No es ningún cuento chino que nuestra comunicación oral esté globalizada y el fenómeno lo protagonizan colombianos con el uso de anglicismos y galicismos o referencias a diferentes partes del mundo.Para la muestra recuerdo a mi vendedor de verduras en el mercado de Barranquilla cuando me recibía con un: «uy, teacher, hoy todo está okey, le tengo la propia mazorquita biche».Y si seguimos hablando de anglicismos, man es una palabra que ha prevalecido por mucho tiempo en la conversación de los colombianos haciendo un interesante tránsito gramatical. En efecto, porque no solo es «el man al que le debo un billete» sino que también puede ser«los manes que vinieron a cortarme la luz» « y estos mancitos del congreso ¿hasta cuándo?», y el saludo fraternal…«¿y entonces qué viejo man?». Y no nos olvidemos de que en Colombia, barrio que se respete, debe tener su guachiman.

Y cuando las vainas se ponen duras, o de difícil comprensión, la China tiene una significativa representación porque: «teacher, nos está hablando en chino»,es lo que dicen los estudiantes cuando el maestro no les está explicando bien un tema, y, claro, el profe se crea un mal ambiente, y la clase se convierte en una tortura china. Y cuando se trata de hacer diligencias, los colombianos odiamos que nos manden a un lugar retirado, que nadie sabe donde queda, o sea «a la misma Conchinchina», que en realidad es Vietnam y Kampuchea; lo fácil que se va al lejano oriente en una frase tan corta.

Y aunque sea en nuestro propio continente, no nos gusta tampoco «ir de aquí hasta la Patagonia solo por dos  pendejadas». Por otro lado,  «así tengamos que ir de la Ceca a La Meca», hay que encontrarle al muchachito en navidad ese juguete que todos quieren, y de los cuales pocos quedan. Y la vuelta hay que hacerla de one.

Y a la hora de hacer la vaca para la rumba, nunca falta el turco que se las tira de gringo no aportando nada a la causa. Al final el mancito se va de canalero- no sé si del de Panamá o del Suez. ¡Qué desfachatez y falta de caché ! Eso les pasa por invitar a raimundo y todo el mundo. Y ya para terminar con el tema de la parranda, Lorenzo Morales, sin haber conocido Jamaica, se murió siendo para todos un indio chumeca. Y es una verdad de a puño que en Colombia la situación está raras veces bien y que vamos de Guatemala a Guatepeor; ya sea por que ir a una EPS es toda una ruleta rusa: así como puedes vivir, también puedes morir; ya sea porque fuera del banco el fletero te atraca, o te hacen el paquete chileno. El bendito problema de la salud y la inseguridad se vuelve el cuento de nunca acabar.

El tema se hace más evidente en el ámbito del deporte. En el parque de pelota, el beisbol es el escenario bilingüe por excelencia, y la emoción máxima sucede cuando se batea un jonrón o cuando el shorstop hace un dobleplay. El público aplaude luego de un hit y la bola pica y se extiende a lo profundo del rightfield. Y al final del emocionante juego, esta vida dura sigue igual, y salimos de una a enfrentar el peor de los conteos: 2 strikes, 0 bolas. Aún así, el show debe continuar. En la comunicación del día a día, los colombianos colocan al mundo en un pañuelo con una gran facilidad, haciéndole pintorescos recorridos geográficos y lingüísticos. Globalizados sí están a la hora de hablar porque tienen la magia de traer el mundo al instante.

Marcelino Torrecilla (matorrecc@gmail.com)

http://marcelinotorrecilla.blogspot.ae/2013/11/colombia-globalmente-hablando.html

 

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