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Eso era emocionante. Porque quizás la única frontera para que la gente «play» bogotana disfrutara el pop y el vallenato, en esa noche, era la tanda de repartición de galardones que había de por medio. Eso es lo que me gusta de la «nueva generación» vallenata, que no necesita un escenario aparte para ponerse a tocar de la mano de otros artistas de géneros que una década atrás no hubieran ni soñado con compartir tarimas.

Y más chévere que sus discos fueran los más vendedores. Los pop salieron de allí cargados de discos de oro. Los vallenatos se llevaron los platinos. Y entre ellos, Jorge Celedón (ni romántico ni «nueva ola») se llevó el reconocimiento más grande: triple platino. Todos, menos Ciclón, iban a recibir reconocimientos. Cada uno cantó dos canciones ante un público de jet set y medios bogotanos. Y la estrofa que más se repitió (dentro y fuera de las presentaciones musicales) fue el coro de «Vivo en el limbo», porque también se programó un homenaje a Kaleth Morales.

De los artistas pop, Los de Adentro se llevaron la mayor cantidad de aplausos. Y el público, con su insistencia logró que cantaran una canción más (la programación daba permiso para dos) y tuvieron que volver a conectar sus instrumentos para presentar el clásico. Una vez bajaron de escena, con la entrega de discos de oro y platino de por medio, comenzó la tanda vallenata.

Miguel Morales, el padre de Kaleth, y el acordeonero JuanK Ricardo recibieron el disco de platino que estaba destinado al fallecido músico por su trabajo «La hora de la verdad». Cuando se bajaba del escenario, después de dar las gracias, tomó el micrófono un poco más para cantar: "Te veo y me siento como aquel que está muriendo de la dicha, porque tiene al lado a la mujer que ama…"

Siguieron la entrega de discos a Silvestre Dangond (que llegó sin su acordeonero Juancho De La Espriella), por «Ponte a la moda» y a Jorge Celedón, el más vendedor de la noche, que con su disco «Juepa Je» (2004) ha demostrado que su carrera tiene mucho que dar después de «Ay Hombe» (¿Ombe?). A todos los encontré al bajarse de la tarima y les tomé una fotografía.

Imposible hacerles más preguntas porque de inmediato tenían que prepararse para subir a escena. Miguel Morales, que no iba a cantar, fue asediado de inmediato por cámaras de televisión que lo ubicaban a un lado y a otro para preguntarle sobre su hijo. A JuanK Ricardo le pedían autógrafos. Y los músicos de Jorge Celedón se empezaban a formar (rapidísimo) sobre el escenario. Sin embargo, Jorge Celedón y Jimmy Zambrano, alcanzaron a posar para otra fotografía, orgullosos de sus triple platinos. Y empezó lo que el presentador Julio Correal llamó «la parranda vallenata». Bueno, una «parranda» al estilo de discoteca bogotana, que fue más de presentación tipo concierto. Pero, valía el nombre como para animar a un público totalmente prendido y feliz. Celedón cantó dos canciones, entre ellas «Cuatro rosas».

Después subió Silvestre, que se acompañó de JuanK Ricardo, para interpretar su éxito «La colegiala» y «Vivo en el limbo». Daba una sensación extraña: Silvestre + JuanK (pareja musical de Kaleth) + los músicos de Jorge Celedón + «Vivo en el limbo», en un solo momento. No importó mucho que su voz distara tanto de la de Kaleth. Igual el público lo aplaudió y lo coreó y se quedó con ganas de más.

Pero era la hora de la primera presentación en público de Ciclón. Un par de pupilos de Carlos Vives que suenan a Carlos Vives y tienen el plus del atractivo físico y el carisma. Me habían presentado a Carlos Olivella, el vocalista, antes de salir a escena y me pareció gracioso que me preguntara qué era la «nueva ola». "Un movimiento de artistas juveniles vallenatos, ¿Por qué?", le dije. "Entonces, también soy «nueva ola» -respondió-. Es que los noticieros me han estado preguntando sobre qué opino de las declaraciones de Iván Villazón, que dijo que la nueva ola era parapléjica". Claro, el suyo es un grupo que se ha gestado en Miami y venía a estrenar su propuesta en la noche dorada. Carlos Olivella y su acordeonero Humberto Judex  hicieron una presentación emocionante, que era lo que quería la gente. Sin embargo, me dio la sensación de que todavía se parecen demasiado al modelo que quieren evocar y les falta encontrar un sonido que sea más original, más de ellos. Hay que ver cómo les va.

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