“Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer, enredar, pero nunca romper.»

Muchas veces deseamos que ciertas cosas nos sucedan; luchamos por eso, no dormimos por las noches e incluso hasta lloramos por ello. A pesar de que le pongamos todas nuestras fuerzas, eso que tanto queremos no se da o se enreda cada vez más. Y también puede suceder que damos todo por terminado, pero algo pasa, algo se acciona, las cosas dan un giro y eso que veías imposible se vuelve real.

Es así que uno va aprendiendo que sin pensarlo o esperarlo, las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana, en silencio y sin previo aviso. Si algo tengo claro en esta vida es que todo sucede por algo, aunque la mayoría de veces quisiera saber para qué y no me explico por qué algunas cosas suceden de tal manera y no de otra.

No sé si tú pensarás igual, sin embargo te pregunto:

¿Crees en el destino o en las casualidades?

¿Será que habrá algo más allá que une, enreda, separa y luego vuelve a unir?

¿Crees que hay almas que vienen predestinadas para estar juntas? ¿Crees que todos en esta vida nacimos para estar conectados con alguien?

¿Sabías que los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique?

Según la cultura oriental el abuelo de la luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan.

Esta leyenda se sustenta en el hecho de que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comienza a creer que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos. Por eso también el hecho de hacer promesas al entrelazar estos dedos con el de otra persona.

La historia en sí cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo». El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero será una muestra del vínculo que existe entre ellas.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo; el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.

Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida.

¿Fantasía o realidad?

Paulo Coelho dijo:  Y dicen que hay un gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejará de intentarlo… Se rendirán y buscarán a esa otra persona que acabarán encontrando.»

Definitivamente todos tenemos ese amor al que jamás podremos olvidar. A ése al que siempre volveremos y amaremos con el alma. Pase lo que pase, la vida siempre los volverá a juntar. También tenemos amistades con las cuales podremos dejar de hablar por años y estar miles de kilómetros de distancias; pero cuando las volvemos a ver, no hacen vibrar el alma. Son esas las personas a las que estamos unidos por un hilo rojo.

¿Sabes con quién estás unido(a) por un hilo rojo?

¿Realmente lo sabes?

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