Los encontré antes de que comenzara el Festival. Luis Manuel López Carrera, oriundo de Monterrey (México) ya es un visitante obligado.
Pero esta vez, estaba acompañado por un grupo de 30 compatriotas afiebrados por el vallenato como una barra de fútbol.
López Carrera, cuya labor de difusión del vallenato en Monterrey, hemos destacado en EL TIEMPO (y en este blog) algunas veces, llevaba puesta una camiseta que en la espalda decía:
Llevo diez años viniendo de México al Festival. ¿Soy o no vallenato?”
En realidad, él vino con 25 compatriotas, que se distribuyeron en varias casas alquiladas. Y en Valledupar se encontraron con otros regiomontanos. Esperan ver la participación de otro de sus compatriotas en la competencia de rey vallenato aficionado.
“Es que hace como mes y medio vino Bush aquí a Colombia –dijo-. Y los vuelos de Mexicana se cancelaron. Entonces, la aerolínea sacó una oferta de 200 dólares de ida y vuelta a Colombia. Nos dimos cuenta, rodamos la noticia entre todos los amigos y aquí estamos”, cuenta López Carrera.
“Toca decirle a Uribe que invite a Bush cada año, más o menos por marzo. ¡Gracias Bush!”, bromeó.
Ante mi duda sobre si en realidad esa fue la causa de la oferta, otro mexicano dijo que esa fue la explicación que le dio la aerolínea.
Se sumó Juan De Dios Gutiérrez, de 26 años. También de Monterrey, que vino en plan de mochilero. Él y otros relataron anécdotas tenebrosas de su llegada desde Bogotá por carretera.
A Luis Manuel le tocaron como tres accidentes, otro vio como se desgajaba medio carril, dice que a 200 km de la capital.
Juan de Dios dice que no hizo más esfuerzo por conseguir avión a Valledupar porque alguien le dijo que en la ruta se pasaba por el pueblo de El Difícil, donde nació Pacho Rada. “Vine despierto las 14 horas, noche y madurada y jamás vimos el pueblo de El Difícil”.
Pero eso no lo amilanó. Está cumpliendo un sueño.
“Allá en México, yo veía a este cabrón (se refiere a López Carrera) que me platicaba del Festival y yo me quedaba como el Chavo del Ocho cuando Kiko comía tortas de jamón en su cara. Por eso pedí licencia en el trabajo”.
Agregó que el vallenato le empezó a gustar cuando era niño, oyendo una canción, Arco Iris, interpretada por Iván Villazón. De sus primeras aventuras en Valledupar dijo:
“¡Me di un gusto al pasar por esa casa, la de Pedro Castro. Estaba paseando solo, sin conocer nada. Yo no había visto un mapa, si he sabido que Bogotá está lejísimos, yo llego a Barranquilla. Total, venia solo preguntando, porque no tomo ni fumo, pero ponme un vallenato para que vean que lo destrozo. Pues, tenía bien visualizada la tienda Compai Chipuco y empecé a filmar la bendita tienda.
“Después seguí caminando y reconocí la casa porque ahí grabaron Escalona. También vi la casa de Consuelo, mañana me voy a meter. Es que este güey (otra vez, López Carrera) llegaba a Monterrey y nos decía todo. Nos platicaba cómo era Valedupar y yo cerraba los ojos y me imaginaba. Lástima que ya no veré el Festival aquí en la Plaza, sino en el Coliseo.
“Para mí será sensacional ver tocar al ‘Cocha’ Molina, a Beto Zabaleta a Jorge Oñate y a Diomedes Diaz”.
Ellos ya tienen sus favoritos. Luis Manuel López dice que el rey de reyes está entre Saúl Lallemand y ‘Chemita’ Ramos. Juan de Dios dice que también vota por Saúl o por uno de los Granados. De pronto.
Juan de Dios, primíparo en el Festival, contó una anécdota emocionado. “Esta mañana un güey me dio un beso en el cachete –dijo- . Nos pusimos a hablar y me dijo: ‘Lo invito a Patillal, vamos el lunes’. Y yo le contesté: ‘No voy a Patillal, porque me mata la tristeza”. Y ante su sorpresa continué: ‘Ahí fue donde murió un amigo mío’. Y se le enrojecieron los ojos. Me preguntó: ‘¿Cómo usted de México conoce usted eso?’ Ah, pues son Los tiempos de la cometa, de Freddy Molina. Y me dio el beso. Es que los mexicanos que estamos aquí somos la crema y nata, los que verdaderamente sabemos del tema. Tengo que ir al Río Hurtado, a ver a la Sirena”.