Cada vez que voy a un evento de networkig, siento cómo de repente se seca mi garganta, los latidos de mi corazón se aceleran y escucho cada pálpito como si tuviera el corazón en la cabeza.

Es en ese momento cuando empiezo a preguntarme repetidamente, ¿qué estoy haciendo acá?, planeo la estrategia de salida y me digo a mí misma; “bueno, nadie me conoce, sería muy fácil escapar”. Lo primero que hago es identificar donde está el baño, este se convierte mágicamente en mi lugar de refugio, ese en donde puedo tomar un respiro, ver mi reflejo en el espejo y mientras me observo, invoco a esa mujer valiente que habita en mí y que con cariño me convence de que esto de hacer networking es muy divertido y que voy a estar bien.

Salgo de mi refugio y pido algo de tomar. Ya con una bebida en la mano, camino alrededor del lugar, le sonrío sutilmente a la gente con la que hago un breve contacto visual y finjo estar cómoda en un salón lleno de personas desconocidas, quienes al igual que yo, sostienen sus bebidas en la mano, pero a diferencia mía, se ven plácidas y seguras conversando con otros desconocidos. De repente me acerco a alguien y me presento, “Hi, I ’m Caro Monroy…”

Recuerdo con mucha gracia una de las primeras veces que fui a uno de estos eventos, me sentía tan incomoda con la sola idea de tener que iniciar una conversación con algún desconocido, que opté por hacer como si alguien hubiera llamado a mi celular, y por unos minutos, tuve una conversación unilateral, en donde por supuesto no había nadie al otro lado del teléfono jajaja (Hacer networking en ingles puede ser un poco más desafiante que hacerlo en español)

Estar en esta situación aun me resulta gracioso y un poco aterrador, pero ha sido sumamente educativo y me ha permitido conocerme en otras facetas. He descubierto que disfruto exponerme a situaciones que me desafían, no en vano, he elegido migrar a tres países a lo largo de mi vida, he cambiado de carrera un par de veces y decidí convertirme en emprendedora.

Exponerme a estas situaciones que me sacan de mi zona de confort, me ha ayudado a desarrollar un súper poder y es el de aprender a estar cómoda con lo incomodo. Entendí que la única forma de regular los miedos es enfrentándolos, la única forma de desarrollar nuevas habilidades es poniéndolas a prueba y la única forma de ganar visibilidad es a través de la exposición.

Ahora, parte de mi planeación mensual incluye asistir a por lo menos un evento de networking. Y tú, ¿qué estás haciendo para salir de tu zona de confort?

 

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