Cuando se reúnen el investigador musical Numas Armando Gil y el compositor Adolfo Pacheco Anillo, ante un público, para conversar. El resultado puede ser una amena exploración por las músicas que se hacen en el norte de Colombia.
Porque el primero le ha dedicado décadas a la investigación y al trabajo de los compositores como Pacheco y los juglares que dieron las pautas del vallenato. Y porque el segundo ha sido autor de obras insuperables como ‘La hamaca grande’, ‘El mochuelo’ y ‘El viejo Miguel’.
Los dos volverán a encontrarse para un conversatorio el martes 26 de febrero, a las 8 p.m., en Casa de Citas, un lugar que combina la cultura bohemia y el respeto por las tradiciones musicales colombianas, en Bogotá (Cra. 3 No. 13-35). El encuentro tiene como motivo el lanzamiento del CD ‘Me rindo majestad’, grabado por Pacheco con el acordeón del rey vallenato Julio Rojas.
De paso… comparto con ustedes las ideas de Gil sobre los parentescos entre las músicas de gaiteros, vallenatos y sextetos, la división entre el estilo sabanero y el estilo vallenato de la música de acordeón y su crítica al Grammy de Jorge Celedón:
Habla Numas Armando:
La gaita, como la cumbia, es la madre de todos los ritmos: del fandango, del chandé, del merengue, el paseaito. La cumbia es la madre y es la misma gaita, esa que suenan los gaiteros.
Todo se desprende de ahí. La música de acordeón de nosotros, el sonido sabanero se desprende de la cumbia. Por eso, a un Adolfo Pacheco, a un Andrés Landero o a un Juan ‘Chuchita’ Fernández (este úlitmo de Los Gaiteros de San Jacinto) los pones a interpretar, te cantan cumbia con acordeón y con gaita.
Adolfo Pacheco es compositor de cumbias, incluso una de ellas se llama Sabor de gaita. El músico sabanero (Pacheco es sabanero) es capaz de tocar porro, cumbia, chandé, pajarito, pasebol y también esos cuatro aires que tiene el César (puya, paseo, merengue y son).
Si tú analizas un conjunto vallenato nuevo, como el de Jorgito Celedón, te darás cuenta de que parece más una orquesta. Le meten violín y hasta mariachis. Y lo más triste es que les dieron el Grammy con una música de folclor mexicano. En cambio, Los Gaiteros de San Jacinto ganaron con su musicas, con composiciones de la tierra de la hamaca, de San Jacinto y de los Montes de María.
El conjunto "vallenato" que sea, sea de Villazón, de los Hermanos Zuleta, siepre tendrá más de tres instrumentos. Eso ya lo habían hecho Los Corraleros de Majagual, Alfredo Gutiérrez y Andrés Landero, antes de que apareciera el festival vallenato.
¿Por qué ese tono de reclamo?
Ellos creen que el vallenato apareció cuando hubo festival. Y esto viene desde los años 40. Desde el siglo XIX se tocaban el chandé, el pajarito y el fandango. Y si ahora vez que la mayoría de los vallenatos meten hasta saxofón y trombón, toda banda sabanera ya lo tenía.
Cuénta cuúantos músicos tienen (Silvestre) Dangond o Peter Manjarrés, a ver si son los tres de Andrés Landero. Ellos son una orquesta. Eso no es valleanto. El vallenato es de caja, guacharaca y acordeón.
Te preguntarás por qué hay un Pacho Galán, un Lucho Bermúdez y un Pablo Flórez, ‘El rey del porro’, en la Sabana y en los Montes de María. Es porque ellos fueron músicos que tenían una tradición que venía desde el siglo XIX, una tradición de bandas.
En cuando al llamado "vallenato", la mayoría de la gente cree que lo es cuando suena el acordeón. Pero con el acordeón se pueden tocar las músicas que quieran. Se confunden porque son analfabetas. No hay estudio, no hay investigación, no hay desarrollo. En ese sentido, la música de estilo vallenato se ha perdido, solo se ve en el Festival Valleanto, durante cuatro días. Después, no hay.
¿No es una visión demasiado estricta?
Te hablo porque es el mundo real que he vivido aquí y allá. Tuve una polémica con Félix Carrillo Hinojosa. Les dije que ellos son unos "talibanes del vallenato", porque aceptan cuatro ritmos no más. "Merengue, paseo, puya y son. Y ¿dónde queda la música que hay al cruzar el río?
¿Quién sí lo conserva?
Me gusta lo que hace Beto Jamaica. Conserva la esencia allá en Bogotá. Acepta el bajo como instrumento. Es lo único que acepta. Me parece que le dieron bien el premio (rey vallenato 2006), porque defiende la tradición. En cambio esos otros, Dangond, Manjarrés, ¿sabes cómo les dicen? Los lloronatos.
¿Los ‘llorones’ no eran acaso los que seguían el estilo de Los Diablitos y Los Gigantes?
Esos son peores. Te lo digo porque siento que la música está en una decadencia valleanta tenaz. Hay un problema de polución y de fusiones. Todo el mundo quiere tocar ahora vallenato fusión. Pregúntales a los vallenatos, por qué graban tanto sabanero. ¿Por qué ‘El amor de mi sabana’ y le meten saxofón y trombón? ¿Por qué Jorgito Celedón tiene que recurrir a un ritmo mexicano para ganarse un Grammy habiendo tantos poetas populares?
Pero el premio fue para el disco, no solamente para la canción ‘Esta vida’ que originalmente fue una ranchera…
No le quito la importancia a Celedón. Es un gran artista. Y defiende la tradición. Pero le relcamo lo otro: que habiendo tanto folclor en la música guavallenata (la de La Guajira), tantos compositores y poetas tan tenaces, se pone a grabar rancheras.
Usted es un experto en la obra de Adolfo Pacheco…
Le dediqué siete años a una biografía suya. El martes vamos a hacer el lanzamiento del CD de adolfo, Me rindo majestad. ¿Sabes que Daniel Samper lo llevó a Cartagena y lo puso a cantar con Serrat y Sabina?
Dígame cinco cosas que hay que saber sobre Adolfo Pacheco Anillo
1. Representa la mayoría de edad del estilo sabanero de la música de acordeón.
2. Es el papá del merengue vallenato.
3. Es el creador de las mejores cumbias con acordeón.
4. Representa la mayoría de edad de la canción vallenata.
5. Es el mejor poeta popular de esa música.
Explíqueme, por qué es el ‘papá del merengue’?
Porque en el último Festival Vallenato, me invitaron a hacer una exposición en el foro y allí llegó la directora de la Sinfónica de Valledupar y le dijo: "Maestro Pacheco, estuvimos escogiendo merengues y de cién, vimos que ‘El viejo Miguel’ es el más perfecto". Y eso fue en un foro en Valledupar.
¿Perfecto en qué sentido?
En cómo se toca, cómo se ejecuta, la letra, la rima, el sentimiento, la melodía y lo más importante es la nostalgia. Eso lo tiene El viejo Miguel.
¿Por qué dice lo de las mejores cumbias con acordeón?
Adolfo es uno de los pioneros que más aportó creaciones a la cumbia. Es ganador del Festival de Cumbia de El Banco (Magdalena), con una canción llamada: "No es negra, es morena", se refiere a la Cumbia: no es negra, es morena como todas las de mi tierra.
Bueno, hemos hablado de la relación entre la Cumbia que hacen Los Gaiteros de San Jacinto y la música vallenata. En el concierto del miércoles en el Jorge Eliécer Gaitán se reunirán Gaiteros de San Jacinto, Adolfo Pacheco y el Sexteto Tabalá, de Palenque. ¿Cuál es la relación con estos últimos?
El sexteto es palenquero. El palenquero se encerró en su luenga, sus costumbres, su música y su tradición. Y aceptó pocas mezclas entre el siglo XIX. En el siglo XX se creó el sexteto que suena como una música de negros cubana. Tú sabes que los palenqueros todavía tienen su lengua nativa. Resulta que Palenque, como primer territorio libre de América, fue desarrollandose aparte. Prefirieron unirse más tarde con los indios. A esa zona llegaron después franceses, italianos y alemanes porque esa tierra era de tabaco. El mayor productor de tabaco del siglo XIX fue Ambalema. Y ahí empezó la influencia. El ritmo de Pablo Flórez (el rey del porro) es casi cubano, porque en Ciénaga de Oro, de dónde es Flórez, había un cultivo de caña de azúcar llamado Verástegui. Allí fue donde él aprendió a oír la música de los sembradores y cultivadores cubanos que llegaron allí. Él se aprendió el ritmo y se lo aplicó al porro.
¿En qué otro libro ha trabajado?
Mi tercer libro es sobre Andrés Landero, ‘El Clarín de la Montaña’, lo vamos a lanzar en Bogotá, a finales de abril.