Cuando el emirato de Abu Dhabi se reducía a un triste caserío, en medio de un inmenso desierto, los niños de la época no tenían muchas opciones de juguetes. Les tocaba entonces a sus padres, y a los mismos infantes, ingeniárselas para crear los propios.
Fue entonces cuando nacieron los primeros carritos de petróleo. Los hacían con latas desechadas que, algún día, contuvieron derivados del crudo. Los carritos eran halados a altas velocidades por niños como Ahmed Ali, hoy adulto y residente aún de Abu Dhabi; él junto con sus amiguitos de duna se divertían de lo lindo en incansables carreras que –en el inmenso desierto , literalmente,– no tenían fin.
Corrían los tiempos en que la bonanza petrolera se asomaba con pasmosa lentitud a Abu Dhabi. Para la época, en la imaginación de los niños, los carritos de petróleo se codeaban con los verdaderos carros que ya comenzaban a llegar a los Emiratos Árabes Unidos. Volviendo a años atrás, se recuerda que uno de los primeros carros importados fue un sedán, y se trajo especialmente para el jeque Shakhbut bin Sultan Al Nahyan, gobernante de Abu Dhabi en esos tiempos. Le tocaba al gobernante andar con un séquito extra de asistentes, que lo ayudaban a desatascar el carro de las pesadas arenas del desierto. Así es: a Abu Dhabi llegaron primero los carros que las carreteras.
Cuenta el historiador emiratí, Mohammed Al Fahim, que hasta al propio jeque se le vio más de una vez empujando el inmenso vehículo, con su eterno conductor, Mohammed Al Khurashi, maniobrando la salida (Fahim,1995). Andaban más rápido los carritos de petróleo de los niños y además era divertido, especialmente cuando se hacían competencias interdunas, que alegraban la monótona vida de la entonces soporífera villa de bahareque.
Operación rescate
Hoy los niños como Ahmed Ali, ahora mayores y que disfrutaron las diferentes generaciones de los carritos de petróleo, no quieren que sus juegos y juguetes pasen desapercibidos al estante de la historia lúdica emiratí. Otro ejemplo de esos niños, con altas calificaciones, lo encarna un gozón permanente de la vida llamado Obaid bin Sandal. El viejo Obaid, hoy con setenta y dos años de edad, se da a la tarea de visitar colegios en los Emiratos Árabes Unidos promoviendo la preservación de los juegos de antaño.
– En realidad, nunca crecí– dice el entusiasta Obaid, con una mirada vivaz–, y soy el niño más viejo de los Emiratos Árabes Unidos.
El abuelo de los juegos de antaño, como también se conoce al dicharachero Obaid, ha compilado 60 juegos para niños en un libro acompañado por un sinnúmero de juguetes. Esta batería lúdica está alojada, desde el año 2000, en su museo permanente en Sharjah, emirato ubicado a 170 kilómetros de Abu Dhabi, la ciudad capital.
Alguno de los juegos
La muestra lúdica resalta juegos como el Al Tabba, que es parecido al hockey, en el cual se golpea una bola de madera; el Al Zabout, que lo conforma una serie de trompos; el Al Jaheef , que es una rayuela con rectángulos en vez de cuadrados. Caracoles de mar se usan en un juego llamado Al Marr, en el cual los niños adivinan cuantos caracoles hay en una mano cerrada.
Otra forma de diversión se llama Tila y se juega con canicas o bolitas de uñita como se les conocen en el Caribe colombiano.
Otros juegos populares, especialmente entre niñas emiratíes, lo conforman el Al Laqfa en el cual las niñas se sientan en un circulo con 10 piedritas de mar.Una piedra grande se lanza al aire y con la misma mano usada para tirar la piedra, se recogen piedritas antes que la piedra mayor caiga.A la versión colombiana de este juego se le conoce como yas. Otro juego es el Al Aarees, que reúne a niñas alrededor de ropa y accesorios para hacer muñecas y luego coronar a la más bella como la novia para el matrimonio. Un último juego que aquí describimos es el Al Maqana –conocido en Colombia como la gallina ciega– en el cual a un niño o niña se le vendan los ojos y debe identificar a sus compañeritos en un espacio reducido. Los juegos están también clasificados de acuerdo con la región de donde proceda el niño o la niña, por lo tanto podemos encontrar juegos del desierto, del mar y de la montaña.
Con tristeza, el maestro Obaid se da cuenta que los jóvenes de hoy no le siguen mucho el juego, muy a pesar de los beneficios que ellos podrían obtener a través de la imaginación, el ejercicio y el trabajo en grupo. Sin embargo, frente a tan descorazonador escenario, su trabajo nunca desfallece.
Los nietos de la generación que antecedió a la bonanza petrolera en los Emiratos Árabes Unidos, llegan hoy a sus oficinas en Dubái y Abu Dhabi serpenteando modernas calles y autopistas en lujosos Maseratis y BMWs. No tienen memoria de los carritos de petróleo (ni de los juegos de antaño) con los que, muchos años atrás, sus padres y abuelos se divertían de lo lindo en vertiginosas carreras cuando las calles eran pesados caminos de arena.
Marcelino Torrecilla N. (matorrecc@gmail.com)
Abu Dhabi (EAU) noviembre de 2015
Les pregunto a mis amables lectores cuáles eran sus juegos y juguetes favoritos cuando niños?
Referencias
Al Fahim, M. (1995). From Rags to Riches (De los Harapos a la Opulencia). London. London Center of Arab Studies.
Fotos
Mohammed Al Fahim
Niños de Abu Dhabi, la ciudad y sus inicios
Jeff Topping (Staff Photographer for The National in Abu dhabi)
El carrito de petroleo
Juegos
Obaid bin Sandal
Otras
http://heartofsharjah.ae/traditional-games-house.html (puesta en escena de los juegos)
alturatheng.net (Autopista)