Recuerdo con emoción el momento en el que Emiliano Zuleta recibió el primer Grammy vallenato, en el Madison Square Garden de Nueva York.

Dos días atrás, para darle la bienvenida al nuevo premio, La Academia Latina (Laras) le había otorgado un emotivo Grammy honorífico a Rafael Escalona, en el Rockefeller Center. ¿Cuándo un ritmo colombiano, puramente tradicional, había llegado tan lejos?

Y terminada la ceremonia de entrega de premios, hubo una fiesta de After Grammy, en el hotel Sheraton de Nueva York. El encargado de abrirla era Jorge Celedón, quien hasta hacía poco era el favorito para ganar. Y sí, como dijo un lector, yo estaba triste por él, pero cuando fui a darle un abrazo, Celedón dijo que estaba feliz, porque el premio lo tenían quienes habían iluminado el folclor. De hecho, una vez en el escenario le cedió el micrófono a Poncho Zuleta para que interpretara ‘La gota fría’ ante nominados y ganadores. 

Díganme ¿qué ritmo colombiano ha llegado tan lejos? ¿Qué artista llanero, por excelente que sea, qué maestro del bambuco, qué intérprete del currulao puede cerrar los ojos hoy y decirse hacia futuro: ‘Puedo aspirar al Grammy de la música que hago".

Se supone que los artistas vallenatos la tienen más fácil. Tienen una categoría para ellos (y para la cumbia cuya presencia en las inscripciones, hasta la fecha, es inexistente). Con todo lo que trae. Y sin embargo, la ponen más difícil. 

Pregúntenle a Poncho. Les dirá que el Grammy ha sido para él como el Premio Nobel. Pregúntenle a Celedón, que tan solo con la nominación, llenó su agenda de visitas a medios estadounidenses en los que pudo explicarle a numerosas audiencias su música, su origen y por qué vale la pena escucharla.

Por eso, los vallenatos no tienen perdón si la categoría se muere por falta de inscritos. Porque nuestro caso no es el de la categoría de rock femenino, que mermó en su producción durante un año. Ni el de muchas músicas que mueren sin dejar registro sonoro. El caso es de desinterés. ¿Esperaban a que la Academia Latina, que está al frente de un montón de músicas regionales en todo el continente, llegara hasta sus casas a preguntarles si de casualidad tenían un disquito que pudieran inscribir?

No conozco ningún concurso que lo haga. El premio también funciona como el dicho popular que reza: "El que quiere besar, busca la boca".

A lo largo de estos días la primera reacción de los artistas fue decir: "Es que la Academia no informó". La Academia sí informó. Envió los formularios a cada uno de sus miembros en Colombia, habló de la primera ronda y de la segunda. Además, el círcuito vallenato conoce bien a los representantes de la Academia en Colombia: Michel y Marlon García. ¿Se les ocurrió preguntarles?

Hoy mismo, hablaba con alguien y se disculpó diciendo que no había pensado en inscribirse porque eso venía en inglés. Los formularios llegan en tres idiomas: inglés, español y portugués.

Mientras escribía el artículo que se publicó hoy (lunes 4 de junio) en EL TIEMPO, encontré muchas reacciones y opiniones: Artistas que se preguntaban si acaso el cierre no era en julio, colegas que me preguntaban con desconfianza si dar la alerta no era hacerle un favor a la Academia que, a la postre, persigue intereses económicos, y muchas personas del común que opinaron: "Ahí están pintados los vallenatos" o "¿Es que fue pereza o es que piensan que sus trabajos musicales no pueden aspirar al Grammy?".

¿Bajas aspiraciones o pereza? Díganme ustedes, qué fue. Los artistas que tienen disquera descargaron, todos, sin excepción la responsabilidad en sus disqueras. Y fíjense, disqueras hay que mandan a última hora.

Los independientes, supongo, han de ver el Grammy como un premio de la estratósfera: una cosa por allá que entregan en Nueva York o en Los Ángeles, seguramente imposible. Sé que tocan muchas puertas y que a veces las disqueras locales no las abren fácil. Pero el Grammy está plagado de historias de personajes que enviaron su disco y aún siendo muy poco conocidos en sus lugares de origen, quedaron nominados y hasta ganaron, con el feliz efecto de encontrar buena disposición en disqueras que antes ni los miraban.

Y por el hecho mismo de no desperdiciar una oportunidad, creo que cualquier artista vallenato que haya logrado la proeza de terminar su álbum y verlo empacado en la caja de CD podía haber aspirado a más, soñado con más que repartirlo entre sus amigos. A veces, la mente chiquita, la poca aspiración personal es el primer obstáculo que tenemos.

He leído algunos comentarios de los lectores en internet. Dicen que no es para tanto, que el Grammy es algo comercial, que los vallenatos nunca merecieron tener una categoría y todas esas cosas que suelen decir los prejuiciosos y que a mí suelen darme risa.

Ante lo primero, los remito a la experiencia de Poncho Zuleta y Jorge Celedón mencionada arriba. Ante lo segundo, cada vez que dijeron que los vallenatos en los Grammy estaban fuera de lugar, sentí que era un prejuicio cargado de ignorancia acerca de la riqueza de una cultura. Ahora, eso de si se merecen o no la categoría, toma otro sentido a la luz de las inscripciones. Si la categoría se pierde, por pereza o por falta de aspiraciones, entonces, de verdad, no la merecen.

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¿AÚN ES POSIBLE HACER ALGO?

Para inscribirse al Grammy es necesario enviar cinco copias del álbum y el formulario diligenciado. Transcribo a continuación una conversación con la directora de premiación del Grammy Latino, Aida Scorza.

¿Qué se puede hacer?

Las inscripciones solo pueden hacerla las disqueras y los miembros de la Academia. Si no son miembros es muy tarde para ellos recibir el formulario. Lo único que podemos hacer es que si una grabación esetá con una disquera, la disquera puede inscribir el producto.

¿Y si se es artista independiente?

Si es miembro de la academia, esos formularios fueron enviados vía mail. Ahora, tú eres miembro de la Academia, si sabes de un producto que merezca estar inscrito, tú lo puedes hacer.

¿Cuál es el reglamento?

La regla es tener más de 25 artistas diferentes en esa categoría. Si tenemos menos, en este momento hay menos de 15. Al cierre de las inscripciones si hay menos de diez, la categoría se puede incluir dentro del genérico tropical, como estaba antes.

¿Este mismo año?

Lo sabremos cuando se cierre la ronda final. Después quedarán unas cuantas semanas para meter esas inscripciones en nuestra base de datos.

¿Es decir que si el 8 de junio hay menos de 15 es posible que este año no haya categoría?
Bueno, hay otro momento. Depende también del comité de selección, la reunión que se hace a comienzos de julio, en la que los comités tratan de salvar las categorías en peligro. Los miembros de esos comités pueden someter producto a estudio de la Academia. Si después de esa reunión vemos que no hay tantos, se toma la decisión.

¿Cuál es la recomendación?
Los artistas que no son miembros de la Academia no alcanzan a inscribirse (la inscripción para ser miembro se hace a partir de un formulario y el pago de 50 dólares) para recibir el formulario. Lo recomendable es que se hagan miembros, para poder votar.  Si ya no son miembros, la disquera u otro miembro puede inscribirlos. No importa que el disco quede inscrito dos veces, cuando llega a comité se deja una sola inscripción. Por eso les digo a los artistas que son miembros que no se esperen a que las disqueras hagan el trámite, que lo hagan ellos mismos. Porque a veces a las disqueras se les olvidó o se les pierde el envío. Que el artista esté al frente de su propia inscripción sirve de mucho. 
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Si tienen preguntas al respecto, pueden escribirme al correo vallenatosocialclub@gmail.com o a lilang@eltiempo.com.co

El correo electrónico de Marlon García, representante de la Academia en Colombia es marlongarcia@mmentretenimiento.com