Con la misma sonrisa contagiosa con la que se echó al bolsillo el corazón de los colombianos, Carlos Vives, se prepara para participar en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española.
En la tarde del pasado 6 de diciembre, se reunió en Cartagena, primero con varios de los invitados a la tertulia, que horas más tarde se transmitió por Señal Colombia. Después de grabar una entrevista para el Ministerio de Cultura, Vives dio dos entrevistas más, una de ellas para EL TIEMPO. Apartes de esa entrevista se publicaron en la edición del sábado 9 de diciembre. Aquí transcribiré, en tres partes, la totalidad de sus palabras.
Descomplicado, con frescura amistosa, Vives prefirió conversar un rato en los escalones del Hotel Santa Teresa. El primer tema, el obligado, era su presencia entre académicos de la lengua. No pocos, al saber que el cantante de La tierra del olvido estaba participando se preguntaban ¿por qué?
Así que de eso hablamos.
“Fue una invitación de la ministra de cultura, Elvira Cuervo de Jaramillo. Me invitaron para hablar un poco sobre la experiencia con la música colombiana. Ahora, vinculado al evento, la expectativa es tratar el tema de la tradición frente a los retos de la globalización”.
De hecho, Vives participará en uno de varios páneles programados para el encuentro que se llevará en marzo próximo, tiene que ver con el idioma y la música.
“Ha sido perfecto que me inviten en este momento –dijo emocionado–. Porque estaba pensando mucho en esto en estas primeras vacaciones reales que tengo después de 15 años de trabajo. A veces, para la gente y la industria, no es suficiente hacer lo que uno hace, como si no fuera realmente importante cantar en español. Es un factor común, siempre me preguntan: “¿Cuándo vas a cantar en inglés? ¿Cuándo vas a dejar los vallenatos? ¿Cuándo te vas a volver internacional realmente?”
Después de 15 años de oír las mismas preguntas, dice que esa experiencia y la forma como ha tomado las decisiones de mantener sus expectativas y sueños en Colombia.
“Es curioso, pero chévere, tener esta tribuna, la oportunidad de compartir con otros músicos y los demás dolientes de nuestra lengua. Va a ser interesante hablar de eso porque hace tiempo, cuando escogí mi camino, he valorado mi lengua y nuestra forma de cantar y de sentir”.
¿Sabe cómo será el panel?
“Creo que es hablar de cómo es cantar en español, de la experiencia de acceder a otros mercados con esta lengua y cómo es toda esta sensación de globalización, esta sensación de mundo cada vez más pequeño y cómo influye en el trabajo que uno hace. Realmente vine a Cartagena a empaparme un poco porque…”
En ese momento, Vives, sonríe, baja la voz y hace un guiño, la frase que sigue suena a algo entre travesura y sonrojo:
“…Yo no sabía que esto era tan importante”.
Pero ahora ya lo sabe: que el Congreso se realiza cada tres años, que por primera vez tendrá lugar en Cartagena, que se espera convocar a escritores de habla hispana de renombre mundial (incluido Gabo al que le harán un homenaje) y a los reyes de España que acuden siempre a este encuentro.
"Tengo unas experiencias muy vivas –agrega-, sobre lo que ha sido trabajar con mi lengua: la forma cómo hemos traído a lenguajes más contemporáneos algo que ha sido de la tradición oral de los pueblos. Ese ha sido nuestro trabajo de los últimos años: creer en esta semilla, en esa esencia. Y de manera comercial, porque no tengo la pretensión de considerarme folclorista, ni mucho menos. Pero, hemos construido dentro de la industria cosas que tienen que ver con nuestras tradiciones".
¿Y en ese trabajo con la tradición, le han pedido que cambie las letras, que las haga más ‘universales’?
“Sí. Hoy, mucho menos que hace años. Me estaba acordando de ciertos prejuicios que había en la industria. Cuando empezaba a cantar casi siempre había alguien que me decía cómo debía hacerlo. Hasta el día en que descubrí que tenía que cantar como hablo. Punto.
“Por supuesto que en todos los trabajos hay unas convenciones, es decir, cosas más convencionales y cosas más naturales. Y yo terminaba cantando muy diferente a como hablaba. Me decían: ‘No te comas las eses, no golpees tanto ahí, canta de tal manera o de otra forma, mira a este cantante que lo hace así’. Pero uno termina rebelándose contra eso para hallar su manera, la expresión más parecida a uno”.
Y la encontró…
“Claro, definitivamente. Termina uno encontrando lo que más se le parece, lo que más le gusta. Y me ha llevado a tener mis aspiraciones aquí. Eso es lo que he aprendido un poquito, me ha ayudado a ser útil con mi trabajo".
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