Bernal llegó a La Vallenata, cuando la emisora de Caracol tenía 21 días de nacida. Ahora celebrará el séptimo aniversario con un concierto que inicialmente iba a ser el 2 de octubre, pero que se aplazó unos días, por la ola invernal que vive Bogotá. "Hoy –dice ella– La Vallenata es un sistema de diez emisoras (Bucaramanga, Barranquilla, Cali, Medellín, Cúcuta, Ibagué, Sogamoso, Montería, Sincelejo y Bogotá) las únicas que programan vallenato las 24 horas".

Conocedora del público, Bernal sabe, por ejemplo, que si va a organizar un concierto en sur de la capital, es mejor presentar a Nelson Velásquez (de la línea romántica), "que podría convocar unas 20.000 personas", mientras que a Peter Manjarres (nueva ola), en el mismo sector, tal vez le llegarían mil". Y es muy posible que la proporción se invertiría si el concierto fuera en el norte.

En vista de las diferencias de gustos, la misión diaria de Dalia Bernal, es tratar de hacer fusión entre las tres corrientes principales del vallenato. "Pero hacemos énfasis en lo romántico, porque el público objetivo es estrato 2 y 3. Es decir, nos enfocamos hacia la música que le gusta más al pueblo, sin decir que al pueblo no le gustan los clásicos".

Desde su experiencia, la directora ha sentido el cambio de gustos. "Siento que el vallenato está volviendo a su curso. Otra vez repuntan los tradicionales (Jorge Oñate, Los Zuleta, Beto Zabaleta, etc). En cierto momento los románticos alcanzaron a ocupar un lugar muy fuerte. En esa vuelta a su curso están los de la «nueva ola», que cantan ‘vallenato vallenato’ pero con un ritmo más sabroso y más parrandero". Claro que hay artistas como Jorge Celedón, que llegan bien a todos los públicos.

Según ella, un sistema como el de La Vallenata era impensable hace 30 años. "Porque esta música era considerada como algo de la Costa. Se necesitó que pegara el estilo romántico (léase «balanato» o «llorón») que abrió un poco más el mercado, para que esto fuera posible. Se debe también a que al costeño le gusta la música para parrandear y tomar, mientras que al oyente del interior, le gusta dedicar canciones, mandarle con ellas saludos al novio o a la novia. Son dos culturas. Y lo que intenta la emisora es complacerlos a todos".

Foto: Jhon Wilson Vizcaíno / EL TIEMPO