Jorge Celedón es el artista favorito al Grammy en la categoría vallenato/cumbia. A dónde va, lo saludan como si ya fuera ganador. Conociéndolo un poco, debe estar más estresado que cuando lo daban como seguro nominado. Pero asume la candidatura con trabajo. "Está en Estados Unidos desde el 22 –son las primeras noticias que da su representante en E.U., el dominicano José Wacamba–. Está en una intensa gira de promoción en medios de varias ciudades. Estaba planeada, pero la nominación la adelantó".
Mientras Celedón llega a Nueva York (hoy está haciendo promoción en Miami), Wacamba me recibió* en el aeropuerto John F. Kennedy y camino al hotel, me contó su historia de pasión con el vallenato.
"Soy conocido en la farándula como José Wuacamba –dijo al comenzar su relato-. En compañía con un socio italiano, llevamos unos 12 años organizando un festival en la calle, de la Cerveza Heineken. Yo oí la canción de Ay hombe me gustó. Así que le dije a mi socio: ‘Vamos a poner este grupo de vallenato en el festival, porque está en el corazón del barrio colombiano”.
En esa época, no hace tanto (unos tres años), todavía se podía responder a esa propuesta con una expresión como: “¿Tú estás loco? ¿Cómo vas a poner eso de vallenato ahí? Eso no va”.
–Sí, vamos a ponerlo, porque me gustó la canción –protestó Wacamba.
–¿Solo porque te gusta lo vamos a poner ahí?
–Es que tiene bonita letra…
–Está bien, busca al vallenato ese.
Wacamba, que había trabajado durante décadas con salseros y baladistas, sin interés alguno por meterse en el vallenato, decidió buscar a Jorge Celedón. Y tropezó con su antiguo representante. Después de algunas negativas, llegó al manager de Jorgito, Robert Meza, quien se mostró muy interesado. El Festival no era un evento desdeñable. Pero hubo algunos problemas: el antiguo representante puso trabas legales.
Y Wacamba tomó el asunto como cosa personal. Finalmente, cuando todo estuvo solucionado, el dominicano comenzó a trabajar con Jorge Celedón, como su representante en Estados Unidos.
“Me pidieron que siguiera con ellos porque saben que estoy en el mundo de la música hace tiempo y conozco la forma de poner a un artista en la cima por las relaciones que tengo con radio, prensa y TV. Así entré en el mundo del vallenato…”
Un mundo que empezó a conocer hace dos años y medio. Wacama llegó a Estados Unidos siendo adolescente, porque una tía lo llevó de vacaciones. La visita encendió en él la idea de volver para quedarse. Y así fue. “Empecé a trabajar en una disquera –recuerda-, empecé desde abajo, como mensajero, y ahí me entretuve”.
Los ascensos lo llevaron a trabajar de la mano de Ralph Mercado moviendo conciertos de La Fania. Todavía, cuenta, siguen haciendo conciertos. Pero el vallenato ha empezado a cobrar importancia en su vida. Después de Celedón, conoció a Jean Carlos Centeno, Evert Vargas y al cantante de música popular Luis Alberto Posada, artistas que ahora representa. “Y hay como diez que quieren firmar también”, dice como si fuera un chiste. Pero, en verdad, su trabajo lo ha convertido en la esperanza de muchos vallenatos de ver su música enaltecida también en Estados Unidos.
¿Antes de Jorge cómo le sonaba el vallenato?
Sinceramente, nunca le había puesto atención. Porque el vallenato nunca entró, excepto en los barrios colombianos, en Queens. No pasaba de ahí.
Pero está hablando en pasado, ¿Quiere decir que hubo cambios?
He bregado a entrar con Jorgito. Ponérselo a los dominicanos, a los boricuas. Como tengo la facilidad, he contado con la gente de la TV para situarlo en el barrio dominicano, metiendo discos, videos y haciéndolo sonar en las tiendas de discos. Ahora es diferente, en barrios dominicanos y puertorriqueños ya hoy se oye… y después del Grammy, el vallenato va a coger mucha fuerza…
Ojalá…
De eso puede estar segura, porque estamos trabajando duro. Tengo un proyecto: Llevar a Jorgito al Carnegie Hall. He hablado con el señor Mercado y estamos de acuerdo, lo vamos a llevar. Es cuestión de meses.
En dos años se ha vuelto un conocedor del género…
Tengo que conocerlo, para llevarlo. El vallenato tiene bonitas letras, las mejores letras. Por eso muchas bachatas y merengues usan sus letras.
¿Cuál es la diferencia que ve del trabajo con la salsa?
Es un poco más difícil, por el mercado. Porque apenas estamos entrando en las otras comunidades. Es la única diferencia, pero en cuanto entre, todo va a estar bien, porque a la salsa la conoce todo el mundo. Pero hay gente que no sabe lo que es vallenato.
¿Piensan en Carlos Vives?
Sí, lo conocieron solo a él. Pero es otra cosa, no este vallenato romántico que tiene mucho más letra.
¿Cómo reaccionan las otras comunidades latinas?
Bien. Por cierto, tenemos un concierto en Puerto Rico, en homenaje a Ismael Rivera. Estoy pensando en meter a Jorgito ahí, pero se cruza con el Carnaval de Barranquilla. Así que estoy hablando con el promotor de Puerto Rico a ver si se puede correr la fecha. Jorgito en ese show sería una buena presentación, porque a pesar de que es un pueblo muy salsero, también es exigente y sabe apreciar.
¿Qué implica ser representante en Estados Unidos?
Mi actividad es vender el grupo, preparar la promoción. Como el género está comenzando, trabajo en llevarlo a otras comunidades. Jorgito ha hecho mucha prensa. Esa es su ventaja: es el único vallenato que ha estado visitando la radio, la TV, la prensa. Ningún otro antes lo hacía. Venían a tocar a los clubes de Queens y pa’fuera. Eso hace la diferencia. Por eso Jorgito está donde está, porque con él se puede trabajar. Puede ser que haya terminado un concierto a las 4 a.m. y si tiene programada una entrevista a las 5, él va. Además es sociable, se deja retratar de todo el mundo. Y tiene tremendo productor que es Jimmy Zambrano. Son un equipo que se deja trabajar.
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Visita a Nueva York por invitación de Jorge Celedón y Jimmy Zambrano, así como de la casa de discos Sony BMG