más rápidamente que el símil con transmisión manual, disminuyendo además el gasto de combustible.

Por eso su demanda aún sigue en aumento como en Europa, que en un pasado no tan lejano era reacia a este tipo de transmisiones dejando ya como opción las manuales hasta en los deportivos más famosos de la historia como el Porsche 911. Igualmente, el icónico Chevrolet Corvette actual en su octava generación con motor central, ya no ofrece caja manual, seguramente porque de los 200.000 carros que en total se vendieron de la generación anterior, sólo el 26% se pidieron con la transmisión manual de 7 cambios.

Otro punto a favor de los autos modernos que dice mucho de su durabilidad es el intervalo más largo entre las revisiones de mantenimiento programadas por el fabricante. ¿Cuándo se había visto en las hostiles condiciones de operación de Colombia cambios de aceite cada 8 o 10000 km, justo coincidentes con los mantenimientos programados cuando estuvimos acostumbrados a cambios cada 4, máximo 5000?

En el siglo XXI hay bujías para 100.000 km o más, los filtros son más resistentes, y no hay cables de alta que se deterioren rápido y si los hay son cortos y resistentes. Las bobinas de encendido pueden ser tan longevas como el motor.En cuanto a suspensiones hay dueños que después de haber usado el carro con intensidad lo venden sin saber que es el cambio de un amortiguador, rodamientos o bujes, e incluso se van con los ejes perfectos porque los guardapolvos que protegen las juntas también han mejorado la durabilidad.

LOS AUTOS DE HOY NO SON MEJORES EN TODO

Aunque no es general, con alguna frecuencia encontramos autos que teniendo la misma longitud de un ‘noventero’, tienen menos espacio para los pasajeros ubicados en cualquier silla, especialmente en las de atrás, y lo mismo se puede medir en las capacidades de los baúles, que ofrecen menos litros.

La pérdida de espacio se da en las 3 mediciones: piernas, altura para la cabeza y a lo ancho. ¿Por qué pasa eso? Por seguridad y eficiencia aerodinámica. Las exigentes normativas globales de seguridad han llevado a hacer por ejemplo puertas más anchas, con estribos y parales de las mismas proporciones para mejor desempeño ante golpes laterales.

La aerodinámica se mejora en parte inclinando el vidrio panorámico y por fuerza mayor hay que hacer tableros más anchos que desplazan el timón hacia atrás, con la silla del conductor, y así se reduce el espacio disponible. Igual con la inclinación del vidrio trasero que por su ángulo resta espacio a las cabezas.

Por esos 2 ítems, la visibilidad igualmente es otra de las grandes damnificadas, motivo por el cual encontramos desde sensores y cámaras de reversa, hasta una batería que cubre los 360 grados para que cualquier maniobra al estacionar no termine en latonería y pintura. Si es difícil estacionar con tanta inclinación de los vidrios, no lo es menos con las ventanas laterales altas y pequeñas que dejan esa área a la lámina metálica para proteger ante impactos laterales. Sin embargo, hay excelentes excepciones de carros actuales con muy buena visibilidad general como en la Subaru Forester.

LAS PANTALLAS Y CONECTIVIDAD TAMBIÉN ENTRE LO NEGATIVO.

Cada vez que uno se monta en un carro nuevo, lo mínimo que se ve es la digitalización de los instrumentos básicos (tacómetro, velocímetro, combustible y temperatura), lo que no está mal. Lo negativo es cuando eso se complementa con una o 2 pantallas en el centro con total ausencia de botones y perillas físicas, desde donde se controla absolutamente todo lo del carro, desde el climatizador, pasando por la radio y el teléfono, hasta el gps.

Eso sin contar un montón de aplicaciones, algo que en su totalidad ningún cliente conocerá jamás. Donde más se complica todo es cuando para algo tan sencillo, como aumentar la velocidad del aire, cambiar de emisora o poner mute, hay que tocar la pantalla más de una o dos veces ingresando a submenús.

Es peor con el auto en movimiento donde es difícil atinar, y el conductor se distrae y estresa; incluso ya hay carros con el mando de las luces por botones y además en un lugar escondido, por lo que el tiempo que implica desviar la mirada para encenderlas es más largo, aumentando el riesgo de accidente.

Todas esas son fallas en la ergonomía que requieren adaptarse para disminuir el tiempo de dispersión. Los comandos por voz son una opción supuestamente para operar muchas cosas sin peligro, pero aún, en más de una marca, no responden o ‘escuchan mal’, lo que lleva a dar 2 y hasta 4 órdenes sin un resultado preciso, y así se vuelve inútil su operación.

Tanta digitalización y las quejas de los clientes han llevado a que las marcas que por ejemplo habían suprimido las perillas físicas para el aire acondicionado o volumen, las hayan vuelto a poner de nuevo. Estamos en el 2022 y es lógico que las firmas continúan ofreciendo lo que las generaciones más jóvenes desean al subir a su nuevo auto.

Para muchos lo ideal sería casi tener un Ipad con cuatro llantas. Todo éste repaso lleva a pensar, ¿hasta donde llegarán los carros? ¿Nos acostumbraremos ya a unas formas de concept cars raros, y a tener que ceder ante las computadoras que tomarán totalmente el control en el manejo y en un entorno digitalizado?

¿Nos acostumbraremos a los rapidísimos eléctricos lejanos al ruido de la combustión que tanto nos gusta? Seguramente después de mucho tiempo, cuando desaparezcan los actuales impedimentos que impiden su venta masiva. Por lo pronto, la industria del petróleo tiene que seguir alimentando los híbridos nuevos en todo el mundo, los carros normales nuevos como en Colombia, y todos los parques automotores antiguos que pedirán su ‘comida’ diaria durante muchos años más.

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@MASERAGRANTURI

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