No acababa de conocerse la noticia de la nominación del álbum Cien días de bohemia, de Los Hermanos Zuleta (Poncho y Emiliano) cuando ya estaban ellos armando una caravana en Valledupar. ¡Estamos superfelices!, decía el manager de Poncho mientras lo buscaba para pasármelo al teléfono.

Y al otro lado de la línea, oír a Poncho, lleno de alegría contagiaba a la vez la emoción. "Aquí estoy muy emocionado, muy motivado. Qué alegría tan grande es hacer parte de esta escogencia", dijo el cantante tradicional.

Otros artistas, como Jorge Celedón, que desde ahora es su contendor en el Grammy, se mostraron felices de que usted se encuentre representando a la tradición vallenata…

Gracias. Eso obedece a la responsabilidad, a la dedicación permanente que hemos tenido toda la vida. Pero, hay que agradecerle a mi papá, el viejo Emiliano Zuleta Baquero, que murió recientemente. Él fue el generador de estos triunfos.

Hábleme de Cien días de bohemia, el álbum que concursa en el Grammy.

En este momentito no tengo el álbum a la mano. Es el más reciente de Los Hermanos Zuleta. Es un álbum de canciones hermosas, con el vallenato tradicional, usted sabe que nosotros -no es que sea cuestión de prepotencia ni arribismo- pero sí sabíamos que un grupo tan tradicional, tan ortodoxo como Los Zuleta debía participar en el Grammy, porque la tradición no se puede olvidar.

¿Tenía el temor de que la categoría quedara copada por los artistas de la Nueva Ola?

Nosotros somos respetuosos de todas las escogencias. La nueva ola son los grupos que le gustan a la juventud. Pero es imposible olvidar el vallenato tradicional, porque me parece que si a un árbol se le corta el tronco, se cae el árbol y no hay más frutos. Entonces, ¿Cómo desplazar el vallenato tradicional? La nueva ola es un conjunto que respeto. Los aprecio, son mis amigos, pero son conjutnos que están todavía muy biches. La Nueva Ola tiene que entender que el vallenato tradicional tiene que estar. La Nueva Ola todavía tiene que recorrer un camino más largo.

Como el suyo…

En mi caso, soy un cantante que llevo 35 años ininterrumpidos de interpretación, de permanencia, de constancia. Entonces, es apenas justo un reconocimiento para un intérprete como y o que se ha entregado en cuerpo y alma al folclor.

La canción Cien días de bohemia tiene una historia encantadora….

Es una canción preciosa, de Rafael Manjarrés. Obedece a un joven enamorado de una niña. Conozco esa anécdota. Es un joven abogado, notario, enamorado de una princesa guajira. La muchacha estaba un poco reacia a las ofertas del muchacho. Y él permaneció cien días dándole serenata a ella. A los 100 días la muchacha se suceptibilizó y fue cuando accedió a aceptarlo como enamorado para un noviazgo.

Usted sabe que los cantos vallenatos tradicionales son poéticos. No es como ahora que los hacen por encargo. Últimamente están tratando de vulgarizar el vallenato. Pero el vallenato no es vulgar. Los cantos de ahora ofenden a las mujeres. ¿Cómo se va a ofender a las damas? Porque si uno no le canta a la mujer, a quién más le va a cantar…

Poncho, sería bonito que fuera a recoger el Grammy con su hermano Emiliano (Ambos se encuentran distanciados)….

Pues sí, estamos viendo esa posibilidad.

¿Y de reconciliarse?

Pues vamos a ver qué pasa en estos días, porque a mi hermano lo quiero mucho.

¿Cómo se imagina su presencia en la ceremonia del Grammy?

Una vez, en los Estados Unidos, tuve la oportunidad de presenciarlos. Eso es una cosa apoteósica. Es extraordinario, es de mucha significación, responsabilidad. Eso queda para la posteridad, para los anales de la vida, porque eso no se ve todos los días.