Ante la pregunta, ella no necesita corregir, solo hace un énfasis especial, como un subrayado en la voz, cuando la nombra:

Totó, ¿Qué tan cercana está del vallenato…?
"Yo vengo de una escuela de la música tradicional y la música de acordeón viene de los bailes cantados. Tengo un concepto diferente sobre ella".

Usted no la llama vallenato…
No. Por lo que te estoy contestando. Viene de los bailes cantados. Porque las cantadoras estuvieron en el comienzo y es algo que no lo dicen. La mamá de Alejo Durán, la de Abel Antonio Villa, la de Luis Enrique Martínez. Todos ellos recibieron la influencia de sus familias, de todas estas cantadoras. Ellas estaban en los bailes cantados y ellos pasaron al acordeón la gran mayoría. Los compositores empezaron a retomar sus patrones y a pasarlos a la guitarra (como Julio Bovea, como Guillermo Buitrago)".

Totó La Momposina me hace recordar alguna vez que sondeé a artistas y estudiosos vallenatos sobre el papel de la mujer en el género.  No nombraron nunca a estas mujeres que transmitieron esas influencias a los grandes juglares, que ella, como estudiosa del folclor colombiano sí destaca. Coincidieron en afirmar que el mejor papel que había hecho la mujer en esta música era el de inspiración, en que las cantantes o acordeoneras no habían sido nunca grandes protagonistas. En ese sentido, los mismos artistas y seguidores del género admiten que es un género machista.

"Precisamente lo es porque ellos eran los que salían de las casas a llevar las canciones de un lado a otro -agrega Totó-. Estos cantos eran como el periódico de antes. Ellos cantaban todos los sucesos de los diferentes lugares. Como viajaban tanto, esta música no heredó la infraestructura de las cantadoras. Porque entre las cantadoras hay una capitana de coros y otras que se invitan. En cambio, en la música de acordeón no existe esa organización. El acordeonero vive en Fonseca, el guacharaquero en El Paso, el cantante en Villanueva y se pasan la comunicación de que deben encontrarse para ir a tocar a algún lugar, se van encontrando y ajustando en el camino".

¿Qué más destaca de la música de acordeón?
"Que tiene su manera de bailar que la gente no conoce. El paseo, el merengue y el son tienen su propia forma. Se bailaba en la isla (Mompós), porque era música de pescadores, de pueblo. Después se subió de estrato social y ahora la oyen los presidentes. Tomó otro camino. En este momento para unos se volvió muy comercial, con patrones que uno no reconoce. Pero no puedo opinar sobre eso, porque hay corrientes y uno, en estas cosas, tiene que aceptar las tendencias de lo que trabaja la gente".

Totó La Momposina estará este fin de semana en Bogotá. Alternará con la bullerenguera Petrona Martínez, en el teatro de Colsubsidio. Aunque no es un encuentro vallenato, quienes estén interesados en deleitarse con el folclor que ellas representan y recordar los parentescos que existen entre las músicas tradicionales, pueden asistir a las funciones de jueves, viernes y sábado, 8 p.m. Boletas: 25.000, 30.000, 40.000 y 50.000 pesos.

Foto: Archivo / EL TIEMPO