El bus anda y anda por calles, algunas que antes hemos recorrido y otras que vemos por primera vez. Nosotros, estamos sentados mirando por la ventana con emoción, es una sensación extraña porque estamos felices de salir de Tierra Adentro y porque no sabemos que nos vamos a encontrar. Hoy por primera vez en la escuela nos dieron el día libre para ir a jugar fútbol con un equipo de otra parte de Córdoba, de Rabo Largo, comunidad de San José de Uré.
Escuchamos que el señor Sergio, líder de la escuela deportiva, nos pide que nos bajemos en orden y que nos portemos bien, que aún no es hora del juego pero que podemos estar por ahí alrededor sin hacer desorden. Somos muchos, algunos van a pararse en la cancha y otros vamos a hacer barra. Nos bajamos por grupos y nos ubicamos en la cafetería que vemos cerca. Unos comen, otros se sientan, algunos caminan, como reconociendo el lugar.
De repente llega el rector de nuestro colegio junto con el profe de fútbol en un moto. Detrás de ellos una camioneta de ANDA y un tal Andrés que dice que el lugar de encuentro no es en el que estamos. Resulta que no es por ahí, hay que dar media vuelta y seguir derecho por donde van las muchachas del Programa. Ahí caminamos como cuatro cuadras en medio de unas pequeñas gotas que caen lentamente del cielo.
Al fondo se ve la gente, algunos niños y otro mayores, reunidos en un kiosco esperando a que empiece una asamblea, nosotros una vez más nos separamos y cada grupo hace lo suyo, no nos hemos olvidado del cotejo que nos espera, como a los que juegan en el metropolitano nos pasan cosas que pasan por la cabeza, cosas sin importancia aparente, pero que nos divierten y hacen que la espera sea la mejor preparatoria para el clásico que viene en unos minutos.
Aparece de nuevo Sergio, dice que vamos para la cacha otra vez porque es la hora de jugar. El primer partido va a ser el de las mujeres, ellas son categoría sub 17 y están más que preparadas para ganar, incluso vienen tres de más para hacer cambios si es necesario.
Desde los micrófonos del Sistema Masivo de Comunicación del Barrio, implementado con el apoyo del Programa ANDA, las representantes del Colectivo de Comunicaciones se han tomado los micrófonos: “Les queremos hacer la invitación para que se acerquen a ver los partidos de fútbol que serán en la cancha del barrio, es la comunidad de Alcides Fernández de Tierra Adentro contra nuestros vecinos de Rabo Largo ¡no se lo pueden perder! »
Ya son las 11 de la mañana y el cielo se pinta de azul, las jugadoras pasan de un lado para el otro buscando no sabemos qué, se pierden dentro de la gente…sí hay mucha gente que así como nosotros escuchó el mensaje y vino a ver los partidos que vamos a jugar. Hay personas del Comité de Gestión, niños corriendo, señores que miran como sin querer mirar, jóvenes con uniforme de colegio por todas partes, en fin ganen o ganemos, pierdan o perdamos estamos acá, aprendiendo y conociendo a otras personas y solo por eso valió la pena haber venido.
Se oye el pito inconfundible del árbitro, el partido ha comenzado y que ganen las mejores, es lo que por cortesía dicen los demás. Claro que nosotros le hacemos barra a las de verde, esas son las de Alcides y las que van a ganar. Tenemos una arquera que no le tiene miedo a nada y la número 10 corre más que todos estos niños juntos, las otras también son buenas, es más, no hay nada que decir porque ellas lo van a demostrar.
Pasados 40 minutos se escucha el pito de nuevo pero esta vez el partido ha terminado. Hubo tres goles, dos a favor y uno en contra, también gritos desde la tribuna, y sobretodo compañerismo y nuevas amistades. Ahora hay que esperar a que se preparen los sub 14, ellos andan por ahí con sus camisas azules pero aun no entran a la cancha.
Ya son las 12 del día y un poco más, muchas de la personas se han ido a almorzar, el Sistema de Comunicación ya no suena, pero la afición está más atenta. A lo lejos se ven algunas señoras paradas al otro lado de la cancha que brincan y gritan más que los demás, deben ser las mamás de los chicos de Rabo Largo, porque no se han movido ni con el sol y menos con el hambre, que a esa hora lo único que inspira a pensar es en un bocachico o un arroz de cerdo bien elegante.
El partido estuvo mucho más sufrido, hubo momentos buenos y otros no tanto…goles en las dos porterías por igual, agua para el calor y bloqueador para los profes que sin darse cuenta estaban rojos por el sol. También hubo un lesionado, a uno de los pelaos le entraron mal y terminó en el suelo, con los ojos encharcados y haciendo mala cara, lo que significa una sola cosa: le dieron duro. Inmediatamente salió de la cancha, lo cogió el señor Jairo y se lo llevaron para que le sobaran el pie; no fue grave porque al rato estaba por ahí gritando con los demás.
Aprovechamos que se acabó el partido y nos fuimos con los chicos a almorzar, había que caminar pero tocaba porque el hambre no daba otra opción. Llegamos a la casa donde estaban repartiendo la comida y nos sentamos, habíamos muchos pero alcanzó para todos, era gallina criolla con arroz y ensalada. Nos perdimos parte del primer tiempo de los grandes que eran los últimos en jugar, pero mejor así, porque el final siempre es más emocionante.
Jugaron bien, ganamos dos a uno y eso que los otros se veían más grandes. Nuestro equipo: Estrellas de la Paz se lució, Alcides Fernández demostró que la escuela deportiva es una buena iniciativa, ya somos más de 200 jóvenes de todo Tierra Adentro que estamos enfocados con el deporte. Bueno y Rabo Largo también, se ve que han entrenado con la misma disciplina que nosotros, porque en los tres partidos nos iban dando la pelea.
Detrás del profe y Sergio nos montamos al bus, tiene que ser temprano porque el camino es largo y no queremos que nos llegue la noche estando en la calle. La jornada terminó y con un agridulce, agrio porque nos vamos y dulce porque es para nuestra casa, quedamos tranquilos con lo que hicimos. Sentados de nuevo, no miramos por la ventana, sino que hablamos de lo que hicimos, estamos cansados pero contentos porque demostramos nuestro talento y trabajo en la cancha.
El año pasado fue el Programa ANDA con la implementación y dotación para la escuela, pero ahora, después de cuatro meses somos nosotros los que tenemos toda la energía para apostarle al deporte porque los jóvenes de Tierra Adentro queremos tener un futuro mejor y sabemos que con Pequeñas Acciones estamos alcanzando Grandes Cambios.
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