Ahora que el cantautor vallenato Iván Ovalle fue una de las dos sorpresas de la categoría vallenata en los Grammy Latinos, ha tenido que explicar al menos dos cosas: Que por ser compositor no tiene encima las luces de las cámaras encima todo el tiempo, pero no es un desconocido. Y que el Grammy no mide la popularidad.
No es un desconocido en el gremio del vallenato profundo, porque lo ha provisto de un repertorio de unas 240 canciones, todas grabadas en voces de los grandes.
Tanto que un día decidió recoger en un disco un compendio de sus 20 años de trabajo. Pero no tenía los recursos, por eso pidió apoyo al Ministerio de Cultura, cuando María Consuelo Araújo era la ministra.
Y de ahí surgió Veinte años después, el disco con el que está nominado al Grammy.
Ovalle visitó las instalaciones de EL TIEMPO en la tarde en que fue nominado. Había pasado parte de la tarde en Codiscos, departiendo con Fernando López, presidente de esa disquera, con quien se concretó el apoyo discográfico que antes del Grammy no tenía.
"¿Por qué no sueno en las emisoras? –se pregunta y se responde él mismo-. Porque cuando fuimos a distribuir el disco en las emisoras, simplemente, la gente lo dejaba ahí. Porque cuando se trata de un artista independiente, que no tiene respaldo en una disquera, simplemente no se le tiene en cuenta. Te tengo un ejemplo: Kaleth morales salió sin el respaldo de una disquera. Pero tuvo un éxito en Cartagena, cuando Sony se dio cuenta, lo contrató y empezó con la promoción nacional.
¿Qué me sucedió hoy? Salí con este disco el año pasado y nadie lo hizo sonar porque soy independiente. Pero hoy me dice Codiscos: "Ven pa’cá, vamos a promocionarlo, a hacerle video, a llevarlo a las emisoras". Esa es la problemática.
¿Qué pensó en el momento en que recibió la noticia de la nominación?
Quisiera saber cuántos votaron por mí. Yo fui el primer sorprendido. Pero lo hermoso de la Academia Latina es eso, es que la fanaticada tuya no es la que vota, los que votan son los miembros de la Academia, que son unos 2000 en todo el mundo, los de Colombia te eligen en una pequeña proporción. Es maravilloso, es algo divino, propio de Dios.
¿Cómo se enteró de la nominación?
Habían dicho que eso lo anunciaban a las once de la mañana y lo dijeron antes. Escuché el nombre del disco, no mi nombre: "Veinte años después…" y dije: “¡Ese es mi disco! ¡No puede ser, Señor, gracias!” Después empezaron a sonar los teléfonos de mi casa, el fijo, los dos celulares. Hacía unos diez u doce años que no me alegraba tanto. Tal vez es más que cuando fui rey de la canción inédita en el Festival Vallenato, en 1994.
¿A quiénes creía que vería en la categoría?
Esperaba que estuvieran los que han ido más al exterior, porque la mayoría de votantes están allá. Hay pocos votantes en Colombia. En mi análisis, de pronto El Binomio, Jorgito Celedón. Esos grupos, como Los Diablitos pasan mucho en el exterior. Sin embargo, en el Grammy no votan los seguidores de uno, sino los miembros de la Academia que son críticos de la música, productores musicales, arreglistas, músicos.
Alguna vez lo vi muy preocupado por que la categoría reflejara el verdadero vallenato…
Me preocupaba el hecho de que mucha gente piensa que vallenato es todo lo que tiene acordeón y no es así necesariamente. Pero, bueno, en la categoría quedaron Los Hermanos Zuletas, representando la música tradicional; la moderna con vestigios clásicos de Jorge Celedón, la clásica y contemporánea de Iván Ovalle y el Binomio. Creo que estamos bien para ser la primera entrega de la categoría vallenata en los Grammy. En los próximos años va a haber oportunidad para los demás.
De todas maneras, su nominación es una sorpresa gigantesca…
A mí me deja un mensaje: El Grammy no se mide por popularidad, son por calidad musical. Si fuera por marketing, sería injusto porque solo tendrían la oportunidad las personas que tienen dinero detrás o que aparecen en medios de comunicación. Lo justo es que si tienes un talento que Dios te dio por 20 años y te han grabado 240 canciones, es decir que no lo has demostrado una, sino 240 veces, puedes ganarte un Grammy. Porque este premio no cuenta cuántos seguidores tienes, sino tu calidad.
Empieza su cuarto de hora…
Es una oportunidad que Dios me da. Después de 22 años, me dice: “Te encomendé una misión musical y la has mirado tangencialmente, porque te hiciste abogado y a veces trabajas con el Gobierno. El don que te di no se lo doy a todo el mundo, lo dejas tirado. Así que te voy a dar otra oportunidad: te voy a nominar al Grammy para que sepas que lo tuyo es ciento por ciento música”.
¿Quiere decirle al público alguna cosa más?
Quiero primero dedicarle este triunfo al creador, decirle que la Gloria es de él, que el talento mío es de él y a todos que: no se impresionen porque Iván Ovalle está nominado al Grammy. No necesariamente tengo que estar sonando e emisoras. Saco un disco y no lo ponen.