Beto, que en dos días partirá de gira para Costa Rica, tenía que sentir el calor de su gente, a pesar de que en Bogotá lloviera a cántaros. Los amigos consiguieron dos chivas y un conjunto vallenato integrado precisamente por los músicos que lo acompañan cuando toca en El Rincón de Rafael Ricardo. Estuvieron todos muy puntuales en el Puente Aéreo, a las 5:15 de la tarde, cuando aterrizó el vuelo proveniente de Valledupar.

El rey vallenato 2006 fue de los últimos en cruzar la puerta de llegada. Antes que él, los demás pasajeros que venían con él se intimidaban al tropezar de frente con el muro de gente y pancartas: “Eres el rey”, firmaba una hecha por sus parientes.

Al encontrarse con su gente, Jamaica atinó a levantar el trofeo del Cacique Upar que llevaba en la mano. Y en cuanto cruzó, todos quisieron abrazarlo. Si bien, no eran miles de personas, quienes llegaron se convirtieron en una masa compacta que se arremolinó y lo fue alzando y lo fue llevando como una ola. Alcanzó a darle un beso a su madre, a abrazar a su esposa y, de nuevo, la euforia de los otros se lo llevó.

Él mismo parecía preocupado más por su madre y el resto de su familia, mientras trataba de responder a los gritos de felicitación con sonrisas. Después, subió a una camioneta con su familia y empezó la caravana. Mal contados eran seis automóviles los que siguieron al rey, además de los dos buses que se quedaron atrás y llegaron a Maramaus, el lugar de celebración, casi media hora después de que llegara Jamaica.

Allí y solo allí pareció posible abrazar a sus dos hijos más jóvenes (en total tiene cinco), tomarse fotos con sus amigos, parientes y fans. Aún sin respiro para descansar (Beto dijo que pasó de largo desde el 30 de abril, día de la final, hasta la noche del primero de mayo, atendiendo medios incansablemente), los animadores del lugar y de la emisora La Vallenata lo invitaron a interpretar la puya Toca cachaco, con la que cerró su participación en el Festival de la Leyenda Vallenata.

“No soy cantante y no tengo bien la voz por el cambio de clima que me ha puesto mal –explicó con la sencillez que lo caracteriza-. En Valledupar, quien cantó esta puya era el guacharaquero, sin embargo, como yo me la sé y ustedes la piden, la voy a tocar”. Y comenzó la fiesta.

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¿Qué significa la corona en un Rey "Cachaco"? 

Cinco horas antes de que Alberto ‘Beto’ Jamaica se coronara nuevo rey vallenato, la crítica estaba segura de que el reinado no se descentralizaría.

"Pero eso tiene que ocurrir alguna vez –decía Jorge Gallego, de Arauca Estéreo–, la corona debe descentralizarse, para que el fallo sobre el rey vallenato deje de ser importante solo en esta zona de Colombia. Para que la gente del resto del país sienta que puede tener la posibilidad".

Y el rey vallenato bogotano ‘Beto’ Jamaica, con su tenacidad, al presentarse en 13 oportunidades, abrió esa posibilidad. Fernando López, presidente de Codiscos lo cree así: "Esto animará a que acordeoneros de otros lugares, del Tolima o de los Llanos, por ejemplo, vean que la corona es posible. Incluso, gente de fuera del país que se inscriba a concursar".

Y si bien los vallenatos no salieron a hacer caravana por las calles de la ciudad para celebrar el triunfo del nuevo rey, artistas como el compositor Rosendo Romero afirmaron que les gustaba mucho que se hubiera otorgado esa corona. "Siempre he pensado que el vallenato, aunque es de esta región, puede ser bien interpretado por cualquier persona, de cualquier lugar del mundo, siempre que haya logrado comprender el sentimiento esencial de esta música", afirmó Romero

Sobre el tema, Alfredo Gutiérrez, tres veces rey, opinó: "Me parece espléndido. Esto le hace mucho bien a la música vallenata, porque incentiva a la gente del interior a crear más la cultura del acordeón. No pude escuchar a Jamaica, pero debe ser excelente porque está al lado de un connotado del vallenato como es el cantante Otto Serge. Pero, desde el aspecto de imagen, le cae muy bien al vallenato".

Fotografías: Fernando Ariza y Liliana Martínez. Caricatura de Morro.