El ambiente:

Mediodía del domingo 29 de abril. Feria Ganadera.
La primera barra que estaba a esa hora era la de Beto Jamaica, a quien le tocó siempre competir de primero. Sus seguidores ya estaban gozándose el paseo, porque el  cachaco estaba en el puesto número 12 por segundo día consecutivo. Y en ese momento, de los 19 que comenzaron, solo quedaban precisamente 12 en competencia.

Hablando con ellos me enteré de la renuncia del rey vallenato de San Andrés, Julián Rojas Teherán.

El boca a boca repetía más o menos la siguiente teoría: “Que las cosas están dadas para que ganen Saúl Lallemand (a esa hora del certamen, ocupaba el tercer puesto en puntajes) o Ciro Meza”. A lo largo de seis festivales vallenatos he escuchado comentarios así, producto del calor de la competencia y la fiebre de las barras.

Así que era mejor hablar con Rojas. Ciro Meza, que estaba por ahí, se rió de las conjeturas de la gente, aunque estaba preocupado, porque había pasado del segundo lugar al cuarto.

 

En cambio, el que pasó del cuarto al primero, Raúl ‘El Chiche’ Martínez, seguía en una reunión apartada, entre los bebederos de las caballerizas. “Sin tanto show –me dijo-, aquí el show no es la cuestión. Aquí el secreto es tocar de acuerdo con las notas, tocar concentrado”, me dijo un ‘Chiche’ sonriente y más confiado.

Y aparece Julián Rojas:
Fue José Del Gordo, de CityTv, quien me pasó por teléfono a un Julián Rojas algo alterado. “Por favor, por favor, ayúdame”, me dijo en medio de una comunicación que se iba por momentos. “Yo mandé mi carta de renuncia a la Fundación –repitió-. Y no la han querido leer, porque no les conviene. Quieren hacerme los tres llamados para decir que no llegué, para que yo quede como el que no se presentó porque está amanecido. Dile a alguien de radio que me llame, que quiero leer mi carta”.

 

Alcancé a preguntar por su retiro. Y dijo que en la primera puntuación lo habían calificado muy bajo en relación con su presentación y que era su manera de manifestar el desacuerdo. “Continuar sería como permitir que me faltaran el respeto”, dijo.

Los comentaristas de radio se extrañaron de su retiro porque, al fin y a la postre, Rojas estaba entre los 12 acordeoneros que pasaron a la siguiente ronda.

Y la descalificación…
Juan Rincón Vanegas, jefe de prensa de la Fundación, estaba camino al escenario cuando le pregunté si tenía la carta de retiro de la competencia de Julián Rojas. “Vengo de la Fundación –dijo- y allá no había llegado carta de retiro alguno”.

 

Unos cinco minutos después, a eso de la una y diez de la tarde, llamaron a Rojas a la tarima. A cada participante se le hacen tres llamados oficiales, ante el público, con un lapso suficiente para darle tiempo de aparecer. Al tercer llamado, es descalificado. Y así se anunció en la tarima cuando Rojas no llegó. Entonces llamaron a concursar al siguiente: Navín López, el siguiente en subir a la tarima sería Saúl Lallemand.