Amparado por el premio Grammy obtenido el año pasado, Poncho Zuleta presenta su nuevo álbum ‘Colombia canta vallenato’, grabado con Gonzalo ‘El Cocha’ Molina.

El artículo, publicado en EL TIEMPO de hoy se basó en la siguiente entrevista realizada en Valledupar. Después, el manager de Poncho, Joaco Guillén, aclaró que el grupo ahora lleva los nombres de Poncho y El Cocha, a diferencia de lo que dijo el cantante en ese encuentro, el mes pasado.

¿Cuándo llegó el Grammy?
Hace como tres meses ya.

Esperó mucho, a Escalona le dieron el suyo ahí mismo, porque era premio honorífico. Poncho, lo último que supe de usted fue que lo llamaron de La W y estaba ofendido.
Ellos hacen un programa muy bueno. Incluso me hacen una caricatura. Yo esas cosas las entiendo. Pero, la gente habla. A raíz de los problemas de la parapolítica… ¿Te acuerdas que cuando estaba en Nueva York me llamaron y yo hablé con todos los medios?. Hablé bastante, yo estaba nostálgico. Hasta lloré de la emoción con los tragos. Entonces me sacaron el personaje, Maestro Pocho. Yo a esas cosas no les paré bolas. Después vino el casete que sacó La W, un montaje que me hace la gente. Como en las cosas que hacen ahora con las imágenes. Como las revistas pornográficas que cogen la cabeza de uno y el cuerpo de otro. Yo hice la aclaración oportuna.

Lo sentí indignado esa vez… (alguien trae el Grammy y lo pone sobre la mesa)
Este es el Grammy, pesa un montón. No sabe lo motivante que es, porque el Grammy es el mismo Nobel. Uno siente que sembró en buena tierra.

¿Por qué?
Porque se hizo justicia con el folclor. Porque los 40 años de vida musical lo shemos llevado con dignidad, disciplina, amor, respeto, profesionalismo. La Academia Latina, por supuesto, que para una cosa de esta magnitud hace un estudio.

Una vez nominan a sus artistas hacen un estudio de la hoja de vida. La Academia consideró que Los Hermanos Zuleta éramos merecedores del Grammy. Recibimos una satisfacción inmensa, inconmensurable. Es un recuerdo grato. Sentimos que llegamos con esto a la cúspide, al pináculo de la fama. El Grammy es el  mismo premio Nobel. Y esto obliga a las nuevas generaciones a proteger con dignidad y altura la conservación de la tradición vallenata. 

Bueno, pero estrena su disco. ¿Cuáles son las novedades?
Tenía el disco armado cuando estábamos en Nueva York. Cuando salió el Grammy dije: ‘A esta cosa hay que meterle primera y doble, más fuerza a la grabación’. Hice una recomposición del trabajo. Cambié cinco obras porque había que refortalecerlo. Le escogimos un repertorio extraordinario. Lo hice pausadamente, me dediqué mucho. Más que todas las veces. En quince días hago un trabajo. Esta vez duré dos meses realizándolo. Quitaba y ponía, quitaba y ponía hasta que dije: ‘Este es el disco que le voy a ofrecer al mundo entero porque el Grammy implica una responsabilidad muy seria’.

¿Tanta?
Ya esto hace que al vallenato lo conozcan en el mundo entero, ya no es una cuestión nacional. El Grammy es un certamen que difunden 180 países esa noche. Cinco mil periodistas. Tú estuviste ahí. De manera que tenemos una responsabilidad mayúscula.

Últimamente estamos volviendo a lo clásico, digo, después de la nueva ola…
Soy muy respetuoso. Es entendible que la generación de hace 20 ó 50 años se vestía de una manera. Ahora surgieron nuevos grupos. Antes que criticarlos, más bien los aconsejo y los oriento. La gente pensaba que el vallenato tradicional podría desaparecer. ¿Cómo se les ocurre? La Academia me dio esto, por que sabe del vallenato tradicional, que es poesía…

…La nueva ola, no soy crítico o lo soy, pero constructivo. En la medida en que no comparto con el vallenato vulgar que hacen algunos: que las canciones hablen del cacho, de que te corto con una cuchilla. Mejor dicho, que lo vulgarizan. El vallenato es una música muy decente. No quiero dejar de reconoce rla importancia, la genialidad, el talento de los artistas que están de moda. Tienen que coger el camino del vallento tradicional.

Las rivalidades parecen característica de los artistas. El rival de ‘El Cocha’ era ‘El Diablito’. ¿Cuál ha sido su rival? 
Porque éramos contemporáneos, me hacían rivalizar con Jorge Oñate. Porque él y yo fuimos los que empujamos el vallenato hace 40 años. Diez años después vino Diomedes… y Rafa Orozco, Beto Zabaleta. Entonces, la gente siempre nos enfrentaba en los conciertos. Ponían el mano a mano a ver quién canta más. Pero él y yo siempre hemos tenido relaciones muy estrechas.

En el acordeón, a Colacho siempre intentaban enfrentarlo con mi hermano Emiliano y a Luis Enrique con Alejo Durán. Es normal, como en la política. Esas rivalidades, no me las tomo en serio. Y hago lo que considero que hay que hacer. Más bien conservo el espíritu de colegaje, de solidaridad, de hermandad. Más bien busco la unión, la concordancia, la amistad, la integración.

¿Qué cosas admira de Oñate?
Su talento y una particularidad que tiene: su genio, su temperamento terco, peleador. Gran artista.

¿Y usted también es peleador?
No, yo no peleo ni con la mujer. Uno puede molestarse con las circunstancias adversas. Pero eso se maneja.

(Se acerca uno de los hijos)
Aquel muchacho es hijo mío, odontólogo. Acaba de lanzar un disco. Tengo otro hijo médico. Todos son profesionales. Lo que me pasó a mí les está pasando a ellos. Cuando nacieron, ¿Qué vieron? Un acordeón aquí, una parranda allá y un canto vallenato. Yo, en mi casa, en Villanueva (La Guajira), de dónde soy, cuando abrí los ojos vi un acordeón. Imagínese las parrandas de mi papá en su época, con Escalona y Leandro Díaz. Uno siente en las venas ganas de cantar. Ahí fue creciendo la cuetión. Fui a Tunja y ahí comencé, hasta el sol de hoy.

¿Pero no hubo un hecho que le permitió descubrir a usted mismo que era cantante?
Chiquito empezaba a cantar solo. Empezaban a verme. Me ponía a cantar solo, porque me daba pena. Osea, cantaba probándome yo mismo. Después fui cogiendo confiancita y empecé a participar en las parrandas. Al ser hijo del viejo Emiliano, me dijeron: Venga a cantar proque usted es el hijo de su papá que es gran músico.

¿Qué hace cuando no canta?
Dedicado a la finca. En la familia todos somos agricultores, ganaderos. Mi papá, mis abuelos… nacimos en el campo. Entonces, aparte de la música me dedico a mis fincas, las que quiero mucho. Soy organizado, metódico. Voy y me relajo, me desintoxico. Me sirve de espejo e inspiración. El canto de las aves, el ganado, los ríos que corren, eso me emociona. Mi Salvación, es el nombre de la finca. Hay una canción así, porque fue la primera canción mía, en mi vida, que compuse y la grabaron los López, después yo y luego El Binomio. La hice pensando en una muchacha a la que llamé ‘Mi salvación’ y luego le puse así a la finca.

¿Cuántas canciones tiene?
Muchísimas. Pero ya no compongo. Ya no. No tengo tiempo. Tengo muy congestionada la mente. Aunque inspiración sí hay porque uno no deja de enamorarse. 

¿No le duele que se pierda esa inspiración?
Están en la memoria, luego se pierden, sí. Pero tengo cositas por ahí…

¿Escuché que el grupo se sigue llamando Los Hermanos Zuleta, es así? (Poncho se encoge de hombros).
Claro… con El Cocha Molina se llama así. Y la gente lo entiende y sabe que en cualquier momento, Emiliano  dice: "Mi cupo, que voy pa’dentro".

También me dijeron que Emilianito estaba molesto por eso… (Poncho hace un gesto)… vea la cara que hace….
Es que, la gente piensa una cosa y de una vez la da por hecha. La gente habla con lo que se le ocurre. 

¿Cuántos hermanos son ustedes?
En el hogar, ocho. Tres mujeres, cinco hombres y hay tres fuera del hogar.

¿Cuál es el papá de Iván?
Fabio Zuleta.  Va creciendo, es acordeonero extraordinario, verseador…

Verseador, usted también lo es. ¿Qué se necesita para ser buen verseador?
Conocer la gramática, la encadenación de las estrofas, el aspecto poético: cómo debes rimar cada renglón de la poesía. Eso tiene su organización. Primera con tercera, déciama con primera. Hay estrofas de cuatro, seis, ocho y diez versos. Ese talento también es genético. Nosotros, tradicionalmente somos versadores. Mis tíos, hasta mis hermanas son verseadoras…