Entre Los Niños del Vallenato, de la Fundación de la Leyenda Vallenata, había un cumpleaños significativo. El número 14, que determinaba su salida de la selección de talentos infantiles agrupada bajo ese nombre. Pensando en que los niños deberían continuar con su formación, a manera de un paso a una «educación superior», surgió la idea de conformar el conjunto Los Juveniles del Festival Vallenato.

El conjunto que, al igual que el grupo infantil es una selección de los mejores estudiantes de la Escuela de Talento Vallenato «Rafael Escalona», debutó este mes, ante el público de Valledupar.

Muchos de sus integrantes vienen de «Los Niños» y sus nombres ya son conocidos en el círculo del vallenato folclórico, a punta de foguearse en diferentes competencias de música de acordeón (no solo el de Valledupar, sino de las demás regiones del país).

Precisamente, los reyes infantiles y juveniles del Festival de la Leyenda Vallenata tienen cupo obligado en los conjuntos, según su edad. Así que los jóvenes aprendices, pueden celebrar que tienen oportunidad, de los 14 a los 18 años, de seguir entrenándose y adquiriendo experiencia ante el público.

Esto sugiere más posibilidades para difundir el folclor a futuro. De hecho, la escuela se enorgullece de algunos de los ex integrantes de Los Niños del Vallenato que hacen carreras prometedoras como músicos.

Charla con Erwin Quintero, director de la Escuela

Erwin Quintero, director de «Los Niños» (con quienes aparece en la foto) y «Los Juveniles», explicó sus objetivos y el enfoque con que trabaja.

“Son 16 muchachos, entre estos el rey juvenil actual, Mauricio de Santis. También está el acordeonero Jairo de la Ossa, que fue rey infantil en el 2002 y finalista en la categoría juvenil este año”. Otros jovencitos que han hecho carrera desde pequeños con Romario Munive y Rodolfo Miguel Molina, este último, nieto de Consuelo Araujonoguera (Fundadora del Festival de la Leyenda Vallenata) e hijo del actual presidente de la Fundación. 

Su objetivo es darle continuidad al proceso. “Sin dejar que el vallenato auténtico se pierda –explicó Quintero–. Porque, sin denigrar de la nueva ola, que es un movimiento interesante dentro de la música vallenata, que ha hecho que la música nuestra se conozca más, queremos que la juventud escuche el ‘vallenato vallenato’. El grupo juvenil comenzó dando el ejemplo de que se puede hacer vallenato sin referirse a la nueva ola y sus fusiones con reggae y champeta”.

¿Quiere decir que los niños no cuentan con repertorios de vallenato comercial?
Normalmente utilizo clásicos vallenatos, que se escucharon en un momento determinado. Al estilo de Bonito el amor, Así fue mi querer, de Los Zuleta, No comprendí tu amor, El pechiche (conocido en voz de Iván Villazón). No es que tengamos que irnos a los clásicos del vallenato, pero la idea es que las bases sean tradicionales, para que puedan conservar la esencia. No hemos contemplado el estilo de la nueva ola, aunque tiene elementos de lo clásico.

¿Por qué no un equilibrio de los dos: lo tradicional y lo moderno?
No es que la nueva ola esté mal. Es un movimiento más parecido al vallenato de lo que era el romántico que hacían Los Diablitos. Esa nueva tendencia no niega el vallenato autóctono, pero le han agregado cosas como batería, efectos especiales que antes no se usaban. Eso lo enriqueció, pero también se apartó. Hay pasajes dentro de la nueva ola que suenan directamente a vallenato tradicional, pero son pasajes. Porque de pronto empieza la fusión. En todo caso, a mi modo de ver es mejor el vallenato nueva ola que el ‘balanato’(romántico, baladesco).

¿Cómo ve esa tensión: nueva ola vs vallenato romántico?
En este momento tiene más perspectiva la nueva ola. Pienso que puede abrir puertas al vallenato tradicional, que es su base y, va pegadito. Es una puerta abierta para que el vallenato autóctono vuelva a subirse a su pedestal.

¿Ese es su objetivo?
Sí. Con los Juveniles del Festival Vallenato estamos aprovechando para volver a la tradición. Le estamos diciendo a la gente que no se ha perdido, que aquí está el vallenato vallenato, hecho por jóvenes, para que vean como suena con ellos.

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