Colombia y los Emiratos Árabes Unidos se enfrentaron un 9 de junio, en el Campeonato Mundial de Fútbol de Italia en 1990, y el marcador final nos dio como ganadores por 2-0.
Cierto día, queriendo buscar una reacción entre estudiantes emiratíes, les mostré el video con los dos goles de la victoria colombiana. Al finalizar las breves imágenes, la reacción de los jóvenes fue fría. Para mis adentros pensé que el silencio obedecía a que se habían sentido ofendidos porque yo les había mostrado un momento para olvidar en el fútbol de su país. Después caigo en la cuenta de que, para la época, ninguno de estos jóvenes había nacido o apenas los amamantaban, mientras sus padres, aquel 9 de junio, probablemente veían el partido por TV.
A los jóvenes emiratíes no les parece interesar mucho el ayer de su fútbol, sino más bien el hoy del fútbol internacional, más específicamente lo que pasa en España con el Barcelona y El Real Madrid; o lo que acontece en Inglaterra con el Chelsea y el Manchester City, cuyas acciones –de este último–pertenecen a uno de los jeques de Abu Dhabi. Se saben al detalle la vida de los Messis, Ronaldos y los Mohamed Salahs..
Veamos, para la muestra, este brevísimo botón en un diálogo que sostuve con un estudiante, hace ya un tiempo:
Estudiante: –¿De dónde es usted?
Profesor: –Colombia
Estudiante: –¡Falcao!
Inicialmente, para aspirar al carrazo, en cada partido escogían del público 5 aficionados, quienes tenían que convertir un gol de media cancha con arco solo. Si el ejecutante tenía éxito, se llevaba en moneda local un anticipado de 25.000 dírhams, unos 33 millones de pesos colombianos, y quedaba matriculado para aspirar al orgullo de Maranello. De esta manera seleccionaban asistentes por el resto de la temporada, para escoger, al final, al gran ganador en un sorteo de clausura.
Otra forma de atraer aficionados a los estadios es trayendo figuras que en algún momento deslumbraron al mundo con su gran talento. Por acá han recalado connotados jugadores, ahora técnicos, encabezados por el finado Diego Armando Maradona para el club Al Wasl; Gabriel Calderón, mediocampista mundialista argentino en España e Italia, para el Bani Yas; Walter Zenga, arquero mundialista italiano en USA 1990, para el Al Nasr. Para la nueva temporada (2017-2018), vuelve y juega Maradona para dirigir al club de Fujairah, montañoso emirato localizado en la costa este del país petrolero.
Como jugadores se recuerda a Fabio Cannavaro, el gran defensa central italiano, campeón mundial en Alemania 2006, quien prestó sus servicios para el Al Ahli. De los nuestros todavía se comentan las endiabladas gambetas del desaparecido jugador cartagenero Elson Becerra, quien militó en el club Al Jazira de Abu Dhabi.
El poco interés de la gente y la baja asistencia de público, a pesar de regalarse una buena cantidad de las boletas, hacen relajada la ida a los estadios de fútbol en los Emiratos Árabes. Demasiado tranquila para un colombiano, acostumbrado al jolgorio y las vicisitudes que acompañan un partido de fútbol en nuestro país. La cultura de la bulla y el tumulto también tiene su encanto. Claro está, siempre que esto sea recompensado con un buen espectáculo, lo que ayuda mucho a olvidar todo el sufrimiento.
Con 51 años de existencia, el fútbol emiratí es tan joven como su propio país, y una participación en un mundial anticipa un futuro promisorio. Catar 2022 fue un proyecto que no fructificó y ahora se preparan para una nueva oportunidad. La realización de semejante misión es tan impredecible como el fútbol mismo, pero la llama de la esperanza nunca se apaga en el aficionado del desierto.
Formar una afición requiere de algo más que Ferraris o figuras importadas o añoradas. Todo esto es solo una pequeña parte del difícil curso que hay que hacer para vestirse de largos en un deporte que también despierta pasión en el abrasador mundo árabe.
Marcelino Torrecilla (matorrec@yahoo.com)
Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos
Fotos
Falcao: www.express.co.uk
Aquel 9 de Junio: www.youtube.com
Maradona: what’s on Dubai?
Bauza: periodico Khaleej Times