‘La Vieja Sara’, inmortalizada en un vallenato de Rafael Escalona, es la madre de la dinastía Zuleta, pero solo uno de sus hijos llevó ese apellido: Emiliano Zuleta Baquero. Los demás, una numerosa prole, llevaron o el apellido Salas o Baquero. Pero uno de ellos, Antonio, firmaba como Toño Salas Araujo, así se lo explicó uno de los hijos a la corresponsal de EL TIEMPO en Valledupar, Bibian Redondo, el miércoles pasado, poco después del anuncio de la muerte del también juglar vallenato.
Otros dicen que era Toño Salas Baquero y que llevaba los dos apellidos de la madre: Sara Salas Baquero. Sin embargo, a ‘La vieja Sara’, la mayoría de reseñas la nombran como Sara Baquero.
Como sea, ‘Toño’ Salas era medio hermano de Emiliano Zuleta Baquero (el autor de ‘La gota fría’, fallecido el 30 de octubre de este año). Y aprendió a tocar el acordeón con los instrumentos de su hermano, cuando este los dejaba en su casa. No fue a las escondidas (como sí lo hizo ‘el viejo Mile’), porque ya estaba hecho y derecho cuando empezó el aprendizaje y mayor, cuando pudo comprarlo. Fueron famosas las piquerias en las que los se enfrentaron los hermanos.
Salas nació en El Plan, en La Jagua del Pilar (La Guajira), donde vivió sus 78 años. “En el imperio de ‘La Vieja Sara’ –explica el conocedor Félix Carrillo Hinojosa-. El papá de él era un primo que se metió a vivir con ella y tuvieron 12 hijos”.
Salas tenía la iluminación musical de la familia y alcanzó a destacarse como uno de los juglares legendarios del folclor vallenato. En 1969, recuerda Félix Carrillo Hinojosa, participó en el Festival de la Leyenda Vallenata, al lado de Leandro Díaz.
Y es que Salas, que también fue compositor y verseador, fue el eterno acordeonero de Leandro. Eterno, porque su reunión musical duró más de 25 años. “Pero como Leandro ya no escuchaba bien y estuvo enfermo, habían dejado de tocar”, agregó Carrillo Hinojosa. Tan cercano estuvo que Matilde Lina, inmortalizada en la canción de Leandro, era cuñada suya. Es decir, la hermana de la esposa de Toño.
“Era un hombre muy humilde y lo mató la humildad –explica el investigador vallenato-. Porque era un gran ejecutante del acordeón, tan valioso como Emiliano o más y era un gran verseador. Pero era desprendido y poco publicitado. No le gustaba eso. Bajo esa premisa él construyó su mundo. Era un hombre muy callado, casi tímido”.
Fue rey de la piquería en 1982 y el Festival Vallenato lo nombró rey vitalicio en 1999. Fue autor de las canciones ‘Campo florecido’, ‘Patillal’, ‘La misma cría’ y ‘Las manos descompuestas’.
Salas murió el miércoles 21 de diciembre pasado en Barranquilla. Su cuerpo fue trasladado a Valledupar y sepultado ayer, jueves. Lo despidieron con versos y no con acordeones en atención a lo que hacía mejor.
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A continuación, transcribo el relato de Bibian Redondo, corresponsal de EL TIEMPO, en Valledupar, sobre el sepelio de Salas.
Con versos despidieron a ‘Toño’ Salas
Bibian Redondo.
Redactora de EL TIEMPO
Esta vez no sonaron los acordeones. La despedida al compositor Rafael Antonio ‘Toño’ Salas fue sencilla, como siempre llevó su vida.
Cuando acabó la ceremonia religiosa en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, sus amigos prefirieron leer versos, como un homenaje a lo que sabía hacer mejor.
"Desde la Sierra montaña llegó este gran verseador, para engrandecer al Valle y alegrar nuestro folclor. Fue ‘Toño’ Salas cantante de versos de juglaría, para emoción de Colombia y toda su cofradía", leyó Álvaro Becerra, hijo del compositor Andrés Becerra.
Y es que para los folcloristas de la región,’Toño’ Salas, de 78 años, era uno de los mejores exponentes de la piqueria. El compositor Tomás Darío Gutiérrez, tras lamentar su muerte, ocurrida el pasado miércoles en Barranquilla a consecuencia de un paro cardíaco, resaltó su forma de manejar la décima.
"La nostalgia que nos produce la desaparición de ‘Toño’ Salas es la inminente desaparición de una generación extraordinaria, la generación de los clásicos", comentó e hizo un llamado a los actuales compositores y cantantes para que reflexionen y tomen de modelo a los verdaderos juglares.
"Ellos no tienen que copiar ninguna música, porque el vallenato no necesita de eso. Hay que tomar el ejemplo de maestros como ‘Toño’ Salas, Leandro Díaz, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta", afirmó.
Precisamente porque quiere conservar el legado no sólo de su padre Emiliano Zuleta Baquero, sino también el de su tío Rafael Antonio ‘Toño’ Salas, el cantante Tomás Alfonso ‘Poncho Zuleta Díaz’ anunció que realizarán una producción musical con sus canciones.
"Mi tío ‘Toño’ fue el más grande repentista y le aportó mucho al folclor vallenato", señaló el artista, quien está, según dijo, en conversaciones con la casa disquera para hacer realidad el proyecto musical.
Mientras tanto, sus tres hijos -Rafael, Darío y Antonio-, que también se dedican a la música, prometieron continuar su estilo.
Y es que en el Cesar todos admiraban a este verseador y acordeonero, rey de la piqueria en 1982 y declarado por la Fundación rey vallenato en 1999, no sólo por ser un profesional de la música, sino por sus cualidades humanas.
El cantante Jorge Oñate, quien le grabó la canción ‘Campo florecido’, recordó que el último contacto con Salas lo tuvo hace unos 18 días, cuando lo visitó en la Paz (Cesar) para felicitarlo por su trabajo discográfico.
"Yo estoy preocupado por el folclor porque en noviembre se fue una leyenda, Emiliano Zuleta Baquero, y el miércoles murió otro grande, su hermano ‘Toño Salas’", expresó Oñate, quien se lamentaba por no estar en la ciudad (está en Bogotá) para darle el último adiós al compositor.
Oñate calificó a Salas como un gran compositor, pero sobre todo un hombre humilde, amante del campo, sencillo, como fue su sepelio ayer en la tarde, en el Cementerio Central de Valledupar.
Esta sencillez fue comentada por algunos compositores y miembros de la comunidad, quienes se mostraron desconcertados por la no presencia en el sepelio del presidente de la Fundación de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araújo, y de las autoridades gubernamentales.
Fotos:
Leandro Díaz y Toño Salas, en el Festival Vallenato. Carlos Capella / EL TIEMPO
Sepelio de Toño Salas. Su sobrino Poncho en el medio. Cortesía de Taryn Escalona.
El maestro Escalona y la esposa de Salas, Telesila Negrete. Cortesía de Taryn Escalona.
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