Ya Taryn Escalona me había dicho (y lo había escrito también en su portal El País Vallenato) que su padre, el maestro Rafael Calixto Escalona Martínez se había quedado sin habla media hora por la mañana, al saber que se había muerto su amigo del alma el ex presidente Alfonso López Michelsen (1913-2007).

También me dijo que había llamado muy temprano a Luz Marina, su actual pareja, para decirle que le diera la noticia con muchisimo cuidado, en vista de su frágil salud. Después el país lo escuchó recordar a López en la radio y en la televisión. Escalona acudió a la casa de López y no lo pudo ver. Así que regresó a su propia casa y esperó hasta el momento en que pudiera asistir al Capitolio, a darle el último adios al hombre que, junto con él y Consuelo Araujonoguera recordaremos siempre como el cofundador del Festival de la Leyenda Vallenata.

"Figúrese, prima lejana -saludó con delicadeza y voz apagada (me dice así por molestar, porque compartimos el apellido Martínez). Yo ya estoy bastante enfermo, tengo una arritmia cardiaca. Pero me levanté, figurate tú, con ese pellizco al corazón".

La conversación debía ser breve. Lo sentí. Escalona recordó entonces las canciones que le compuso a López: "Todas mis canciones tienen una motivación. Casi nunca invento una canción –dijo–. Claro que a veces echo ciertas mentiritas para elogiar a alguna dama. En el folclor colombiano establecí la narrativa, son crónicas musicales. Las canciones al doctor López nacieron de nuestra amistad.

"Cuando el doctor López fue candidato, me hubiera gustado regalarle un cheque de mil millones. Pero no podía hacerlo, porque no los tenía. Y le hice una canción que expresaba el sentimiento de Nación y que fue tomado como himno de su campaña…"

Fue cuando recitó de memoria aquella canción: "El Partido Liberal tiene el hombre. En la Plaza de Bolívar se grita. López es el Pollo. López es el gallo. El presidente que Colombia necesita".

Después, el autor de ‘La casa en el aire’ recordó que en todas las plazas donde el doctor López hizo acto de presencia, así como ‘La Niña Ceci’ o cualquier otro familiar allegado, se presentaba la canción ante las multitudes como El gallo…

"…El Gallo, que era el doctor López –gregó–. Ese fue mi aporte a su campañana. Tuve una aceptación total. Estuve contento y orgulloso de rendirle ese homenaje en vida a ese patriarca que tanto bien le ha hecho a Colombia".

Se conocieron en la juventud. No cuando niños, subraya Escalona: "Es que él me lleva unos añitos. Siempre hablábamos. Lo conocí cuando yo tenía 15 años y desde entonces fue una amistad estructurada, permanente, llena de reciprocidad".

Después le pregunté por las últimas preocupaciones de López acerca del vallenato. A últimas fechas, cada vez que el ex presidente quería dar su opinión sobre el tema, se ponía de acuerdo con Escalona. Así lo hizo cuando propuso la aceptación del quinto aire vallenato en el Festival. "Había muchas innovaciones que él quería -dijo Escalona-. El fue defensor de la pureza. Y resaltaba que hay muchas cosas raras que hoy en día se llaman así y no lo son…"

De pronto, Escalona se silenció. Le pregunté si quería contarme algo más.

"Por ahora nada más, no me siento bien".

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Después hablé con Pablo López, con Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa y con con otras personas que recordaron a López Michelsen, para el artículo de El Tiempo. Entre tanto, llegaron los comunicados de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata declarando en luto el folclor y el informe desde Valledupar que anunció que la Alcaldía y la Gobernación del Cesar decretaron tres días de duelo. Publicaré en los comentarios siguientes el contenido de estas converaciones.