La bella tradición de ponerle a las mujeres emiratíes nombres de perlas refleja la fuerte influencia de las  atractivas gemas en la cultura local.

Cuentan dos leyendas que la perla preciosa  tenía dos madres: una leyenda dice que se llamaba Bint Al Mata, hija de la lluvia, concebida cuando la concha de una ostra atrapó una dulce gota de lluvia antes de mezclarla con el salado mar. La otra historia afirma que se llamaba Bint Al Qamar, hija de la luna, nacida durante una luna llena, después que una ostra nadó desde lo profundo del mar hasta la superficie, y atrapó una gota de rocío  emanada  de un rayo plateado. Entre algunos nombres de perlas tomados por mujeres emiratíes se encuentran los de Dana, Hessa, Moza y Qemasha. Nombres que han iluminando el fulgurante sendero de carreras exitosas y  el papel de la mujer en este emergente país petrolero.

Las perlas siempre han sido identificadas con la belleza femenina y han servido de inspiración a la poesía universal, independientemente de la cultura. En el caso de los Emiratos Árabes Unidos, la identificación es aún más directa.

La paradoja de una perla 

Afirma Ali Al Saloom, consultor cultural y conferencista local, que Dana es el nombre de la perla más costosa y deseada. Paradójicamente, en cierta época, no  podía ser lucida por  damas emiratíes, entre las que se  encontraba su propia abuela. En un cautivante relato cuenta Ali que “ ….. Dana es la perla más grande y la más oscura, y era todo un tesoro para los capitanes de botes que se dedicaban a la búsqueda de perlas preciosas. Si tenían la fortuna de encontrar una Dana, significaba  no tener que sufrir  por todo un año en una actividad terriblemente ardua y peligrosa, como lo era la pesca de perlas. Relata mi  abuela como una vez mi abuelo tuvo la fortuna de encontrar una Dana en una de sus tantas incursiones. Sin embargo, no la conservó para él, sino que la vendió y de la transacción obtuvo un jugoso porcentaje. Con el dinero de la venta, le compró a mi abuela plata y oro. Yo Estaba absolutamente conmocionado y le pregunté ¿cómo era posible que el abuelo te hubiera regalado oro y plata en vez de una Dana? La contundente respuesta de la abuela fue que en esos tiempos las mujeres locales nunca llegaban a lucir perlas. Cuando las encontraban, las enviaban inmediatamente a la India y de allí a Europa, donde las compraban reinas, princesas y mujeres de familias aristocráticas. Tener una perla en los Emiratos Árabes de antaño, era un lujo que muy pocos lugareños se podían dar. Además, las mujeres  de la época pensaban que llevar una perla no les agregaba una característica especial.”

La encantadora historia de Ali refleja también el muy bajo  poder adquisitivo de la gente de los  Emiratos Árabes Unidos, antes de la llegada del petróleo, cuando ellos vivían en condiciones muy precarias y una buena parte de  su supervivencia dependía precisamente del inestable negocio de las perlas y la pesca. Con la llegada de la bonanza petrolera a los Emiratos Árabes Unidos, muchas Danas  se hicieron asequibles a la generación de mujeres que sucedió a la de la abuela. A la abuela de Ali no le quitaba el sueño no tener una Dana y además estaba sabiamente consciente de su difícil condición económica. En vez de preocuparse por tener una perla, las mujeres de su época andaban ocupadas en  otros menesteres como el poder sobrevivir en un ambiente agreste y sacaradelante a sus familias .

La abuela encarnaba una verdadera perla de mujer.

Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)

Abu Dhabi, Noviembre de 2013

 

http://marcelinotorrecilla.blogspot.ae/2013/10/una-perlade-mujer-la-bella-tradicion-de.html